Estados Unidos ha sufrido sólo este año 565 tiroteos masivos como los ocurridos este miércoles en el estado de Maine, lo que acerca al país a cerrar 2023 con datos récord de incidentes de este tipo, pese a los esfuerzos de la Administración de Joe Biden por establecer nuevos límites para el acceso a las armas, especialmente las de tipo semiautomático.

El Gun Violence Archive (GVA, por sus siglas en inglés), una ONG creada en 2013 y que recaba periódicamente este tipo de datos, define un tiroteo masivo como aquel en el que al menos cuatro personas mueren o resultan heridas, excluyendo al atacante. Las estadísticas de años precedentes dan cuenta de 645 casos en 2022, 688 en 2021 y 610 en 2020, los tres años más violentos desde que este grupo comenzó a elaborar sus informes.

Los tiroteos perpetrados en una bolera y un restaurante de Maine elevan a 565 los tiroteos de este año, mientras que se trata del caso número 31 en el que la cifra de fallecidos es igual o superior a cuatro.

En lo que va de año, son ya más de 15.500 las personas que han perdido la vida en Estados Unidos por algún incidente que ha implicado el uso de armas de fuego --descartando casos de suicidio--. Al menos 246 niños menores de once años han muerto, mientras que el dato entre adolescentes de 12 a 17 años supera los 1.100.