El Baskonia cayó derrotado ayer en el infierno de Belgrado en una noche en la que acusó sobremanera la fragilidad mostrada en su juego interior. El equipo de Dusko Ivanovic se agarró con uñas y dientes a una épica remontada, pero acabó penalizado por su falta de agresividad defensiva y el descosido de Kaminsky y Caboclo en el interior.

No fueron suficientes ni la enésima exhibición particular de Markus Howard ni la reacción azulgrana del epílogo tras el miedo a ganar serbio. El Baskonia fue a remolque desde el inicio, no terminó de encontrar su sino en la dirección y sufrió de lo lindo ante los postes de Obradovic. Kaminsky y Caboclo pasearon su movilidad, exhibieron sus fundamentos en las entradas hacia el aro y lucieron una buena muñeca.

De hecho, la primera acción del partido fue el preludio del huracán que azotaría minutos después al juego interior vitoriano. Caboclo protagonizó un alley oop que provocó el estallido de júbilo en la caldera del Stark Arena y constituyó un quebradero de cabeza para Kotsar. No en vano, el interior brasileño firmó su mejor actuación de la temporada con 18 puntos, 13 rebotes y, sobre todo, la sensación de ser imparable bajo los dos aros. 

El Baskonia no fue agresivo en el plano defensivo y siempre llegó tarde a la hora de puntear los tiros del Partizan. Fruto de sus desajustes en el pick & roll, los versátiles interiores locales apenas encontraron oposición. Entre Caboclo y Kaminsky sumaron 38 puntos. Pese a su notable acierto en el pick & pop, Costello tuvo serias dificultades en las tareas más farragosas bajo su aro.

El temible dúo interior del Partizan hizo sangre en las filas baskonistas. Caboclo irrumpió con fiereza en el aro, mientras Kaminsky halló con suma facilidad opciones claras de tiro desde el exterior. Y eso que el Partizan llegaba a la trascendental jornada como el peor equipo de la Euroliga en el rebote y sin mucha consistencia bajo los aros.

Los desajustes en el marcaje defensivo dejaron prácticamente solo a Kaminsky, quien no perdonó desde la línea de 6,75 metros. No fue definitivamente la noche más lúcida para Kotsar, quien dio demasiadas facilidades a su pareja de baile. La constante amenaza del norteamericano desde el exterior fue un martirio para el estonio, que encajó tres triples idénticos y en ataque tampoco aportó prácticamente nada. 

Howard, a la épica

La falta de ideas en el juego en estático también fue un severo problema para el Baskonia. No fue suficiente con el desparpajo de Howard, autor de 26 puntos a través de canastas imposibles para cualquier mortal.

Ivanovic también realizó todas las probaturas posibles en el puesto del base. El técnico balcánico recurrió a Theodore y Chiozza más de lo habitual y durante un tramo también probó suerte con tres pequeños. Sin embargo, la rémora del juego interior impidió al Baskonia saborear una victoria que llegó a acariciar en el epílogo