El año pasado, los pisos tutelados del Ayuntamiento de Vitoria, atendieron a 151 personas en riesgo de exclusión social, de las que 48 eran adultas solas y 28 familias con menores.
En la actualidad, este programa cuenta con 24 inmuebles de estas características, con un total de 135 plazas destinadas a este fin.
Con el objetivo de seguir cubriendo las necesidades de alojamiento a personas y familias que, en un momento dado, carecen de vivienda o la suya no resulta adecuada, la Junta de Gobierno Local adjudicó el pasado 28 de noviembre, a propuesta del Departamento de Políticas Sociales, el contrato para la gestión de las mismas para 2026, que requiere de una inversión de cerca de 1,3 millones de euros.
Correrá a cargo de Grupo 5 Acción y Gestión Social y la Comisión Ciudadana Antisida de Álava, dado que su gestión operativa suele recaer en entidades colaboradoras especializadas en acción social.
Lucho Royero, concejal de Políticas Sociales, valora de forma “muy satisfactoria” el trabajo que se realiza en estas viviendas tuteladas para que “al finalizar la estancia, las personas puedan implementar de manera autónoma las habilidades de autocuidado, inclusión social y autonomía”.
Baja intensidad de apoyo
Se trata de alojamientos colectivos, de corta o media estancia, ubicados en edificios ordinarios en distintas zonas de la ciudad como los barrios de Zaramaga, Aranbizkarra, Casco Viejo, San Martín Sansomendi o Coronación.
Es un servicio de baja intensidad de apoyo, que cuenta con un equipo educativo para realizar funciones de supervisión de forma presencial en la vivienda, mediación, intermediación y acompañamiento.
Estos pisos supervisados buscan ofrecer la inclusión social mediante un programa de acompañamiento y tutelaje para hacer que las personas en exclusión avancen en el itinerario que les dirija a una incorporación social plena.
De la misma manera, el equipo técnico se encarga de las tareas de cuidado de las viviendas, conservación, reposición y colaboración en su mantenimiento para el correcto funcionamiento de las mismas en relación a las personas alojadas.
El servicio se presta durante las 24 horas de los 365 días del año. Las personas que residen en ellas son atendidas por el Servicio de Inclusión social.
Cómo acceder
Se les deriva a este recurso cuando requieren de una alternativa de vivienda por carecer de un alojamiento adecuado para poder realizar su proceso de inserción, no disponer de recursos económicos suficientes, no contar con apoyo sociofamiliar eficaz y necesitar una intervención de carácter capacitador para superar la situación de exclusión residencial y acometer con éxito el tránsito a una vivienda independiente.
Por tanto, son los servicios sociales los que evaluarán su situación personal, social y habitacional para determinar si requieren de una alternativa de vivienda en el caso de que carezcan de alojamiento adecuado para realizar su proceso de inserción. Los mismos técnicos municipales valoran también si no cuentan con los recursos económicos suficientes o carecen de apoyo familiar.
Los que finalmente accedan a ellos no son únicamente personas solas, ya que en el caso de que esa persona tenga una familia, se procura mantener bajo el mismo techo a su cónyuge y descendientes.