El frente de ataque albiazul fue una de las parcelas más reforzadas por la dirección deportiva, tanto en el zoco estival como en el invernal. El Deportivo Alavés reclutó para la causa, en la zona de tres cuartos, a jugadores como Conechny, Luka Romero, Stoichkov, Carlos Martín, Toni Martínez, Villalibre y, en el tramo final del mercado, a Carles Aleñá y Pau Cabanes. 

Si bien la punta de lanza y el flanco derecho funcionan de manera correcta con la hegemonía de Kike y Vicente, la banda izquierda se ha convertido en un serio quebradero de cabeza desde el inicio del curso. Ni Conechny, ni Carlos Martín, ni Abde –antes de poner rumbo a Granada– lograron afianzarse en esta posición, pese a haber contado con oportunidades para reivindicarse.

En la actualidad, quien ha ganado terreno en el extremo izquierdo es Carles Aleñá, aunque su rol dista mucho del clásico perfil de un futbolista de banda profundo y con vocación de enviar centros, un perfil más parecido al de Carlos Vicente. 

La llegada del catalán ha supuesto un soplo de aire fresco gracias a su calidad, pero Coudet necesita más aportación por parte del fondo de armario, compuesto por Carlos Martín y Conechny, este último en una situación más delicada debido a su lesión en el rostro.

Esta demarcación quedó prácticamente huérfana al cierre del pasado ejercicio tras las salidas de Luis Rioja y Giuliano Simeone, quienes, cada uno en un tramo del curso, ofrecieron un rendimiento sobresaliente en esa zona del campo. Sin embargo, esta temporada se está echando en falta la verticalidad en la banda izquierda, y las comparaciones con el pasado resultan odiosas. Si bien Carlos Vicente no atraviesa su mejor estado de forma, el carril contrario sigue sin ofrecer soluciones. Y eso que probaturas no han faltado, primero con Luis García y, desde diciembre, con Eduardo Coudet.

Conechny, en el inicio de liga

En las primeras semanas de la temporada, Conechny fue el elegido por el técnico madrileño para ejercer de extremo izquierdo. No obstante, al atacante argentino le costó adaptarse a las exigencias del fútbol español y apenas dejó destellos de la calidad que mostró en Godoy Cruz o la que se le presuponía tras la fuerte apuesta del club, que le firmó hasta junio de 2028. 

Antes de caer lesionado ante el Barcelona, Conechny alternó titularidades con suplencias sin llegar a asentarse en el once inicial. Hasta la fecha, ha disputado 705 minutos en Liga y ha anotado un gol.

Ante la irregularidad del argentino, tanto Luis García como el Chacho apostaron por otro perfil como el de Carlos Martín. Sin embargo, el atacante cedido por el Atlético de Madrid tampoco ha ofrecido un nivel que le permita derribar la puerta de la titularidad, perdiendo protagonismo con la llegada de Carles Aleñá.

Antes del mercado invernal y del reajuste acometido por Sergio Fernández en la parcela ofensiva, Abde y Stoichkov también tuvieron minutos en el extremo izquierdo, pero sin éxito. El canterano mejoró con respecto a sus competidores en esta posición, pero no terminó de eclosionar y, tras perder protagonismo, recaló cedido en el Granada, donde comparte delantera con Stoichkov, quien definitivamente no triunfó en Vitoria.

Moussa Diarra, ante Sylla Europa Press

El lateral, inconsistente

Si la banda izquierda supone un problema en ataque, en defensa la situación no es mucho mejor. La sombra de Javi López y Rubén Duarte sigue siendo muy alargada en Mendizorroza. Ni Manu Sánchez ni, mucho menos, Diarra han conseguido consolidarse en el lateral izquierdo. Son dos perfiles muy distintos: mientras el madrileño tiene una vocación ofensiva más marcada, el internacional maliense se siente más cómodo en el eje de la zaga.

Diarra es, de hecho, uno de los pocos fichajes del verano que ha logrado ser indiscutible en el once, aunque en las últimas jornadas ha quedado señalado en varias acciones decisivas. Ante el Girona, un erróneo rechace suyo propició el gol de John Solís, y frente al Espanyol se limitó a mirar a Calero en la jugada que originó la derrota albiazul. Errores que lastran al Glorioso, hundido en la penúltima posición, y que han generado un creciente temor en la grada cada vez que el rival se acerca al área.