Campos sembrados con trigo, cebada, patatas, remolacha, olivos o viñedo. La tradición, las circunstancias y la calidad de la tierra son determinantes a la hora de entender la fisonomía de la agricultura que copa el territorio histórico.

Raspones de uva

Destilerías y Biorefinerías Zambrana ha llevado a cabo con éxito el proyecto Alcuva en colaboración con el equipo técnico del Centro Tecnológico Azti. Este proyecto, orientado al aprovechamiento del raspón de uva, se centra en la producción de bioetanol y en la obtención de un ingrediente de alta calidad para piensos animales. El estudio se realizó entre septiembre de 2022 y diciembre de 2023, en el marco del programa de Ayudas a proyectos de innovación en bioeconomía establecido por la orden de 31 de agosto de 2022 de la consejería de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, contando con una subvención de casi 106.000 euros. Como resultado de esa inversión, desde el citado centro tecnológico se considera viable una producción potencial de más de 200 toneladas de bioetanol al año, utilizando el raspón producido en la región de Rioja Alavesa. Este proyecto marca un hito significativo en la bioeconomía regional.

Ya hay fincas en las que se investiga la adaptación de plantaciones de frutos secos o lúpulo

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Menús ecológicos en las escuelas infantiles de Vitoria

Pese a tales constancias, el sector primario alavés no está exento de políticas de innovación, que prueban la eficacia de nuevos cultivos que pueden aportar mayor valor añadido o la forma de reutilizar y sacar rendimiento a los desperdicios habituales de la actividad de transformación de los productos primarios.

Comprobando una plantación experimental de lúpulo. Pablo José Pérez

Nuevas fincas

En concreto, ya hay fincas en las que se investiga la adaptación de plantaciones de frutos secos o lúpulo y proyectos que tratarán de usar los raspones de las uvas usadas para elaborar vino como materia prima para generar combustible

Ensayos

Los ensayos no son de resultado y conclusión inmediatos, pero sí sirven para comprobar cómo enraizan determinadas especies en el subsuelo alavés. De hecho, aún hoy se sigue trabajando o desarrollando novedades, algunas con una rentabilidad interesante. Un repaso a vista de pájaro por los campos alaveses muestra plantaciones de lúpulo, melocotones de viña, fresas, boniatos, frutos de cáscara como la nuez o la avellana, castañas, tomates, colza, nuevos o viejos cereales recuperados, novedosas patatas y otros productos que, en régimen ecológico, de experimentación o de mantenimiento en el medio en el que se desarrollan, conforman un rico patrimonio que complementa rentas o mantiene especies.

Cerveceros artesanos

En el agro alavés ya hay lúpulo. Este cultivo surgió tras una propuesta de dedicar un terreno para realizar una plantación, ver cómo evolucionaba, probar varias variedades para valorar producción, calidad y características. Y además se partía de la realidad de que la demanda de lúpulo es tan elevada que, aun produciendo una gran cantidad, se seguiría necesitando la importación. Todo sucede gracias al auge de proyectos empresariales de cerveceros artesanales, que buscan proveedores locales para aportar valor añadido a sus producciones.

Lúpulo

Así nació el proyecto de Berantevilla. Neiker participa, junto a otros nueve socios, en este proyecto para activar la cadena de valor de la cerveza en Euskadi. Se trata de una iniciativa que está suponiendo el primer ensayo de variedades de lúpulo. El proyecto arrancó con una plantación de 300 plantas de seis variedades diferentes que ocupaban una superficie de 1.200 metros cuadrados y una duración de diez años. A esta iniciativa se sumó otra de dos jóvenes en Quintana, que comenzaron un proyecto de plantación, que ampliaron.

Manzano de sidra

Otro de los cultivos en pleno auge es el manzano destinado a sidra. Localidades como Harana ya lo comenzaron a impulsar hace años, pero el momento más importante fue cuando a la sidrería de Trebiño y a la de Iturrieta se unió la de Kuartango, conformando entre ellas el brazo alavés de la Denominación de Origen Euskal Sagardoa.

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Txotx de las sidrerías alavesas Josu Chavarri

Frutos secos

No falta el aumento de la demanda de frutos secos, que crece alrededor del 5% al año en Euskadi. Sin embargo, solo el 20% de lo que se consume es producido en la CAV, lo que abre una puerta para la producción y comercialización de frutos como las nueces en todo el territorio. La experimentación se está llevando a cabo en Berantevilla-Zambrana.

En una finca Neiker está estudiando la viabilidad técnica de las variedades seleccionadas, el potencial agroclimático de la zona y su crecimiento, además de la rentabilidad de la implantación de frutales de cáscara con el objetivo de promover la entrada en producción de estos frutales en Álava. Los ensayos se están realizando en nogales, principalmente, y en almendros y avellanos.

Frutales secos

Euskadi cuenta con alrededor de 200 hectáreas dedicadas a estos cultivos de frutales secos, pero son prácticamente para autoconsumo y la posibilidad de comercialización aún es baja aunque tiene un alto potencial. Por ello, con los datos actuales se puede afirmar que en Euskadi harían falta 400 hectáreas más de frutales de cáscara para responder a la demanda actual de frutos secos.

Tomates y fresas

Y lo mismo se puede decir del tomate o de las fresas, cultivos de toda la vida, pero que, habitualmente, llegan a los lineales de los supermercados traídos de otras latitudes. El objetivo de los emprendedores que apuestan por desarrollar este tipo de cultivos en Álava es llegar al consumidor con producto local, que no necesita ser transportado en cámaras frigoríficas, por lo que llega en mejores condiciones hasta el consumidor final.

Cereales antiguos

Otros proyectos incipientes pasan por la transformación de aceite de la pipa de girasol o de la colza o aquellas iniciativas en torno a los cereales, que buscan recuperar variedades para que, al menos, no se pierdan, como el trigo rojo de Sabando o el trigo antiguo.