Uno de los retos de Luis García Plaza en esta recta final de temporada era recuperar a aquellos jugadores que, por razones de distinta índole, no habían tenido tanto protagonismo a lo largo de la segunda vuelta. De esta manera, además de contar con un banquillo siempre útil y dispuesto, el Deportivo Alavés tendría la posibilidad de variar su once en busca de distintas ideas de juego, lo cual siempre es interesante en una categoría tan igualada

Ese propósito no ha sido posible en casos como, por ejemplo, los de Salva Sevilla o Xeber Alkain, quienes, de momento, siguen lejos de su mejor versión, pero sí se ha logrado con otros integrantes de la plantilla. La mayor evidencia, en este sentido, lleva el nombre de Carlos Benavídez. De la noche a la mañana, el centrocampista uruguayo ha emergido entre las sombras para convertirse en uno de los albiazules, sin duda, más determinantes. 

El sábado, ante el Eibar, fue titular por la ausencia del sancionado Antonio Blanco y, desde el principio, ya pudo comprobarse que se trataba de un partido idóneo para él. Las disputas entre ambas escuadras brillaron por encima de todo lo demás y, en ese escenario, Benavídez demostró por qué había sido tan importante en otras fases de la temporada. Los armeros hicieron todo lo posible para no tener que cruzarse con él sobre el césped.

Benavídez disputa un balón con Blanco Leschuk durante el Eibar-Alavés de este sábado. Javier Colmenero

A su inestimable labor de ancla en la medular, con la que amordazó a azulgranas importantes como Matheus, Nolaskoain o Javi Muñoz, solo le faltó un acierto superior en el aspecto ofensivo del juego, pues perdió varios balones. No es su papel, eso está claro, pero siempre ayuda que el pivote más atrasado sea capaz de sacar el balón jugado, aunque, si fuera así, probablemente no estaría jugando en Segunda División, sino más arriba. 

Aún mejor estuvo Benavídez, eso sí, en la visita de la semana pasada al Gran Canaria. Allí, en casa de Las Palmas, reapareció en el once más de dos meses después y ofreció un recital defensivo. Y eso que, cabe mencionar, la exigencia era mayor que en Ipurua. Pese a que el Eibar cuenta con grandes atacantes, ninguno tiene tanto desequilibrio como los del conjunto canario, quienes, precisamente, destacan por su talento individual. 

Es por lo ya mencionado que sorprende bastante el poco protagonismo que ha tenido el uruguayo a lo largo de la segunda vuelta. Mucho ha tenido que ver en ello la llegada en enero de Blanco, más capaz en la creación de juego, pero ha habido partidos en los que hacía falta un centrocampista de corte más defensivo y, aun y todo, el cordobés ha sido el elegido por Luis García. Solo en la última jornada pudieron coincidir uno y otro en el once.

Además, es digno de mención que Benavídez fue de los mejores babazorros durante la primera mitad de la campaña. Junto a Salva Sevilla y Jon Guridi, por entonces en su mejor momento de forma, fue parte de una sala de máquinas que estuvo un escalón por encima de las de casi todos sus rivales. Su dedicación, similar a la de antiguos guradis albiazules, le permitió también ganarse muy pronto el favor del Paseo de Cervantes

Antonio Blanco ha sido quien, durante la segunda vuelta, le ha quitado el puesto a Benavídez. Redacción DNA

Lo que, seguramente, no le gustó tanto a Luis García –antes, incluso, de que llegase Blanco–, fue el exceso de ímpetu que mostró el charrúa en distintos momentos. Si bien solo fue expulsado en una ocasión, frente al Eibar en Ipurua, la realidad es que, en varias ocasiones más, estuvo muy cerca de dejar al Glorioso con un hombre menos. Se llegó a un punto en el que, si veía la tarjeta amarilla, debía ser sustituido casi de inmediato

Carlos Benavídez aterrizó el pasado verano en Mendizorroza, como una de las principales apuestas de Sergio Fernández, y lo hizo con un contrato de dos temporadas. Desde entonces, ha podido disputar 35 partidos de Liga, 18 de ellos como titular, y ha marcado un gol. Es, con 1.545 minutos, el decimocuarto futbolista que más tiempo de juego ha disfrutado. En la Copa, por otro lado, participó ante el Lleida, Mérida y Valladolid.