Las redes sociales se han puesto en pie de guerra tras conocerse en Vitoria un comunicado firmado por Ariznabarrako Gazteak.

Los jóvenes de este barrio de la capital alavesa han expresado su rotundo rechazo a un plan que ha puesto en marcha el Ayuntamiento de Gasteiz.

Hacen referencia a que el Consistorio va a proceder a iniciar la eliminación de pintadas y grafitis no autorizados existentes en las fachadas exteriores de inmuebles de titularidad no municipal, comenzando por el barrio de Ariznabarra.

En su web, el Ayuntamiento explica que con el fin de acabar con el problema de las pintadas vandálicas, se solicita la colaboración de la ciudadanía de modo que, detectada una nueva pintada, se comunique al Consistorio.

El barrio de Ariznabarra ha sido elegido para poner en marcha las limpiezas de la Oficina Virtual del Grafiti (OVG) con el objetivo de “ir ganando espacios limpios” y reduciendo paulatinamente la presencia de pintadas no autorizadas.

Una decisión que se ha topado con la crítica y la oposición frontal de la plataforma Ariznabarrako Gazteak.

A través de un comunicado explican que "identificamos esto como un ataque contra la libertad de expresión".

En su opinión, "el grafiti es una de las pocas maneras de expresarse de la clase trabajadora".

El bario de Ariznabarra

Continúan aludiendo que "esta campaña en contra de los grafitis, lejos de mejorar las condiciones de vida de los vecinos, produce una persecución constante hacia aquellas personas que no tienen otros medios para poder expresarse".

También hacen referencia a que "la presencia policial en el barrio es cada vez mayor y esto, no solamente impide la convivencia entre vecinos, sino que causa un control constante hacia nuestras vidas".

Los jóvenes del barrio "agradecerían más" invertir el dinero en solucionar las necesidades del barrio como "farolas que no funcionan o semáforos rotos".

Finalizan la nota pidiendo al Ayuntamiento que "deje de criminalizar a los jóvenes del barrio".

El comunicado de Ariznabarrako Gazteak

Los vecinos responden

La polémica se ha instalado en las redes sociales al conocerse el contenido del comunicado.

Varios vecinos han mostrado su enfado, recordando a Ariznabarrako Gazteak que "las fachadas verticales son propiedad de cada comunidad de vecinos y no de dominio público, así que si se deterioran dichas fachadas repercute económicamente sobre los propietarios".

Otro vecino considera "el grafiti como un ataque a la propiedad porque un grafitero de verdad pide permiso al propietario y hace algo bonito y muchas veces de valor cultural".