- En cuatro años la comarca de Aiaraldea tendrá las infraestructuras necesarias para depurar el agua de la cuenca alta del río Nervión. Un compromiso histórico que hoy ya está en marcha, tras largos años de trabajo, y que se verá materializado en la construcción de una red de colectores y dos estaciones depuradoras de aguas residuales, que ahora corre a cargo de la Administración General del Estado. Sin embargo, una vez en funcionamiento, el costoso mantenimiento de estas infraestructuras -estimado en cuatro millones anuales- deberá revertir de forma integra en los recibos de los contribuyentes, en base a la normativa marco europea. Es decir, el Consorcio de Aguas de Ayala, Kantauriko Urkidetza (CAKU), no tendrá más remedio que aumentar de forma ostensible las tarifas actuales para poder cubrir el coste integral del agua que requiere Europa.

En este sentido, desde la Agencia vasca del agua, URA, llevan ya tiempo instando a la reflexión y a la necesidad de sumar fuerzas, en una clara invitación a que el pequeño consorcio ayalés (no aglutina a la totalidad de municipios del Alto Nervión en materia de ciclo integral del agua) entre a formar parte de Urbide: el Consorcio de Aguas impulsado por la Diputación Foral de Álava con la intención de crear una entidad única para toda Álava en esta materia.

Pues bien, el debate sobre la infraestructuras y el futuro de la gobernanza del agua en esta comarca -ya iniciado a finales de septiembre con sendas reuniones entre el consorcio de aguas ayalés, representantes de los ayuntamientos y juntas administrativas del valle y el diputado de Medio Ambiente, Josean Galera- ya ha llegado a los plenos de los ayuntamientos. En concreto, será Amurrio, a las seis de esta tarde quien dará el primer paso, analizando “la propuesta de incorporación a Urbide”; mientras que en el pleno extraordinario que celebrará Artziniega, a las 10.00 horas de mañana se hará lo propio con una moción de EH Bildu (gobierna con mayoría absoluta) que solicita aplazar al primer semestre de 2021 “el acuerdo de extinción de Kantauriko Urkidetza”.

De hecho, la coalición soberanista en Amurrio ya ha adelantado que, esta tarde, solicitará que se paralice el proceso puesto en marcha en el CAKU para proceder a su disolución e incorporarse a Urbide porque es “una grave irresponsabilidad que alejará, de manera irreversible, Amurrio de la gestión de este valioso recurso”. En concreto, EH Bildu exige que se analicen otras alternativas porque entiende que el consorcio único impulsado por el ente foral “no garantiza ni la prestación de los servicios a corto plazo ni su propia viabilidad en un futuro cercano”.

En este sentido, recuerdan que fue el PNV quien impulsó la creación de Urbide en 2018 y a día de hoy, 76 de las 350 entidades gestoras existentes en Álava se han incorporado a este consorcio “que imposibilita una adecuada gestión integral del ciclo del agua, dado que su implantación no responde a ninguna lógica basada en cuencas hidrográficas porque las entidades que lo conforman están absolutamente dispersas a lo largo y ancho del territorio”.

Asimismo, opinan que renunciar a la gestión del agua y apostar por el modelo de gestión centralizado, traerá “consecuencias graves” como perder la capacidad para establecer las tarifas, dejar en sus manos las contrataciones para la ejecución de infraestructuras hidráulicas y perder capacidad de decisión ante proyectos supramunicipales impuestos por instituciones de ámbito superior. “En términos generales, supone que perdamos el control y el poder de decisión sobre todos los aspectos relaciones directa o indirectamente con la gestión del agua”, ha explicado Jon Berganza Urruela. El Consorcio de Aguas Kantauriko Urkidetza, en cambio, “está conformado por la práctica totalidad de las entidades locales de la comarca de Aiaraldea, aúna al 94% de la población de Aiaraldea y gestiona el ciclo integral del agua. Urbide, por su parte, se financia gracias a las aportaciones de la Diputación Foral de Álava y no es capaz de aplicar el principio de recuperación de costes del servicio establecido en la Directiva Marco del Agua. De hecho, dos años después de su creación no presta servicio alguno a las entidades que lo conforman”, apostillan desde EH Bildu.