El Baskonia no emitió ayer ningún parte médico acerca de Tadas Sedekerskis y ese simple hecho ya es una buena noticia pese al tradicional hermetismo de los clubes a la hora de informar sobre el estado físico de sus jugadores lesionados.

El ala-pívot lituano acabó tocado el duelo del pasado martes en el Stark Arena ante el Partizan.

Su rodilla izquierda dijo basta en los compases finales tras culminar un contragolpe con un mate. Dicho esfuerzo agudizó más si cabe el dolor de la articulación, que comenzó a hacer acto de presencia antes del descanso.

Tadas Sedekerskis recibe una falta de Hines, durante el encuentro entre el Armani y el Baskonia de la primera vuelta disputado en Milán Euroliga

Ni siquiera un todoterreno como Tadas inmune en el pasado a toda clase de golpes pudo resistir las molestias en la rodilla, teniendo que ser relevado por Ivanovic en un momento crítico donde se cocía la suerte del ganador. 

Muchos minutos en el banquillo

El báltico se agarró la articulación en infinidad de ocasiones en una inequívoca señal de que algo no funcionaba y al entrenador montenegrino no le quedó otro remedio que retirarle de la cancha perdiendo a una de sus piezas más solventes del engranaje.

Tadas sufrió problemas en su rodilla izquierda tras un mal gesto en una acción defensiva durante el segundo cuarto.

Luego volvería a recibir la alternativa al inicio del tercero, momento en que anotó una meritoria canasta de espaldas al aro, aunque más tarde no pudo aguantar muchos minutos seguidos sobre la infernal cancha serbia. 

Un Baskonia, inferior en la zona

De haber podido jugar algo más que sus 18 minutos, el Baskonia quizás hubiese resistido mejor las embestidas del Partizan en el juego interior de la mano de unos imparables Kaminsky y Caboclo.

Los dos hombres altos de Zeljko Obradovic causaron estragos no solo merced a su buena muñeca sino también con su supremacía física cerca del tablero que les permitió capturar innumerables rebotes ofensivos.

Maik Kotsar realiza una entrada en presencia de Kevin Punter y Bruno Caboclo, durante el partido entre el Baskonia y el Partizan ANDREJ CUKIC

En ese sentido, Ivanovic añoró más que nunca la figura de un Tadas que siempre aporta consistencia en el trabajo subterráneo.

El lituano se mantiene entre algodones para medirse hoy en su país natal al Zalgiris, pero salvo sorpresa forzará teniendo en cuenta la relevancia de la velada.

Tras la pérdida para lo que resta de temporada de Khalifa Diop, un nuevo contratiempo en la pintura sería mortal de necesidad. l