El Baskonia llega al ecuador de la temporada en Euroliga en 15ª posición, un lugar que sin duda se encuentra por debajo de las expectativas creadas con la llegada de Pablo Laso al banquillo azulgrana y que alimenta las críticas dada la inconsistencia del equipo en ACB.
Pocas conclusiones positivas se pueden extraer de la primera vuelta realizada por los pupilos del técnico vitoriano aunque, eso sí, este torneo constituye una carrera de fondo y todavía hay margen para lograr los objetivos.
Las comparaciones con la pasada temporada, la primera en la que se instauró el formato del play-in, resultan odiosas y no favorecen al bloque dirigido por Laso en el marco de la Euroliga. El curso pasado, con un cambio de entrenador de por medio, el Baskonia llegó a la 17ª jornada con un balance de nueve victorias y ocho derrotas. Numeros en positivo, al contrario de esta campaña en la que el Baskonia, emulando la fábula de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, ha sido capaz de ofrecer su versión más volcánica y después caer de manera estrepitosa.
Los de Laso, con un 7-10 en su casillero particular, están obligados a remar a contracorriente desde la próxima semana si aspiran a mantener con vida sus aspiraciones clasificatorias. Y es que el Baskonia finaliza la primera vuelta a dos victorias del décimo clasificado, que marca el play-in.
Es evidente, por tanto, que la primera vuelta no ha cumplido con las cotas fijadas por la cúpula de Zurbano para este ejercicio. Entre otras cuestiones, se han escapado victorias que el Baskonia tenía en la mano como las de la salida del Asvel y París, además de los choques en casa frente a la Virtus y el Efes.
No es menos cierto que cada temporada la exigencia aumenta exponencialmente y para las entidades ‘mortales’ resulta más complicado tutear a los principales aspirantes al título continental. El desembolso de proyectos basados en el “yo más”, como Panathinaikos y Olympiacos, es inalcanzable para el club vitoriano.
Y como no podría ser de otra manera, el Baskonia está pagando la diferencia en plantillas más largas y con más fondo de armario. Es difícil ponerse a la altura de los grandes y el equipo ha sufrido derrotas muy hirientes, la más reciente en Atenas.
Una década más en la élite
Josean Querejeta, que se felicitó el pasado miércoles por llevar 25 años compitiendo en la élite y seguir haciéndolo durante la próxima década, también reflexionó acerca de la diferencia presupuestaria durante la presentación del proyecto Ondare.
“Tiene un mérito enorme estar compitiendo ante los macro presupuestos que vienen de equipos estado y grandes mecenas. Siempre nos gustaría competir mejor, pero tenemos nuestras limitaciones”, manifestó.
No en vano, lo que sí que depende intrínsecamente del equipo es lo que acontece sobre el parquet. Y un aspecto que ha mermado las aspiraciones clasificatorias del Baskonia ha sido su dificultad para cerrar los partidos. Al conjunto de Pablo Laso se le han escurrido victorias en el tramo final de forma reiterada.
La más dolorosa de ellas fue la sufrida ante la Virtus Bolonia, pero ha habido otras como las visitas al París y al Asvel, además del enfrentamiento ante el Efes, en los que el equipo vitoriano se dejó llevar en los minutos más decisivos del encuentro.
Aunque es una carrera de fondo, el equipo está obligado a realizar una extraordinaria segunda vuelta para tener opciones de entrar en el play-in. Para ello, eso sí, es determinante recuperar para la causa la versión más fiable de jugadores diferenciales como Howard, quien está protagonizando un ejercicio de lo más inconsistente desde el perímetro.
Pero no solo depende del escolta azulgrana, pues se echa en falta un paso al frente de fichajes como Trent Forrest, incapaz de marcar el ritmo en la dirección de juego, y Hall, capaz de lo mejor y de lo peor.
Cabe recordar que la temporada pasada el último equipo que logró el billete para las eliminatorias lo hizo con un balance de 17 victorias y 17 derrotas. Por lo tanto, el Baskonia debería conseguir 10 victorias en las 17 jornadas que restan de Euroliga para poder estar en esa pelea que promete ser tan agónica como la del curso anterior.
Y el cometido no se antoja precisamente como una tarea sencilla. El Baskonia deberá visitar canchas como la del Real Madrid, el Mónaco, el Partizan, el Fenerbahce, el Efes o el Armani. A domicilio, el equipo de Laso es el cuarto peor equipo con un balance de dos victorias y siete derrotas. Como aspecto positivo, disputará más encuentros en el Buesa Arena –nueve– que lejos de Vitoria-Gasteiz, con ocho duelos a domicilio.