En una sociedad donde la educación vial es una prioridad, los controles de alcoholemia son una herramienta clave para prevenir accidentes y garantizar la seguridad en las carreteras. No obstante, hay una cuestión que genera polémica a la par que sorpresa: que una persona pueda dar positivo sin haber consumido alcohol.
Si bien puede parecer un hecho aislado y hasta increíble, lo cierto es que hay situaciones y casos documentados, además de explicaciones científicas, que sostienen esta posibilidad. ¿A qué se debe este hecho?
¿Cómo funciona un control de alcoholemia?
Antes que nada, es importante comprender cómo funciona un control de alcoholemia. Estos controles, impuestos por la Dirección General de Tráfico (DGT), miden la concentración de alcohol en el aire exhalado, la cual se utiliza para estimar la concentración de alcohol en sangre (BAC, por sus siglas en inglés).
La tecnología detrás de estos dispositivos se basa en la reacción química entre el etanol (el alcohol consumido) y un agente oxidante en el dispositivo, lo cual genera una señal eléctrica que se traduce en una lectura digital.
La mayoría de los países establecen un límite legal de BAC para los conductores, que varía entre 0,02% y 0,08%, dependiendo de la jurisdicción. Superar este límite puede acarrear multas, la suspensión de la licencia de conducir y hasta penas de cárcel en casos graves.
¿Cuáles son las causas de un falso positivo?
Aunque el sistema parece bastante directo, hay casos en los que una persona puede dar positivo en un control de alcoholemia sin haber consumido alcohol. Algunas de las causas más comunes son las siguientes.
Alimentos y bebidas fermentadas
Algunos alimentos y bebidas pueden contener pequeñas cantidades de alcohol debido al proceso de fermentación. Por ejemplo, el pan fresco, algunas frutas muy maduras, o incluso jugos de fruta fermentados pueden contener trazas de etanol.
A pesar de que la cantidad de alcohol es mínima, en situaciones específicas podría ser suficiente para dar una lectura positiva, y más si la persona acaba de consumir estos productos antes de someterse al control.
Enjuagues bucales y medicamentos
Muchos enjuagues bucales y algunos medicamentos de venta libre contienen alcohol. Si una persona usa un enjuague bucal o toma un medicamento con alcohol justo antes de un control, el residuo en la boca puede llevar a un resultado positivo.
Estos productos pueden contener entre un 20% y un 30% de alcohol, suficiente para que los dispositivos de control de alcoholemia detecten su presencia.
Enfermedades médicas
Existen enfermedades médicas raras, como el "síndrome de auto-cervecería", que pueden hacer que el cuerpo de una persona produzca alcohol internamente, fermentando los carbohidratos en el tracto digestivo, produciendo etanol como subproducto.
Pese a que esta es una afección poco frecuente, las personas que la padecen pueden tener niveles elevados de alcohol en sangre sin haber consumido ninguna bebida alcohólica.
Uso de disolventes o productos industriales
La exposición a vapores de algunos productos industriales que contienen alcohol, como disolventes o algunos tipos de pintura, también podría dar lugar a un resultado positivo en un control de alcoholemia.
Si una persona ha estado en contacto con estos vapores y no ha tenido tiempo para ventilarlos de su sistema, es posible que el alcohol absorbido por las mucosas o la piel se refleje en el test.
Errores en el equipo de medición
Aunque los dispositivos de medición de alcoholemia son generalmente precisos, no están exentos de fallos. Un mal calibrado del equipo, la falta de mantenimiento o la presencia de contaminantes en la boquilla utilizada pueden provocar un falso positivo.
Además, factores como la temperatura ambiental, la humedad, e incluso interferencias electromagnéticas pueden afectar la precisión de las mediciones.
¿Qué hacer en caso de un resultado positivo inesperado?
Si un conductor da positivo en un control de alcoholemia sin haber consumido alcohol, puede solicitar una segunda prueba, idealmente con un método diferente, como un análisis de sangre, que es más preciso y menos propenso a falsos positivos.
Es imprescindible colaborar con las autoridades, pero también documentar cualquier circunstancia que pueda haber llevado a un falso positivo, como el uso reciente de enjuague bucal o la ingesta de ciertos alimentos.