El San Roke Kultur Gune de Laudio esta más cerca de hacerse realidad. Y es que el Ayuntamiento ha iniciado este mes el expediente de contratación que, por 121.000 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de tres meses, adaptará el proyecto existente para habilitar en la antigua residencia San Roque un centro de usos culturales a los requisitos que, en materia de eficiencia energética y accesibilidad, exigen los fondos Next Generation. De hecho, la rehabilitación de este histórico edificio y la reurbanización de sus espacios exteriores, ubicado en la parcela sita en el cruce entre la Avenida Zumalakarregi y la Calle Landaluze, tiene consignada una ayuda europea de 1.134.088,79 euros, en base a una resolución del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en torno al plan de recuperación, transformación y resiliencia enmarcado, a su vez, en el PIREP (programa de impulso a la rehabilitación de edificios públicos de entidades locales).

En este sentido, no queda más remedio que matizar el proyecto, ya aprobado por el Ayuntamiento en julio de 2018 y que lo cifraban por aquel entonces en casi 2,2 millones, para cumplir con las exigencias europeas y no perder la citada ayuda, que también tiene fecha de caducidad, pues obliga a que la obra este culminada para el 31 de marzo de 2026. En concreto, la empresa que resulte adjudicataria (el plazo de presentación de ofertas se cerrará el próximo 31 de enero) deberá adaptar el proyecto ya redactado de modo que englobe todo lo concerniente a mejorar la envolvente térmica y las instalaciones, adecuar el edificio a la normativa de accesibilidad vigente y modificar la distribución de espacios. Asimismo, asesorará en el proceso de selección del contratista, asumirá la dirección facultativa de los trabajos (coordinación de seguridad y salud) mientras duren las obras, y elaborará un manual de uso y mantenimiento del edificio.

Instalaciones

En concreto, la intervención persigue adaptar el inmueble a su nuevo uso cultural, mejorando su accesibilidad, habitabilidad, confort ambiental y versatilidad, además de su eficiencia energética y sostenibilidad, pero respetando su arquitectura. Es decir, una rehabilitación integral de su envolvente térmica, con sustitución de sistemas de climatización obsoletos por otros altamente eficientes, implantación de sistema de generación de energía eléctrica con placas fotovoltaicas integradas en arquitectura, sustitución de alumbrado existente por tecnología Led, e implantación de sistema de control de acceso que permita el uso independiente de cada planta.

En total, son dos edificios, uno principal con tres plantas y bajo cubierta, y otro auxiliar (cobertizo) de solo una, que suman una superficie construida total de 958,76 metros cuadrados, y que se conservarán en buena parte, salvo zonas de suelo a variar por cambios de ascensor y escalera, o el tejado, que se demolerá para lograr un mayor espacio diáfano bajo ella. En el cobertizo (antigua lavandería de la residencia) se quiere adecentar un distribuidor y tres salas de ensayo, dos de ellas habilitadas también para ser usadas como estudios de grabación. En el edificio principal, por su parte, la planta baja dará cabida a cuatro salas de estudio y aseos; la primera, a una gran sala de ensayos de casi 140 metros cuadrados; la segunda, a una sala de uso polivalente (reuniones, funciones…) de espacio similar; y en el semisótano, se habilitarán los cuartos de limpieza y de instalaciones.

Asimismo, la parcela dispone de unos espacios exteriores (jardines) de 868,43 metros cuadrados, que se proponen destinar a espacios de exhibición cultural al aire libre. En esta intervención, el proyecto destaca que “dada la función final del inmueble, el principal condicionante serán los aspectos acústicos”; aunque también subraya “la solidez y nobleza constructiva” del inmueble ya que, pese a su antigüedad y la inexistencia de intervenciones de mantenimiento, solo acusa los signos típicos de abandono, invasión de maleza, degradación de revestimientos interiores, suciedad y destrozos en tabiques e instalaciones.

22 años cerrado

No en vano, se trata del Asilo-Hospital de San Roque, cuya construcción fue promovida por Don Estanislao Urquijo Landaluce, primer Marqués de Urquijo. Desde su inauguración en 1887 fue residencia de ancianos hasta la apertura en 2002 del nuevo Geriátrico y Centro de Día en Tres Cruces. El inmueble se encuentra, desde entonces, cerrado y en desuso, y su recuperación ha estado en varias ocasiones en el centro del debate político y social.

Una de las ideas que en su día lanzó el PSE fue la ubicación allí de un centro de salud mental, pero nunca se llegó a avanzar en esa línea. En 2010, la Fundación ArteOn planteó la propuesta de crear y ubicar en ese inmueble una Escuela de Música y Artes Escénicas, que fue muy bien recibida por el entonces gobierno jeltzale de Jon Karla Menoio. Desde entonces, se han estado dando pasos en esa dirección, como demuestra que el proyecto de rehabilitación para, en principio, crear en su interior espacios diáfanos para dar respuesta a las necesidades de los grupos musicales del municipio; una especie de Casa de la música, entre otras cuestiones. Lleva ya redactado y aprobado más de un lustro.

De hecho, llegó a contar con una subvención de 600.000 euros del Plan Foral de Obras y Servicios, pero con la crisis del covid-19 el Consistorio decidió meditar si estaba capacitado para afrontar la cantidad restante, dados los gastos extraordinarios y no previstos que ocasionó la pandemia para atender otras necesidades urgentes de la población, y volvió a quedar en stand by. No obstante, ni el anterior equipo de Gobierno del jeltzale Ander Añibarro, ni el actual liderado por Ainize Gastaka de EH Bildu, han renunciado jamás a un proyecto que, por fin, parece va a ver la luz al final del túnel, gracias al auxilio de Europa.