El cachopo es, probablemente, el plato más famoso de Asturias. De hecho, ha traspasado fronteras y actualmente se encuentra en muchos establecimientos. Este manjar se puede hallar cada vez se encuentra en más cartas, y buena prueba de ello es que puede verse dentro de la oferta gastronómica de los establecimientos de Vitoria con variedades de todo tipo, desde las más clásicas a las más innovadoras. 

Una de ellas está en el Bar Rolling, situado en la calle Sierra de Aralar de la capital alavesa. En este local, podemos disfrutar de esta delicia asturiana y, de la mano del influencer gastronómico @elgastronautaalaves, conocer todos sus secretos. 

Cachopos de calidad

Según explica este creador de contenido en uno de sus recientes vídeos, los cachopos del Bar Rolling son un auténtico manjar que no podemos pasar por alto, y son un plan ideal para hacer en Vitoria en compañía de familia o amigos.

En este local, los cachopos pesan 1,2 kilos y vienen acompañados de patatas fritas. Se pueden saborear en hasta ocho variedades distintas y cuestan desde 22€ hasta 38€, dependiendo del que elijas. En sus palabras, el más recomendable es el de costilla deshuesada. 

Debido a su enorme tamaño, puede repartirse en dos personas y hasta tres, en función de las porciones que elija cada comensal. Asimismo, el ‘foodie’ asegura que el desafío no es empezar el cachopo, sino "ser capaz de terminarlo". 

El Bar Rolling

Este bar restaurante de Coronación sufrió una profunda transformación de sus instalaciones en junio de 2022. Unos meses más tarde, en enero de 2023, el negocio cambiaba de manos con una importante apuesta por su carta con el cachopo y la picada son dos de los platos estrella.

Desde la nueva gerencia del local apuestan por ofrecer hasta siete tipos de cachopo diferentes, con precios que varían entre los 12 y los 35 euros, algunos incluso para compartir entre dos y tres personas debido al generoso tamaño.

Sin olvidar su otra apuesta gastronómica como es la picada. Para compartir entre cuatro o cinco personas y por un precio de 30 euros, la picada contiene ingredientes tan variados como chicharrón, costilla de cerdo, pollo, ternera, morcilla, arepa y patacones.

A todo esto hay que añadir una extensa variedad de raciones: croquetas, rabas, morcilla, raviolis, fritos variados, langostinos a la plancha, revuelto de huevos, nachos o surtido de ibéricos, entre otros.

Una amplia carta que se completa con hamburguesas, bocadillos, ensaladas y platos combinados.

Todo una apuesta de un bar que estará abierto desde primera hora para los desayunos.

Historia del cachopo

Sobre los orígenes del cachopo, no existe una teoría cien por cien exacta. Algunos señalan que esta delicia asturiana fue popularizada el siglo pasado por el mítico bar Pelayo de Oviedo, aproximadamente durante la década de los años 40.

Un apetecible cachopo listo para ser degustado DNA

Más tarde, en los años 60, esta elaboración se fue extendiendo por otros establecimientos de la zona como, por ejemplo, el restaurante Nueva Allandesa, en Pola de Allande; La Gruta, en Oviedo o Casa Puyo en Trubia, y llegando hasta nuestros días.

No obstante, otras hipótesis sugieren que el cachopo surgió mucho antes del siglo XIX. En cualquier caso, su popularización va en aumento y lo que empezó siendo un manjar a nivel de provincia se ha ido extendiendo a muchos otros puntos de la península. 

Sobre el Gastronauta alavés

Aitor, natural de Gasteiz, ha creado @elgastronautaalaves una cuenta que reúne a más de 38.000 seguidores con los que comparte su pasión por la gastronomía alavesa. Hasta no hace mucho su rostro era anónimo pese a que su cuenta acumulaba ya miles de seguidores. El pasado diciembre decidía a darse a conocer oficialmente.

La gastronomía es su gran pasión desde la infancia. Cuando rememora y su imaginación vuela a esta etapa de su vida, sus mejores momentos vienen acompañados de un buen plato de comida.

De lunes a viernes es formador industrial, pero los jueves, viernes y sábados también se convierte en el gastronauta, un apasionado y experto de la gastronomía que recorre distintos lugares donde se cocina la magia alrededor de los fogones para, después, compartir su valoración y opinión más real y sincera con sus seguidores.

“Lo más gratificante de esto es que ayudo a muchos hosteleros, intento y me enorgullece lograr ser la voz y altavoz de los hosteleros y de nuestra gastronomía alavesa. En cuanto a la inspiración, tengo que confesar que no es algo que yo busque, simplemente... me llega. Y me llega en función de lo que cada restaurante me haga sentir, especialmente lo que cada plato me haga sentir. Y esto es lo que más me emociona de ir a los restaurantes”, dice.