El ritual se desarrolló como siempre. Estalló el cohete, bajo el muñeco y subió el humano. Colocó los pañuelos a autoridades y txupineros, agarró el micro, se asomó a la balconada y lanzó la obligada llamada a las fiestas. “Gora Gasteiz, Gora Andra Mari Zuriaren Jaiak, Gora Celedón”, gritó Gorka Ortiz de Urbina antes de entonar la canción que da el pistoletazo de salida a la fiesta.

Sin embargo, el 4 de agosto de 2023 era especial, especial para todos los vitorianos pero sobre todo para el gasteiztarra que en 21 ocasiones ha encarnado al aldeano de Zalduondo y que ya no lo hará más.

“Mila esker, izan dira hogeita bat jaitsiera, primeran tratatu nauzue, bihotzean eramango zaituztet betiko; 21 bajadas, me habéis tratado de cine, os llevaré siempre en mi corazón”, exclamó Gorka, emocionado y eufórico a una vez, antes de entonar de nuevo la canción de Celedón.

Y, como correspondía al día en que una representación del Deportivo Alavés lanzaba el txupinazo, se animó a cantar, a pleno pulmón y con una pequeña improvisación inicial fruto de la pasión del momento, el himno del Glorioso equipo de su ciudad, que no pudo terminar porque la voz ya no le daba. Huelga decir que la plaza igualaba como poco en entrega a Gorka.

“Bueno, encantado de dejar al Alavés en Primera, mila esker, muchas gracias, y nos veremos en los bares”, concluyó Celedón antes de arrepentirse, y lanzar un mensaje más. “¡Mila esker bihotz bihotzez, muchas gracias y no quiero estar más dando la brasa; un abrazo a todos! Y me marcho”, dijo, antes de tonar por última vez la canción del aldeano de Zalduondo y lanzar un último y emocionado mila esker.