Matt Costello (Míchigan, 1993), afronta su tercera temporada en el Baskonia convertido en uno de los pesos pesados del vestuario, más aún tras la marcha del capitán Rokas Giedraitis. El interior norteamericano, una navaja suiza para Peñarroya por su capacidad para jugar tanto en el puesto de pívot como en el de ala-pívot, regresa a la actividad con las pilas cargadas tras haber renunciado a participar en el Mundial, consciente de que se avecina otra campaña de enorme exigencia. La última de su contrato.
¿Cómo se siente volver a la acción tras las vacaciones?
–Realmente bien. Siempre disfruto mucho del verano, es el momento ideal para pasar tiempo con los amigos y la familia en Estados Unidos, aunque se echa en falta tener una rutina y algo fijo que hacer en el día a día. Se intenta trabajar individualmente, sí, pero no se puede considerar trabajo como tal. Es bonito estar de vuelta con los compañeros para intentar hacer mejor al equipo.
¿Le está dando envidia ver a Rogkavopoulos, Marinkovic y Sedekerskis competir en el Mundial y no estar allí también?
–Estoy muy contento por ellos, han hecho un gran trabajo los tres, pero también es verdad que ellos tuvieron que abandonar sus hogares en julio. Creo que no cambiaría el tiempo que he podido pasar en casa con la familia por estar ahora participando en el Mundial.
¿Es por ello por lo que renunció a estar allí representando a Costa de Marfil?
–Totalmente. Al principio no pensaba que me fuera a llegar la oportunidad de ir con la selección y luego la llamada llegó demasiado tarde. Ya tenía el verano planificado contando con que no iría al Mundial.
¿Le gustaría estar dentro de un año en el Preolímpico para intentar llevar a Costa de Marfil a París 2024?
–Ya lo veremos. Cuando llegue el momento valoraré si me siento físicamente preparado para ello y si surge la oportunidad de pelear por estar en los Juegos Olímpicos. Todavía es pronto para decirlo.
¿Está viendo los partidos del Mundial?
–Sí, mi familia aún no está en Vitoria y estos días estoy solo en casa, así que no hago más que ver baloncesto. Cuando Lituania ganó a los Estados Unidos escribí a Giedraitis y a Sedekerskis para decirles que su país es terrible y ser desagradable con ellos (risas), aunque hay que admitir que Lituania jugó muy bien y Tadas estuvo fantástico. La derrota de España contra Canadá fue dura, creo que España jugó mejor durante todo el partido.
¿A quién ve favorita en estos momentos?
–Es difícil decirlo. Creo que va a estar entre Canadá y Estados Unidos.
Al principio del verano hubo mucha incertidumbre con quién iba a dirigir al equipo. ¿Está contento de tener de nuevo a Peñarroya de entrenador?
–¡Desde luego! Joan es uno de los mejores entrenadores que he tenido nunca por cómo se comunica con los jugadores. Nos exige, pero también nos da la oportunidad de jugar con libertad. Cuando me enteré de que finalmente le iban a dar la oportunidad de volver me alegré mucho porque creo que hizo un gran trabajo la pasada temporada y que en líneas generales fue un año exitoso. Ojalá podamos replicar lo que hicimos.
“Estoy contento de volver a ver a Peñarroya, es uno de los mejores entrenadores que he tenido por cómo se comunica con los jugadores”
El entrenador es el mismo, pero el equipo ha cambiado...
–Sí, yo creo que vamos a ver un Baskonia algo diferente este año. El curso pasado éramos un equipo 100% ofensivo, centrado en correr, tirar y anotar, pero esta campaña tenemos algo más de altura y de físico con Mannion en el puesto de base, Miller-McIntyre en el uno, dos o tres, Khalifa Diop como pívot, Moneke que es un animal y aparece por todos los lados... Veremos cómo puede poner Peñarroya las piezas en orden y encontrar el equilibrio.
¿Espera variaciones en el estilo de juego?
