No son muchos los jugadores de la escuela del Baskonia los que derriban la puerta y se asientan en el primer equipo azulgrana. Ilimane Diop en su día y actualmente Tadas Sedekerskis son de los pocos canteranos formados en la factoría de Zurbano que han conseguido tener cierto peso en el conjunto gasteiztarra años después tras formarse en los equipos nodriza de la Fundación 5+11.
Otros como Kurucs y Raieste también han llegado a dar el salto hasta la élite, pero con un papel más testimonial. De hecho, el letón ya no está en Vitoria tras concluir su contrato este pasado verano al no cumplir las expectativas y el estonio se juega su continuidad este curso ya que también concluye su vínculo.
No es fácil. Pavel Sakvok y Ondrej Hanzlik pueden dar fe de ello. El salto es enorme. Al menos, el Baskonia continúa trabajando con jóvenes valores con la confianza de que algún día lleguen a la élite. Sidy Cissoko ha sido la última perla cultivada en Vitoria que ha derribado esa puerta. Pese a que el aficionado baskonista no ha podido disfrutar de ver en acción al poderoso combo galo tras pagar los San Antonio Spurs su cláusula de salida, al menos el club ha visto recompensado su esfuerzo de trabajo de cantera. Madurando el talento. Diamantes por pulir.
Base explosivo de 17 años
Pues bien, hay más en la factoría de Zurbano. Uno de ellos es Kenneth Rodríguez. El explosivo base puertorriqueño ya está llamando a la puerta. El pasado viernes el joven jugador boricua, que en mayo cumplió 17 años, disputó sus primeros minutos con el primer equipo en el amistoso ante el Zunder Palencia.
Un paso más para este talentoso y explosivo director de juego llegado hace tres temporadas a Vitoria con el objetivo de seguir los pasos dados en su día por otros compatriotas suyos como James Carter, Andrés Rodríguez, Walter Hodge, Carlos Arroyo o el mítico Ramón Rivas. Puertorriqueños que jugaron en el Baskonia.
Con 14 años llega a Vitoria
Kenneth Rodríguez aspira a ser el sexto a medio-largo plazo. Trabaja para ello desde que con tan solo 14 años dejó su país natal para formarse en los equipos de las categorías inferiores del Baskonia. De momento, ya ha dado buenas muestras de la calidad que atesora.
El base caribeño, que vive en la residencia del club, fue pieza clave en el título de campeón de Euskadi logrado el pasado ejercicio por el equipo júnior del Baskonia. Rodríguez, un base con un físico prodigioso de 1,88 metros, anotó 13 puntos y repartió 8 asistencias durante la final ante el Easo Basket. Un líder. Siempre lo ha sido en su todavía corta carrera.
De hecho, en su país se hicieron eco de su espectacular debut con el equipo cadete del Baskonia cuando era un recién llegado. 24 puntos y 6 asistencias fue su carta de presentación allá por octubre de 2020.
Durante el pasado Campeonato de España también firmó actuaciones notables. Ante el Hospitalet por ejemplo, en tan solo 27 minutos anotó 28 puntos con unos excelentes porcentajes del 77,7% en tiros de 2 (7/9), 57% en triples (4/7), tres rebotes y cuatro asistencias para una valoración final de 33 puntos. Crecido ante los grandes.
En el Campeonato de España, ante el Hospitalet, en tan solo 27 minutos anotó 28 puntos con unos excelentes porcentajes del 77,7% en tiros de 2 (7/9), 57% en triples (4/7)
Rechazó ofertas de EE.UU.
Dejó claro que no tiene miedo a nada. No necesitó periodo de adaptación. Acostumbrado a retos mayúsculos. Buena culpa de ello la tiene su padre Ángel Rodríguez, quien dirigió su formación como jugador desde los 4 años. Su progenitor ya le acostumbró a medirse a retos de envergadura desde su más tierna infancia en su Puerto Rico natal. “El nene siempre era de los más grandes y yo me encargaba de ponerlo como base. Evitaba así que lo fueran a poner de pívot. Y a veces jugaba también con categorías superiores”, menciona con orgullo.
Así lo ha hecho también en Vitoria. El de Carolina, municipio situado en la costa noreste de Puerto Rico, ya ha jugado algún partido con el equipo del Baskonia de LEB Plata y el de EBA, pese a ser un júnior. Retos de altura con tal de mejorar en todas las facetas. Ese es su objetivo. Trabajo para crecer. De hecho, Kenneth Rodríguez, que rechazó en su día varias ofertas de Estados Unidos para formarse en el Baskonia, no para ni en verano.
El base boricua, un jugador “fuerte, con buen salto y buen tiro”, como apuntan desde su país, aprovecha las vacaciones de verano para ejercitarse con el equipo profesional de los Gigantes de Carolina.
De esta forma, la federación portorriqueña sigue de cerca su evolución. Confían en que sea el siguiente jugador de su país que se convierta en una estrella en el baloncesto europeo. La selección de su país ya llamó en su día a su puerta. Y es que Kenneth Rodríguez estuvo a punto de debutar con el combinado de Puerto Rico en el torneo Centrobasket juvenil a principios de año, pero no pudo hacerlo porque tuvo que viajar a España para solucionar un tema de su visado. Ya le llegará su momento. De momento, es el Baskonia el que disfruta de su juego, madura al jugador y confía en su explosión para un futuro. Talento boricua en la recámara.