Nico Mannion, el nuevo director de juego azulgrana, irrumpió en la NBA con tan solo 19 años y recuerda en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA su pasado con la franquicia afincada en San Francisco. El base internacional con Italia, hijo del exbaloncestista Pace Mannion, se enfundó la camiseta de los Golden State Warriors durante la temporada 2020-21, donde compartió equipo con estrellas del baloncesto como Draymond Green, Klay Thompson y Stephen Curry, de quien recuerda haber vivido un enriquecedor aprendizaje.
Fue muy joven en su primera etapa en la NBA, ¿cómo vivió su aventura?
Fue muy divertido saltar a la NBA con 19 años. Compartir vestuario con estrellas como Stephen Curry o Draymond Green fue superenriquecedor. Valoro mucho las relaciones que forjé con ellos. En la Virtus también he tenido el placer de jugar con mitos europeos como Teodosic, de quien aprendí mucho durante mi etapa en Italia.
El lujo de compartir vestuario con un emblema como Stephen Curry no está al alcance de todos.
Entrenar y aprender de un base como Steph es lo mejor para un chico de 19 años. Me acuerdo que la primera semana fue diferente para mí, la energía cuando te cruzas con alguien como Stephen Curry es increíble. Lo que vi de él fue que era el mejor, pero no solo por lo que jugaba en la cancha. Era el primero en llegar al gimnasio y el último en salir del entrenamiento. Ese sacrificio es lo que marca la diferencia y es un motivo por el que Stephen Curry es uno de los mejores del mundo.
"Compartir vestuario con estrellas como Stephen Curry o Draymond Green fue superenriquecedor"
¿Recuerda los consejos de algún otro jugador de Golden State Warriors?
Draymond Green también tiene un espíritu muy positivo que contagia. Fue un muy buen apoyo para los jóvenes. Recuerdo que en la burbuja de la G-League me mandaba clips de partidos míos con aspectos que había hecho bien y otros en los que podía mejorar. Era como ver una película en el cine. Sentir que un compañero veterano te ayuda a mejorar es fantástico.
¿Qué sintió al ser entrenado por Steve Kerr? Es un técnico que no necesita carta de presentación.
Obviamente es un gran entrenador, pero además de ello es una grandísima persona. Se comunica y entiende muy bien al jugador, transmite una energía positiva y eso se demuestra en sus equipos. También para los jóvenes es un apoyo porque tiene un mensaje que tranquiliza.
¿Cómo valora su regreso al baloncesto europeo? ¿Fue complicado volver?
Fue una decisión difícil regresar a Europa, pero era algo que tenía que hacer y estoy contento de haber decidido volver. Quería estar cerca de mi familia y mis seres queridos y también jugar un estilo diferente de baloncesto. La Euroliga es más física, la defensa marca una diferencia enorme porque hay menos espacio y el estilo europeo es mucho más táctico. Se trata de pensar en ti y en tus compañeros, en la NBA es más un uno contra uno constante. No es ni mejor ni peor, son simplemente diferentes. Allí crecen jugando de esa manera.
"Howard y yo crecimos en el mismo barrio, como a 20 minutos el uno del otro. Nos conocemos desde que tenemos 14 años"
Su nueva aventura es en el Baskonia, una entidad reconocida por promocionar jugadores a la élite del baloncesto.
El hecho de que Baskonia produzca tantos jugadores de primer nivel en Europa y que algunos acaben en la NBA significa que la organización trabaja muy bien. Demuestra que el Baskonia brinda oportunidades a jugadores como yo.
Durante su presentación habló de Markus Howard, ¿le conoce desde su adolescencia?
Nunca jugamos en contra porque es algo mayor que yo, pero crecimos en el mismo barrio, como a 20 minutos el uno del otro. Nos conocemos desde que tenemos 14 años. El verano pasado, cuando me imaginaba que podría fichar por el Baskonia, ya entrenamos juntos y trabajamos por construir una buena química entre ambos.
"No me supuso presión el ser hijo de un jugador de baloncesto"
Se podría decir que nació de la mano con el baloncesto al ser hijo de Pace Mannion, quien jugó seis temporadas en la NBA.
Exacto, pero al contrario de lo que la gente pueda imaginar, no me supuso presión el ser hijo de un jugador de baloncesto. De hecho, mi padre siempre me decía que yo acabaría siendo mejor que él. Nunca me estresó ni me obligó a jugar a baloncesto, simplemente quería que fuese yo mismo. No llegué a sentir presión y eso es muy importante porque mi familia es excelente. Siempre me han apoyado en mis etapas en San Francisco e Italia y ahora también con mi decisión de venir a Baskonia.
Es todo un trotamundos con apenas 22 años.
Es divertido para mí. Es cierto que echas de menos a la familia y a tus amigos, pero es parte del proceso. Me gusta aprender de las culturas en las que estoy, este año quiero aprender español.