El inicio de septiembre señala la vuelta a la rutina de gran parte de la sociedad. Aunque para muchos otros el trabajo nunca acabó. Es el caso de Cruz Roja, que no detiene sus labores ni en los meses de verano. En estos momentos se encuentran inmersos en un proyecto muy significativo y relacionado con los voluntariados. Se trata de una serie de actividades que proponen hacer en la calle, con el objetivo de animar a más gente a formar parte de la organización.
Hay muchas maneras de aportar a la causa. Aunque el monetario es una de ellas, no es la única. Los voluntariados son diversos y atienden a diferentes causas sociales, desde la soledad de los más mayores hasta la cooperación en otros lugares.
De voluntarias a trabajadoras
Ana Gorrochategui y Rebeca Berenguer son trabajadoras de Cruz Roja del área de voluntariado y educación. Ambas se interesaron hace años por las labores de la organización y se conocieron en un proyecto que en aquel momento era emergente, bienestar personal y activación social. “A mi la experiencia me encantó, luego tuve la suerte de empezar a trabajar”, asegura Berenguer.
Ahora las dos se encargan de dirigir a las personas interesadas hacia los voluntariados que más les motiven. Tras muchos años trabajando se han dado cuenta de que hay un interés general sobre Cruz Roja, pero la mayoría desconocen todas sus actividades.
“Queremos salir a la calle para que la gente nos visibilice como entidad social, pero cercana”
Ellas mismas vivieron en persona ese desconocimiento y, pronto descubrieron todas las posibilidades que tenían. En relación a esto, han decidido salir a la calle para explicar a todos los interesados todas las posibles acciones. “Queremos salir a la calle para que la gente nos visibilice como entidad social, pero cercana”, así lo indican.
Dos meses llenos de actividades
Durante los meses de septiembre y octubre han organizado diferentes actividades, en su mayoría enfocadas a personas que ya forman parte del voluntariado. Son conscientes de que cada momento de la vida tiene un ritmo diferente.
Por ello, quieren exponer diferentes voluntariados que se pueden amoldar al día a día de cada individuo. ”Que vean que si quieren tener otras posibilidades de acciones voluntarias, también es posible”. La primera actividad será el 14 de septiembre, el día mundial de los primeros auxilios.
Teniendo en cuenta el gran recorrido de Cruz Roja en este aspecto, les parece necesario situarse en el centro de la ciudad para concienciar sobre su importancia. “No solo visibilizarnos como institución en esta materia, sino la importancia de la formación en ello, y los voluntariados que tenemos”, indican.
Asimismo, hace un tiempo quisieron informar sobre el estado de muchos proyectos que estaban en marcha, con el objetivo de explicar y dar a conocer todas sus ramas. Debido a factores externos no tuvieron gran afluencia de gente. Aun así, ellas creen firmemente que mostrar este tipo de avances y explicar a conciencia los proyectos implica más a la gente. “Poder compartir también la realidad de los proyectos desde dentro, para que quien quiera se sume”, expresa Gorrochategui.
El 6 de octubre irán hasta Llodio para formar parte, junto con más organizaciones de la ‘Feria del voluntariado de Ayala’ con Batekin. Estas son solo algunas de las actividades que irán anunciando estas semanas y con las que quieren cambiar la idea general de cómo es un voluntariado.
Ideas preconcebidas
“Salimos a la calle a que las personas conecte con la idea de que hay un voluntariado que se adapta más a cada momento y a cada persona”
La visión general de la sociedad sobre los voluntariados da a entender que solo tratan de ayudar a personas migrantes o a países menos desarrollados. Desde Cruz Roja quieren cambiar esa idea preconcebida y mostrar no solo la variedad de causas sociales, sino también, romper con la idea de que es necesario dedicar mucho tiempo.
Muchas veces acuden a las oficinas personas con ganas de realizar un voluntariado. Pero que no se han decidido hasta que han considerado que tenían tiempo para enfocarse en ello. Un pensamiento que quieren cambiar, así lo expresa Gorrochategui, “salimos a la calle a que las personas conecte con la idea de que hay un voluntariado que se adapta más a cada momento y a cada persona”. Esperan que poco a poco todo el mundo se conciencie y cambie su percepción, impulsando así, un cambio general en la sociedad.
