Las espadas seguirán en todo lo alto hasta el enfrentamiento de vuelta del próximo jueves en Mendizorroza. El Alavés, que comenzó la contienda con un zarpazo de Sylla, tuvo que achicar agua durante buena parte de la segunda mitad antes de disponer de una superioridad numérica que no supo aprovechar en las postrimerías del duelo.
El Glorioso, consciente de que el billete que brinda el pase a la final por el ascenso consta de 180 minutos y no de 90, se mostró más bien cauteloso y prudente en su visita a Ipurua. De hecho, los acercamientos albiazules sobre el área de Zidane fueron más bien escasos. Los de Luis García apostaron sus cartas en los contraataques, pero la falta de precisión en el último tercio no permitió a los vitorianos amenazar la integridad de los guipuzcoanos.
Y eso que el escenario comenzó de manera inmejorable para los intereses del Alavés. Sin llegar a los diez minutos de juego, Sylla, la principal novedad en la alineación de Luis García, volvió a reencontrarse con su particular cita goleadora. Tras un saque de banda cerca del banderín de córner, Sylla se zafó de la ineficaz presión de Arbilla para establecer una pequeña ventaja en el marcador tras una acción acrobática.
El ariete senegalés dio un paso al frente en una cita de máxima exigencia. Después de unas dos últimas jornadas de la temporada regular en las que no pudo hacer acto de presencia, se erigió como el hombre clave en la punta de lanza confeccionada para asaltar Ipurua.
Sylla, pese a no interferir en el juego durante buena parte de su actuación, sí que brindó al Glorioso mordiente en la punta de ataque en la presión entre centrales y, sobre todo, anotó un gol que sirvió para abrir la lata en un enfrentamiento de máxima igualdad. Ese tanto, de hecho, provocó que el Eibar asumiera riesgos para tratar de igualar la contienda, pero el Alavés no encontró su rumbo en el plano ofensivo.
No obstante, los de Luis García tuvieron que hacer frente a otro momento delicado en el aspecto anímico como un empate a pocos segundos antes de enfilar el túnel de vestuarios. Una brillante maniobra de Stoichkov cambió por completo el rumbo de la contienda y, tras la reanudación, el Glorioso supo sufrir las numerosas embestidas del rival. En un partido de máximo igualdad como un play off por el ascenso, el Alavés se ciñó al plan establecido y no dio su brazo a torcer en ningún instante.
Espesor ante diez
El impulso eibarrés se agotó poco después de superar la hora de juego. Garitano apostó tras el descanso por la entrada de Aketxe y Bautista, que generaron un indudable peligro sobre la línea de Sivera. Sin embargo, una vez repelido el vendaval armero, los de Luis García desaprovecharon la oportunidad de aprovechar la superiodidad numérica y llegar así al duelo de Mendizorroza con un resultado más generoso. El Alavés quemó las naves en ataque con la entrada de futbolistas como Panichelli, Villalibre y Alkain, pero ningún jugador albiazul encontró el desequilibrio en el muro armero.
Así pues, el Glorioso tendrá por delante, como mínimo, 90 minutos de máxima tensión antes de certificar su billete hacia la final por el ascenso a Primera. En esta ocasión, la escuadra de Luis García contará con el inestimable aliento de una afición que ansía regresar a la máxima categoría un año después y que, ayer, movilizó a cerca de 500 seguidores al territorio armero.