El estreno del nuevo Baskonia de Joan Peñarroya difícilmente pudo tener un mejor guion. El duelo ante Unicaja tuvo todo lo que puede pedir un aficionado a un partido: ambientazo, remontada tras un inicio extraterrestre del rival, ritmo vertiginoso, exhibición anotadora de su equipo y final de partido relativamente cómodo. El único pero que tuvo el primer triunfo azulgrana de la temporada fue la lesión de Markus Howard, principal responsable de la reacción local con 15 puntos en ocho minutos de juego.

Tras el espectáculo circense y de luces previo al pitido inicial y con las gradas del Buesa Arena llenas como hacía mucho tiempo que no sucedía, los ánimos estaban por las nubes y el Unicaja se encargó de verter un jarro de agua fría sobre ellos con un arranque apabullante. El conjunto dirigido por el gasteiztarra Ibon Navarro quiso dejar claro que no tenía ninguna intención de ser cómplice en la fiesta inaugural baskonista y, liderado por un acertadísimo Djedovic, protagonizó unos primeros ocho minutos de ensueño en los que anotó 31 puntos sin fallo. No lo hizo mal el Baskonia durante ese periodo, ya que bajo la batuta de Thompson protagonizó buenas acciones en ataque, aunque una y otra vez, en parte por su permisividad defensiva, se encontró con la respuesta del conjunto malagueño. Llegó a acumular una carta de 5/5 en tiros de dos y 7/7 en triples, momento en el que Costello forzó el primer error cajista con un tapón sobre Brizuela. Afortunadamente, el marcador reflejaba entonces un 18-31 que incluso parecía corto para el extraordinario acierto visto sobre el parqué.

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Fiesta en el Buesa Arena en el 'Opening Game' Jorge Muñoz

Terminó el primer cuarto con una canasta obra de Howard (22-35), que partiendo desde el banquillo fue el encargado de prender la mecha azulgrana y darle una vuelta de 180 grados al partido. El exterior norteamericano dio en su debut como azulgrana la primera muestra de la enorme calidad que atesora y, con 12 puntos consecutivos entre el final del primer parcial y el inicio del segundo, redujo en un suspiro la desventaja hasta solo tres tantos con el 32-35. Los malagueños, ya sin su fortuna desde el perímetro, se empezaron a resquebrajar y cuando aún estaban pensando en la manera de poner freno a Howard se encontraron con la irrupción de otras amenazas como Sedekerskis, Marinkovic o Darius Thompson, que también tuvieron su momento de gloria durante un segundo cuarto brillante en el que el Baskonia no solo logró darle la vuelta al encuentro, sino que se marchó al descanso con una ventaja de dobles dígitos gracias a un devastador parcial de 37-12 durante esos segundos diez minutos.

Desenlace tranquilo

Lamentablemente para el Baskonia, las noches perfectas no existen y al poco de regresar de vestuarios, el héroe de la primera parte, Markus Howard, se lesionó en un feo resbalón en la pegatina de la zona de tiros libres y silenció a las 15.000 almas presentes ayer en el Buesa Arena. La baja del estadounidense, al que habrá que hacer seguimiento en los próximos días, no desalentó a los hombres de Peñarroya, que sumaron a nuevos jugadores a la fiesta anotadora como Kurucs, Giedraitis o Hommes, lastrado en la primera mitad por su acumulación de faltas. El equipo siguió jugando con alegría, anuló al Unicaja con buenas defensas y aprovechó cada oportunidad de correr la cancha para castigar al rival, conducido siempre por la clarividencia de Darius Thompson, con mayor responsabilidad si cabe tras la lesión de Howard. Los visitantes, que anotaron más en el primer cuarto que en el segundo y el tercero juntos, vieron con impotencia como el Baskonia llegaba al cuarto decisivo con una ventaja de 84-60 que prácticamente sentenciaba el choque.

De hecho, verse con ese colchón hizo que el conjunto gasteiztarra se relajara en exceso y, tras una serie de pérdidas evitables, a Peñarroya no le quedó más remedio que pedir tiempo muerto con cuando el Unicaja se acercó a 15 puntos con tres minutos todavía por disputarse. “Dejad de cometer errores estúpidos”, protestó el técnico, que evitó con su charla sustos indeseados. Al final, incluso Raieste disfrutó de minutos en la fiesta azulgrana, que no terminó hasta bien entrada la noche. Conviene disfrutar de esta primera alegría (103-89), ya que la prueba del domingo, en el Palau Blaugrana contra el Barça, será bastante más seria