vitoria - Una vez más, tal vez la última, la plaza de la Virgen Blanca de Gasteiz se llenó de voces que gritaron en contra de la reactivación de la tristemente célebre central de Santa María de Garoña. Las más de 3.000 personas que se dieron cita en el centro de la capital alavesa para mostrar su rechazo a la reapertura de la planta albergaban en su interior la esperanza de que nunca más fuese necesario plantarse ante las decisiones gubernamentales o del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para exigir la clausura definitiva de la planta nuclear más antigua de España. La de las mil grietas. La que lleva cerrada desde diciembre de 2012 y que requiere de unas inversiones en materia de seguridad de tal magnitud que sus explotadores, Iberdrola y Endesa a través de Nuclenor, están valorando si les compensa o no su reactivación. Eso sí, aunque finalmente se desmantele Garoña, tal y como reclamó ayer en Vitoria la sociedad alavesa, la decisión que adopten los responsables políticos y los expertos del CSN puede sentar un precedente que las energéticas aprovecharían para estirar la vida útil de otras vetustas instalaciones nucleares del Estado de cara a obtener sustanciosos beneficios. Una teoría descartada por el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, quien considera que cada central es diferente, pero aceptada por todos los grupos ecologistas del estado.
El corazón de la capital alavesa ejerció nuevamente ayer de punto de partida desde donde arrancó la gran manifestación contra la reapertura de la central. Decenas de colectivos del territorio habían trabajado previamente durante meses para conseguir que la cita fuera un éxito. Y lo fue. Tanto el Ayuntamiento de Vitoria como la Diputación alavesa, además de representantes de 250 plataformas sociales, habían anunciado que participarían en la manifestación y cumplieron con la palabra dada.
Una gran pancarta con la frase No reapertura, itxi betiko, encabezó la multitudinaria marcha. Los participantes, como ya es tradición, entonaron lemas en euskera y castellano para exigir la desaparición de la planta ubicada en el valle burgalés de Tobalina. Entre los asistentes, pudo verse a políticos de todos los partidos con representación en las instituciones alavesas. De todos menos del PP vasco, cuyos dirigentes, desligándose del discurso oficial de los populares en Madrid, se han pronunciado en diversas ocasiones a favor de la clausura de Garoña. Sin embargo, ayer decidieron no tomar parte en el acto.
Muchos otros no quisieron perderse el evento. Ni siquiera el público que a esa misma hora se encontraba en Mendizorroza para disfrutar del partido de fútbol entre el Deportivo Alavés y la Real Sociedad. Ante la coincidencia de horarios, cientos de aficionados de ambos equipos decidieron unirse en una kalejira reivindicativa contra Garoña que calentó motores al filo de las 17.30 horas partiendo de la plaza de la Virgen Blanca rumbo al estadio.
La iniciativa Araba sin Garoña, impulsora de la manifestación, solicitó a los partidos políticos que no firmen ningún acuerdo con el PP si éste no va acompañado por un compromiso para el cierre de Garoña e instó a las formaciones políticas a dejar de presentar mociones y proposiciones no de ley en el Congreso sobre este asunto para, en su lugar, llevar ante la Cámara Baja una proposición de ley que obligue al cierre definitivo de la central.
El pasado 7 de marzo, todos los grupos parlamentarios representados en el Congreso, salvo el PP, aprobaron una proposición no de ley presentada por EH Bildu para demandar el cierre de Garoña, su desmantelamiento y la puesta en marcha de un plan alternativo de reindustrialización de la zona.
A pesar del cierre de Garoña en 2012 -justificado por el encarecimiento de los impuestos sobre el combustible nuclear-, dos años después Nuclenor volvió a solicitar la renovación de la licencia de explotación de Garoña por 17 años más, hasta 2031. En febrero, el CSN se posicionó en favor de la reapertura, siempre que se efectuaran las inversiones exigidas en materia de seguridad. Aquella decisión dejó la pelota de la continuidad de la planta en el alero del Gobierno, que ahora debe tomar una decisión sobre su futuro.
La Asociación Profesional de Técnicos de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN), organización profesional de técnicos del CSN, aseguró que las actualizaciones para mejorar los niveles de seguridad que se le exigió en abril de 2015 a la titular de la central nuclear como requisito previo para proceder a la reapertura, no se han llevado a cabo.
Hace algo más de un mes, el diputado general, Ramiro González, acudió a Bruselas para denunciar ante el Parlamento Europeo el “oscurantismo” con el que el ejecutivo de Mariano Rajoy y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) han manejado el proceso que podría concluir con la reapertura de la central de Garoña. Explicó que la Diputación no ha tenido acceso a la información sobre la ampliación de la vida operativa de la central y tachó de “inconcebible en un estado de derecho” que una administración pública concernida no tenga acceso a estos expedientes, a pesar de haberlos solicitado.
Mientras Madrid deshoja la margarita y apura el plazo que tiene hasta verano para decidir si permitirá volver a conectar Garoña a la red eléctrica, el Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha reconocido a la Diputación alavesa como parte interesada en el proceso, por lo que la ha incluido en el expediente de reapertura.
en el procedimiento Como primer paso para la inclusión de Álava en el procedimiento administrativo, el Ministerio envió un escrito a la Diputación informando al ejecutivo alavés de la recepción del informe del CSN sobre la solicitud de renovación de la autorización de explotación.
De forma paralela, el diputado foral de Medio Ambiente y Urbanismo, Josean Galera, remitió un escrito al Gobierno central por el que reclamaba copia de los expedientes que forman parte del proceso administrativo para la posible reapertura. No obstante, Ramiro González aguarda aún a que el gabinete del ministro de Energía, Álvaro Nadal, concrete una fecha para celebrar la reunión que solicitó por escrito para transmitir al Gobierno central los argumentos por los que Álava rechaza cualquier opción de reactivación para Garoña.
Virgen Blanca. Una vez más, como ya es tradicional en los actos de protesta contra la central nuclear de Garoña, la plaza de la Virgen Blanca se convirtió en el punto de partida de la manifestación que posteriormente recorrería el centro de la capital alavesa.
Políticos y colectivos. Representantes de 250 colectivos ciudadano de todo tipo tomaron parte en la marcha para reclamar la clausura definitiva de la central. También estuvieron presentes los representantes del Ayuntamiento de Vitoria, de la Diputación alavesa y de todos los partidos representados en las instituciones alavesas, salvo del PP.
Itxi betiko. En la gran pancarta que encabezó la manifestación podía leerse la frase ‘No reapertura. Itxi betiko’. Como ya es habitual en estos actos, los asistentes corearon lemas en contra de la reactivación de Garoña y a favor de su cierre definitivo.
Previa. Los aficionados del Alavés y de la Real Sociedad que a la hora de la manifestación se encontraban en Mendizorroza, convocaron un recorrido previo por las calles de Vitoria a las 17.30 horas para expresar su rechazo a la continuidad de la planta burgalesa.
Sin acuerdo político. La plataforma Araba sin Garoña, organizadora de la manifestación, pidió a los partidos políticos presentes en la marcha que no sellen ningún acuerdo con el PP si este no lleva adjunto un compromiso por parte del Gobierno central de cierre definitivo de la planta nuclear.
3.000
De acuerdo con las primeras estimaciones llevadas a cabo por los responsables de la Policía Local de Vitoria, más de 3.000 personas tomaron parte en la manifestación celebrada ayer.