El Baskonia encajó en Mónaco su tercera derrota seguida en un duelo en el que, aunque compitió más que el domingo, terminó cayendo a causa de errores propios en forma de pérdidas, falta de contundencia en el rebote y fallos desde la línea de personal. Ni siquiera un recital anotador de Howard en el último cuarto que acercó a los alaveses a tres puntos evitó la victoria terminara cayendo del lado del equipo que jugó con más calma y falló menos.
Dusko Ivanovic regresó a su anterior quinteto titular con Miller-McIntyre, Marinkovic, Raieste, Sedekerskis y Kotsar buscando una mejor puesta en escena que la del duelo contra el Real Madrid. Lo consiguió al menos en el apartado defensivo, ya que el conjunto gasteiztarra entró intenso a la cancha pese a haber tenido menos descanso que su rival y puso las cosas difíciles al Mónaco en los primeros minutos.
En ataque le costó algo más poner a punto la maquinaria al Baskonia, aunque encontró una buena fuente de anotación con las internadas a canasta de Kotsar, el más destacado del primer cuarto con ocho puntos. Ambos conjuntos se fueron intercambiando en unos primeros diez minutos en los que ninguno logró distanciarse en el marcador y que terminaron con un bonito duelo entre Howard y Mike James y un 21-22 en el marcador.
El guión y la igualdad se mantuvo en la reanudación del choque, en la que fue el Baskonia el que intentó en varias ocasiones despegarse de su rival, pero algunas malas decisiones en ataque impidieron que lo consiguiera ante un Mónaco encomendado al talento individual de sus estrellas y a su superioridad en el rebote. Dos triples consecutivos de Howard en el ecuador del segundo parcial dieron a los azulgranas una ventaja máxima hasta entonces de seis puntos (29-35), pero a ello le sucedieron varias pérdidas y posesiones precipitadas que ni siquiera terminaron en tiro, lo cual facilitó que entre Mike James y Diallo encadenaran un parcial de 12-0 con el que los locales voltearon el marcador y lograron marcharse a vestuarios por delante (43-39).
Querer y no poder
En el comienzo de la segunda parte, el Baskonia logró limitar sus pérdidas y sus concesiones en el rebote, lo cual permitió a los gasteiztarras volver a equilibrar la balance e igualar el choque (50-50) gracias a la alianza entre Miller-McIntyre, Moneke y Sedekerskis, que movieron el balón a las mil maravillas entre ellos.
Tras ello, sin embargo, llegaron unos minutos de enorme acierto ofensivo para el Mónaco con un imparable Mike James escudado por la precisión de Ouattara desde el perímetro, autor de tres triples durante un parcial que resultó letal. El Baskonia se mantuvo por momentos cerca gracias al acierto exterior de Sedekerskis y Marinkovic, pero se vio incapaz de mantener el ritmo de los locales y terminó recayendo en los errores y pérdidas que cometió en la primera parte. En consecuencia, el tercer cuarto terminó con un parcial de 10-1 favorable a los locales, que llegaron a los diez minutos decisivos con una ventaja de 71-59 que ponía las cosas muy difíciles a los azulgranas.
Markus Howard se negó a dar el encuentro por perdido y al comienzo del cuarto parcial el ataque azulgrana se convirtió en un monólogo del escolta norteamericano, que protagonizó canastas de todos los colores y anotó los diez primeros puntos de su equipo. Sin embargo, el Baskonia no fue capaz de cerrar filas en defensa para aprovechar la efervescencia de su estrella y el Mónaco mantuvo su acierto en el triple y siguió aprovechando las transiciones para que la diferencia no se moviera (81-69). Eso no enfrió el ánimo de Howard, que siguió a lo suyo y, junto a un también entonado Chiozza que se ganó que Dusko lo mantuviera en la cancha en los minutos importantes, lograron castigar una serie de fallos en el tiro del Mónaco y situarse a sólo tres puntos (84-81) a tres minutos del final.
El duelo estaba vivo, pero al igual que sucedió ante el Madrid, al equipo le faltó paciencia en las posesiones que tuvo para igualar el choque, la falta de acierto en el tiro libre y las cuestionables decisiones arbitrales no ayudaron, y el Mónaco, sin hacer grandes méritos logró matar el partido aprovechando esos fallos para anotar en el aro contrario. El duelo del viernes ante el Olympiacos será importante para que no se aleje el tren del play off.