El tatuaje es para muchos una expresión artística más, una obra ejecutada con gran virtuosismo sobre el cuerpo humano. Es una forma de plasmar y compartir nuestros gustos, pensamientos, reivindicaciones y recuerdos con el resto del mundo. De la mano de los profesionales del tatuaje, esa imagen que tenemos en la cabeza del "tattoo" que queremos cobra vida. Desafortunadamente, como en muchos otros, en este sector se habla en masculino, ya que para el femenino se han quedado sin tinta.

Sin embargo, una investigación del programa de doctorado del Instituto Universitario de Estudios de las Mujeres y de Género de la Universidad de Granada (UGR) pretende poner el foco directamente en ellas. En dicho proyecto, la profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de Ceuta, Julia Pérez Amigo, profundiza en el contexto de las primeras profesionales del tatuaje y el piercing y también de las primeras tatuadas en el Estado español.

Las pioneras de esta subversión

Al final de la dictadura de Franco, el país tuvo una serie de cambios sociales integrales que también experimentó la cultura del tatuaje. Este estudio revela que el tatuaje fue un medio artístico subversivo que posibilitó que las mujeres se reapropiasen de sus propios cuerpos, en especial, en un contexto sociopolítico antifeminista y represivo.

Tanto a nivel profesional como íntimo y corporal, esta subversión de estereotipos femeninos que las pioneras del tatuaje y el piercing encarnaron nos recuerdan que “frente a los mecanismos de control y vigilancia sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres, existen también lugares para la resistencia activa y creativa.

Las pioneras abrieron el camino a muchas otras mujeres y personas ‘queer’ que, a partir de los años 90, decidieron ser tatuadoras y piercers en España”, explica la investigadora de la UGR Julia Pérez Amigo.

El objeto de la investigación

La metodología de esta investigación se basa en la observación participante, recogiendo las historias personales de 18 mujeres y dos personas no binarias vinculadas con la cultura del tatuaje a nivel estatal. Cada una de esas entrevistas en profundidad ha permitido indagar en las motivaciones, resistencias y dificultades de cada sujeto. “En un entorno altamente masculinizado como el mundo de las modificaciones corporales, las mujeres nos enfrentamos a más obstáculos y señalamientos, pero también logramos subvertir de manera creativa las normas que, aún hoy, pesan sobre nuestros cuerpos”, detalla Julia Pérez Amigo.

Un futuro incierto para las tatuadoras

Aunque este tipo de trabajos y las investigadoras que los realizan suponen un paso adelante, no es suficiente para acabar con los obstáculos y problemas relacionados con el machismo que las tatuadoras jóvenes enfrentan cada día. “Los problemas de acoso y agresiones sexuales, lejos de permanecer invisibles, se denuncian y se combaten”, explica la profesora.

Todas esas mujeres tienen un lugar en el mundo del tatuaje y, como recuerda Julia Pérez Amigo, "es hora de que nombremos también a las mujeres y personas 'queer' que forman parte de esta apasionante cultura”.