Proceso de inscripción
De la misma manera, esperan que al dar a conocer las diferentes opciones para ayudar desde casa o en momentos más puntuales impulsen más la participación. Además, es muy probable que la gente se encuentre con mucha información para procesar. En ese caso se puede acudir a la organización para realizar la inscripción, que también se puede realizar por la web. De cualquiera de las dos maneras, habrá una sesión informativa general sobre lo que implica hacer un voluntariado.
Asimismo, se realizan varias preguntas sobre los intereses de cada uno, su situación actual, su motivación, en definitiva “un poco que motiva sus ganas de compartir”. Toda la información que se obtenga de esa charla será beneficiosa para encaminar a la persona hacia el voluntariado que quiera. También se presta atención a las necesidades de los grupos de trabajo.
Sin embargo, pocas personas conocen las opciones de voluntariado que se pueden realizar desde casa. Sin duda es una comodidad que puede impulsar a muchos a participar. Algunas de las labores serían la creación de carteles, diseños o infografías que ilustren un mensaje. Por otro lado, la búsqueda de información o la traducción, ya que están en contacto con personas que hablan diferentes idiomas. Otros voluntariados se realizan de manera más puntual o esporádica, de manera que se pueda adaptar al horario de muchas personas.
Factor emocional
Aun así, hay que ser consciente de que un voluntariado implica en su mayoría relacionarse con personas. Hablar con ellas, saber sus historias y actuar para ayudarlas. Por ello, puede que algunos momentos sean complicados de asimilar emocionalmente. “Precisamente por eso queremos dar formaciones, talleres sobre habilidades sociales”, asegura Rebeca Berenguer, ofrecen herramientas para afrontar de manera tranquila los voluntariados.
No hay ninguna regla a cumplir para inscribirse, de todas maneras, “el requisito principal es que hagamos una reflexión antes de comprometernos, tener claro que es un compromiso que se tiene que adaptar a nuestro día a día”, explica Ana Gorrochategui. Un compromiso que con el paso de los años ha ido cambiando. Rebeca y Ana mencionan que desde su voluntariado hace unos años el nivel de responsabilidad que asume la gente es mayor. También la manera de guiar a los voluntarios y de mostrar cuales son sus labores y acciones en el proyecto.
“El requisito principal es que hagamos una reflexión antes de comprometernos"
Crear lazos con entidades
Su implicación con las personas voluntarias es la misma con otras organizaciones o asociaciones. “No solo colaboramos o intentamos acercarnos a las personas, sino que queremos acercarnos en red con otras asociaciones o entidades sociales”, indica Berenguer. Muchas otras entidades tienen actividades o proyectos similares y tratan de crear lazos que les ayuden a mejorar.
Berenguer asegura que “a las personas nos mueven las causas”, es necesario implicarse; así lo cree también Gorrochategui, “es difícil que te impliques con algo si no toca algo importante para ti”. Por esa razón, han decidido salir a la calle para mostrar las caras de Cruz Roja y conseguir acercarse a la gente. Una labor que tienen muy clara, ya que, “el haber empezado como voluntarias hace que tengamos nuestro objetivo muy claro, conectar con las personas para conocer”.
“A las personas nos mueven las causas”
ENRED
Este objetivo ha impulsado la creación de un estudio para conocer qué conocimientos tiene la población joven de Álava sobre los voluntariados. Así como, conocer las realidades de su día a día y qué preocupaciones o necesidades ven en su entorno. Con la motivación de conocer sus intereses y fomentar su participación en los voluntariados.
Para ello, han creado diferentes cuestionarios dirigidos a los jóvenes y a las personas de su entorno. Participan personas jóvenes de entre 12 y 25 años; madres, padres, tutoras legales (contexto familiar), AMPAS de personas jóvenes; profesionales de la educación de centros de estudios/escolares y agentes activos de entidades sociales susceptibles de promocionar la participación joven (asociaciones, organizaciones, movimientos vecinales..) en Álava.
Cada grupo cuenta con su propio cuestionario en arabaenred.es. Tras la recogida de información compartirán los resultados y sacarán conclusiones que les ayuden a mejorar la participación de los jóvenes en el territorio.