Bizikleteroak, la asociación de ciclistas urbanos de Gasteiz, cree que las instituciones podrían hacer más por facilitar los modos de movilidad más sostenibles, tanto el peatonal como la bicicleta, y por ende más "vulnerables". Especialmente, el Ayuntamiento de Vitoria.

A juicio del colectivo, el último ejemplo de esta realidad se está viviendo en las obras de ampliación del tranvía hacia Salburua. Más concretamente, en la avenida 8 de marzo, donde estará ubicada la última parada de la nueva línea, y en la rotonda de la avenida de Bruselas con Bulevar de Salburua.

"Las obras del tranvía a Salburua, en el tramo que está destrozando el paseo peatonal de la avenida 8 de marzo, obligan a peatones y ciclistas a compartir un tramo del carril bici por no implementar un paso de peatones provisional. En una obra de casi 21 millones de euros, trasladar el semáforo provisionalmente o apagarlo, pintar unas rayas en la calzada y echar un tocho de cemento para salvar el bordillo como se ha hecho en la mediana, ¿era mucho gasto?", se pregunta Bizikleteroak.

"Las personas que quieren cruzar de una acera a la mediana o viceversa, al encontrarse un tramo de la mediana totalmente vallado por las obras del tranvía, deben recorrer unos 30 metros por una mini acera y optan por ir por el carril bici anejo", prosigue el colectivo.

Un desvío de 150 metros

Por otra parte, Bizikleteroak censura que, en la rotonda de Bulevar de Salburua, "para cruzar un paso de 14 metros, obligan a caminar 150 metros en lugar de acondicionar una vía peatonal segregada en la rotonda (por donde por cierto casi todo el mundo va sin ninguna protección frente a los coches".

Se trata, según la asociación, de "una muestra más de que este Ayuntamiento no se toma en serio ninguna de las dos movilidades", que "deberían ser su prioridad".