El ritual se desarrolló como siempre. Estalló el cohete, bajo el muñeco y subió el humano. Colocó los pañuelos a autoridades y txupineros, agarró el micro, se asomó a la balconada y lanzó la obligada llamada a las fiestas. “Gora Gasteiz, Gora Andra Mari Zuriaren Jaiak, Gora Celedón”, gritó Gorka Ortiz de Urbina antes de entonar la canción que da el pistoletazo de salida a la fiesta.
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