El Baskonia se reencontrará mañana en Mónaco (19.00 horas) con un viejo conocido como Mike James, leyenda viva de la Euroliga que, tras una estancia de año y medio en Vitoria entre 2014 y 2016, dio el salto a la élite de anotadores del torneo. Ocho años después sigue sin bajarse de ese lugar privilegiado –este curso se ha convertido en el jugador que más rápido ha alcanzado 4.000 puntos en Euroliga– y no hay indicios de que vaya a hacerlo a corto plazo.
El base estadounidense lleva tiempo siendo uno de los grandes atractivos de la Euroliga por sus actuaciones tanto dentro como fuera de la cancha. Es un imprescindible para el espectáculo, una estrella con un carácter muy particular y sin pelos en la lengua, como ha demostrado tantas veces con declaraciones en las que no escapa de la polémica y antepone su opinión a lo políticamente correcto.
En la memoria del baskonismo queda aquella ocasión en la que afirmó sin tapujos que Vitoria es una ciudad “aburrida” o cuando dejó un recado al club en redes sociales al decir que no hace “descuentos en sus servicios”. Así ha sido siempre y eso le ha generado tantos fans como detractores, entre los que se encuentran dos entrenadores legendarios del torneo como Ettore Messina o Dimitris Itoudis, con quienes no terminó precisamente bien tras un frontal choque de egos.
Lo que realmente levanta pasiones, en cualquier caso, es lo que es capaz de hacer sobre la cancha. El talentoso exterior de Portland ha hablado en varias ocasiones de su intención de retirarse pronto, en el momento en el que notara que comenzaba a bajar su rendimiento, pero lo cierto es que a sus 33 años está pasando por un momento dulce de juego, en el que a su capacidad innata para meter puntos se le ha unido un punto de madurez –o tal vez simplemente experiencia– que lo convierten en un jugador mucho más regular e igualmente imparable.
Una estadística reveladora
Ya no sorprende ver a Mike James en lo más alto de la tabla de anotadores de la Euroliga con 19,6 puntos por encuentro, superando los 18,9 que promedia otro exbaskonista como Shane Larkin, ya que siempre está entre los mejores en esta faceta e incluso ha tenido campañas más prolíficas como la 2019-20, en la que promedió 21,1 puntos por choque. Lo que realmente tiene un mérito enorme es que haya alcanzado dobles figuras en anotación en cada una de las 19 jornadas que se han disputado en lo que va de torneo continental.
De hecho, viene de completar su peor partido de la temporada el pasado jueves en cancha del Olympiacos, cita en la que se quedó únicamente en 10 puntos, 7 asistencias y 6 faltas recibidas para 12 créditos de valoración en la derrota del AS Mónaco por 75-73, cifras notables para cualquier jugador terrestre. De hecho, para el Baskonia, que encajó la friolera de 28 puntos a manos de James en el duelo de ida en el Buesa Arena (75-77), sería todo un logro conseguir dejarlo en 10 puntos como consiguió el Olympiacos, ya que hasta entonces siempre había superado los 12 tantos.
Curiosamente, los dos jugadores que están a la zaga del norteamericano en esta estadística son otros dos exbaskonistas como Tornike Shengelia y Shavon Shields, ya que ambos han conseguido alcanzar los dobles dígitos de anotación en todos los encuentros excepto en uno. El interior georgiano de la Virtus Bolonia presume de haber anotado más de diez puntos en 18 de las 19 jornadas que ha disputado (94,7%), mientras que Shields, que se ha perdido las últimas citas por lesión, lo ha conseguido en 15 de los 16 partidos que ha disputado (93,7%).
Sistema a medida
Evidentemente, los números del base del AS Mónaco serían muy difíciles de conseguir de no ser por todo el peso que tiene el norteamericano en su equipo, en el que es dueño y señor pese a la presencia de otros grandes anotadores como Okobo, Lloyd, Diallo, Motiejunas e incluso el cuatro veces All-Star de la NBA Kemba Walker.
James promedia 31 minutos de juego por encuentro –el tercero que más de todo el torneo–, demostrando que los años no pesan en sus piernas, que le siguen permitiendo protagonizar algunos mates espectaculares pese a sus 1,85 metros de altura.
La frase de la estrella de la NBA James Harden al afirmar que “yo soy el sistema” perfectamente se podría aplicar a Mike James en el Mónaco, donde gran parte del juego se basa en aclarados y acciones individuales en las que encara a sus rivales y bien consigue anotar o encontrar liberados a sus compañeros, encargados de generarle espacios.
Esto se acentúa en los minutos finales, en las que el técnico Sasa Obradovic tiene claro a quién debe llegar el balón. El preparador serbio ha demostrado tener mucha mano izquierda y ser capaz de manejar una personalidad que se le ha atragantado a muchos entrenadores anteriormente, pero con la que ya mantiene dos años de relación.
Guste más o menos, hay que concederle también parte del mérito de que Mike James haya alcanzado esta temporada en el Mónaco la excelencia con la que está compitiendo en estos momentos, con porcentajes de acierto del 51,7% en tiros de dos y del 43,1% en triples, y con la que el Baskonia deberá lidiar.