5 Miller-McIntyre Muy discreto en el Stark Arena. Prueba de ello es que Ivanovic le retiró varias veces de la cancha. Le costó hacer jugar al equipo y no fue el base resolutivo de casi todo el curso.
8 Howard Un escándalo de jugador. Revivió al Baskonia con tres canastones en el epílogo. Su enésima exhibición ofensiva careció esta vez de recompensa. Siempre metió el miedo en el cuerpo al Partizan.
6 Marinkovic Le faltó acierto desde la larga distancia con una mala carta de tiro. Mejor cuando penetró a canasta siendo un desatascador en diferentes tramos de la velada.
5 Sedekerskis Su rodilla izquierda preocupa sobremanera. Obligado a abandonar la cancha al final tras sufrir un problema físico en el segundo cuarto que le hizo estar muy renqueante.
4 Kotsar Una de sus noches más flojas de la temporada. Kaminsky le hizo un roto desde el inicio del partido con su mala defensa del ‘pick and roll’. Superado de cabo a rabo en la zona.
6 Moneke El lugarteniente de Howard en ataque. Hizo mucho daño a la defensa serbia con su verticalidad, algo que le permitió provocar bastantes faltas. Agrio pique con Trifunovic.
6 Costello Se entonó con el paso de los minutos tras ser, al igual que Kotsar, incapaz de contener a Caboclo y Kaminsky. Buen último cuarto, sobre todo en el plano ofensivo.
5 Theodore Anotó dos canastas, pero como al resto de bases le costó mover al equipo con criterio en distintas fases de la velada. Purgó su falta de centímetros ante Dozier.
5 Díez Limitado al trabajo defensivo en el Stark Arena. No pudo ser tan eficaz en el rebote como en jornadas precedentes y en ataque apenas se le vio fallando su único triple.
4 Rogkavopoulos Volvió a la rotación tras sus últimas ausencias y desesperó a Ivanovic en la primera mitad con sus despistes defensivos. Por ello, el griego fue un espectacador tras el descanso.
-Raieste Un visto y no visto en la capital serbia. Ivanovic tan solo le concedió 28 segundos. Tras una falta que envió a Avramovic al tiro libre al final del segundo cuarto, ya no jugó más.
5 Chiozza Una labor sin estridencias al frente del timón. Simultaneó su presencia con Miller-McIntyre para tratar de elevar la clarividencia ofensiva, pero lo logró con cuentagotas.