–No, yo creo que el estilo va a ser muy parecido, en la línea del baloncesto que propuso Joan también en Burgos y en Valencia, con mucho ritmo y canastas en transición. Sin embargo, en esas 10 o 15 posesiones que hay cada partido en las que el juego se ralentiza y la defensa cobra importancia creo que tenemos más herramientas para ser sólidos, rotar atrás y no conceder tantos puntos fáciles al equipo contrario.
¿Cuál es su primera impresión de los nuevos compañeros?
–Todos traían una buena reputación de sus etapas anteriores, así que de alguna forma ya sabía lo que podía encontrarme. Por ahora están cumpliendo con las expectativas y tengo ganas de que podamos empezar a jugar y a gritarnos unos a los otros. También es bonito reencontrarme con Khalifa, con quien jugué dos temporadas en el Gran Canaria. Todos parecen buenos tipos, aunque estamos aún en pretemporada. Veremos lo que sucede de aquí a dos meses.
La temporada pasada no terminó de la mejor manera con aquella eliminación en cuartos de final contra el Joventut. ¿Le ha dado muchas vueltas en verano a lo que sucedió?
–Sí, creo que en la mayoría de nuestras victorias lanzamos con acierto desde el triple y fuimos capaces de anotar algunos tiros complicados. Pienso que teníamos un buen plan de partido para los dos encuentros que disputamos contra el Joventut tanto en ataque como en defensa y si te fijas en la anotación, fue similar a la que promediamos durante la temporada. Conseguimos anular por completo a Tomic con una defensa de doble hombre, pero apareció Kyle Guy, que no había jugado así ni anotado 30 puntos en toda la temporada, e hizo dos partidazos contra nosotros. Eso destrozó nuestra estrategia, empezamos a ponerle distintos defensores encima, pero no paró de anotar. Creo que no tuvimos fortuna, Guy subió su rendimiento y no logramos igualarlo.
¿Qué cree que debe mejorar el equipo en esa clase de partidos?
–El año pasado tuvimos varios encuentros similares a esos, tanto en Copa del Rey como en la Euroliga en duelos clave como el del Mónaco en casa, el Zalgiris fuera o la última jornada ante el Olympiacos que nos podían haber dado el play off. No diría que fallamos, porque no perdimos por 20 o 30 puntos, pero sí que no fuimos capaces de dar ese último paso para ganar. Tenemos que aprender de eso este año y ser más consistentes y sólidos. Ojalá tengamos oportunidades similares para redimirnos.
¿Va a echar en falta a Giedraitis y las jugadas de pick & roll con Darius Thompson?
–Por supuesto, los dos eran una parte muy importante del equipo. Me alegro por ellos, han conseguido buenos contratos, pero los voy a echar mucho de menos, tanto dentro como fuera de la cancha. Rokas era un líder en el vestuario, nuestros hijos estaban todo el rato jugando juntos... Estoy un poco triste por su marcha, no le voy a mentir.
En su tercera temporada y ya sin Rokas, ¿se siente uno de los líderes del vestuario?
–Sí, eso es algo que llega con el tiempo. Sedekerkis y Raieste son los que más tiempo llevan aquí, pero después vamos Marinkovic y yo. Todos los chicos nuevos se están fijando en mí estos días y preguntándome sus dudas en cuanto a sistemas, qué hacer, forma de jugar...
“Aún no ha habido contactos para renovar el contrato con el Baskonia; no sé qué pasará el año que viene, primero hay que jugar”
¿Está cómodo con ese rol?
–Sí, no puedo decir que lo haya tenido siempre, pero sí que ha habido momentos en mi carrera en los que he ejercido de líder, ya sea en el instituto, la universidad e incluso un poco la pasada temporada, en la que ya era uno de los más veteranos de la plantilla.
¿Va a hacer de mentor para Khalifa Diop como ya hizo en Gran Canaria?
