El Deportivo Alavés se la juega este domingo, como lo hará en cada partido de aquí al 25 de mayo. Sin embargo, pase lo que pase en Son Moix, los babazorros seguirán con varias balas más en la recámara. No así Eduardo Coudet. El entrenador argentino está en la cuerda floja, fruto de sus decepcionantes resultados en las últimas semanas, y todo apunta a que su continuidad depende de una buena actuación del equipo en Mallorca.
En una cita de esta magnitud, parece lógico que el Chacho confíe en su guardia más fiel. Es decir, en aquellos futbolistas que han formado la columna vertebral del Glorioso desde que aterrizó en Mendizorroza a principios de diciembre. Es cierto que podría sorprender con una revolución para descolocar a su homónimo Jagoba Arrasate, pero cuesta imaginarlo, pues no ha sido muy dado a ello en estos tres meses al frente.
Bajo palos, no hay debate: Antonio Sivera es indiscutible. El guardameta alicantino es un pilar fundamental del Alavés sin importar el inquilino que esté en la caseta. Por lo tanto, salvo contratiempo médico, jugará de inicio en Son Moix. Más dudas surgen justo delante de él, en la retaguardia. Y el culpable de ello es Santi Mouriño. Sus buenas actuaciones le hacen merecedor de seguir el once, la incógnita es en lugar de quién.
Frente al Espanyol, que es la referencia más reciente, fue Manu Sánchez quien se quedó en el banquillo. Una decisión que podría repetirse. La otra opción es que sea Moussa Diarra esta vez el suplente, algo comprensible tras su error en la jugada decisiva contra el conjunto perico. El francés, eso sí, ha sido titular en todos y cada uno de los partidos de Liga con el Chacho. Nahuel Tenaglia y Abdel Abqar, en cambio, parecen fijos.
LA SALA DE MÁQUINAS
Aún menos sorpresas se esperan en el doble pivote de la medular, donde Antonio Blanco y Joan Jordán han sido de la partida siempre que han estado disponibles. Nueve titularidades suma el jugador cordobés con Coudet y cinco el barcelonés. La apuesta por este último, que se perdió cuatro encuentros por lesión, es uno de los sellos de identidad del técnico argentino como albiazul. No quiere desprenderse de su talento con el balón.
Varios metros más adelante, se espera el regreso de Jon Guridi. Visto que el 4-4-2 no ha dado resultados, además de que solo lo ha usado en casa, sería ilógico dejar al de Azpeitia en el banquillo si se vuelve al 4-2-3-1. Menos todavía considerando lo mucho que le cuesta hilvanar jugadas al equipo sin él. Ocho veces lo ha empleado de inicio el Chacho en Liga, lo que le convierte en el séptimo jugador de la plantilla con más titularidades.
POCAS DUDAS EN ATAQUE
Junto al mencionado Diarra, otro de los que ha jugado desde el comienzo en los diez partidos ligueros que ha dirigido el argentino es Carlos Vicente. Aunque no tuvo el día contra el Espanyol, como reconoció el propio entrenador en rueda de prensa, nadie duda de que la banda derecha es de su propiedad. Caso idéntico en el lado contrario con Carles Aleñá. Está dando un plus al equipo desde su llegada en el mercado invernal.
El inconveniente de ubicar a Aleñá en la izquierda es que, como siempre se enfoca hacia dentro para potenciar sus cualidades, el Alavés desaprovecha por completo ese ala. Ahora bien, tampoco hay demasiadas alternativas. Carlos Martín no está al cien por cien físicamente -sin olvidar que, posicionalmente, no es muy diferente al de Mataró- y lo mismo ocurre con Tomás Conechny. El desajuste en ese puesto es evidente.
TITULARIDADES CON COUDET, EN LIGA
- Diarra, Carlos Vicente y Kike García - 10
- Tenaglia, Abqar y Blanco - 9
- Guridi - 8
- Manu - 7
- Jordán, Carlos Martín y Guevara - 5
- Mouriño y Owono - 4
- Conechny - 3
- Toni Martínez y Aleñá - 2
- Pica y Protesoni - 1
Y en la punta de lanza, como en la portería, no hay debate alguno. Kike García, el tercero con el máximo de titularidades, es indiscutible no solo por sus diez goles, sino por todo lo que le aporta al Alavés cuando está sobre el césped. La única forma de que Toni Martínez o Asier Villalibre entren en el once es que el delantero manchego esté sancionado, se lesione o que Coudet opte por un esquema de dos delanteros.