–Justamente esta semana ha pasado algo muy curioso en un entrenamiento. Limamoulaye, uno de los jóvenes que está ayudándonos, tuvo una bronca con otro jugador en un entrenamiento e inmediatamente Diop y yo cruzamos las miradas y nos reímos porque nos recordó a lo que vivimos en Gran Canaria cuando él estaba llegando al primer equipo y yo, que tenía que enseñarle, me excedí gritándole para que jugara de la forma correcta. Intentaré ayudarle en lo que pueda, pero creo que ha crecido mucho. Es un gran jugador y una gran persona, no creo que necesite ya mis consejos.
¿Lo ve triunfando en la NBA en el futuro?
–Espero que al menos tenga la oportunidad, ya que creo que lo puede hacer muy bien allí por cómo juega, el físico que tiene y lo fuerte que es mentalmente. Ojalá los Cleveland Cavaliers le den la posibilidad de jugar un año o dos. Nunca se sabe lo que puede ocurrir; está el caso de Rokas Jokubaitis, que en mi opinión está preparado y sigue en el Barcelona.
Este verano ha sido vinculado con el Maccabi Tel Aviv. ¿Realmente existió la posibilidad de que dejara el Baskonia?
–Sí, hubo conversaciones con el Maccabi, pero al final no se llegó a cerrar un acuerdo. En cualquier caso, estoy muy feliz de estar de vuelta en Vitoria, lo digo de corazón. Estoy muy cómodo viviendo aquí con mi familia, ya veremos lo que sucede el año que viene. Hablo todo el rato con mi mujer de ello, podríamos ir a cualquier sitio desde España hasta China pasando por Turquía, pero ahora mismo estoy en el Baskonia y me alegra que así sea. No me voy a mover de aquí este año, a no ser que Félix Fernández me eche a la calle (risas).
Este es su último año de contrato. ¿Ha habido alguna conversación con el Baskonia para ampliarlo?
–De momento no, tenemos que jugar un poco a baloncesto antes de eso. Ojalá le pudiera decir con todo detalle dónde voy a estar el año que viene, ya que haría mi vida mucho más fácil, pero la realidad es que no lo sé.
Volviendo a la pretemporada, esta semana disputan su primer amistoso. ¿Es de esos a los que les gusta el trabajo de preparación o quiere empezar ya a jugar?
–Me gusta jugar, ojalá nuestras pretemporadas fueran como las de el Real Madrid, un par de amistosos y a competir, pero creo que estas semanas de transición y trabajo son importantes para ponerse en forma. Queremos empezar a tope desde el principio, no nos podemos permitir tomarnos el primer mes de competición como un calentamiento.
"Dusko es un animal completamente diferente. No me malinterprete, mis piernas están agotadas ahora mismo, pero lo de Ivanovic es un caso aparte"
¿Son duras las pretemporadas de Peñarroya o nada comparadas con las de Ivanovic?
–No es equiparable, Dusko es un animal completamente diferente. No me malinterprete, mis piernas están agotadas ahora mismo, pero lo de Ivanovic es un caso aparte.
¿Está trabajando algún aspecto específico de su juego?
–Uno de mis objetivos de esta campaña es mejorar en la defensa cuando juego en el puesto de cuatro y es algo que estoy haciendo junto al nuevo entrenador asistente David García. Como pívot lo hago más o menos bien, pero cuando estoy jugando de ala-pívot suelo tener confusiones con cómo ocupar el espacio y en qué momentos dar ayudas a los compañeros. En ataque, veremos. El año pasado fue fácil posicionarse porque teníamos a un jugador dominante en el pick & roll como Darius Thompson, este curso tal vez me toque ser más agresivo.
Una última: el pasado sábado estuvo junto a varios compañeros viendo el partido del Alavés tranquilamente en Mendizorroza como un aficionado más. ¿Cómo es ser un jugador de baloncesto famoso en Vitoria?
–Se lleva bien, la verdad. La gente te para de vez en cuando a pedir una foto o te saluda, pero los vitorianos son muy respetuosos en general y si estás ocupado no te molestan, respetan tu tiempo. También es verdad que no soy alguien tan reclamado como Howard, al que siempre le paran, pero, como le digo, nunca llega a resultar incómodo o pesado.