Apagón. Adiós al idilio del Deportivo Alavés con el gol. El equipo de Luis García ha visto frenado en seco su racha goleadora. Y es que el cuadro babazorro volvió a quedarse a cero por segunda jornada consecutiva.
El equipo más goleador de la categoría, con 39 dianas en 30 jornadas junto a Granada y Albacete, ha pasado de ser un torbellino en el área contraria a ver cómo se queda con la pólvora mojada.
Tras el empate a cero de la pasada jornada ante el Cartagena y la derrota ante el Villarreal por 1-0, el cuadro babazorro enlaza por tercera vez en liga dos jornadas consecutivas sin ver puerta. Las dos anteriores llegaron en la jornada 9ª y 10º tras el 3-0 en Burgos y el empate sin goles en 'Mendi' frente al Albacete y en la 20ª y 21ª con la derrota por 0-2 ante el Levante y el traspiés en Málaga por 1-0.
8 veces sin ver puerta en 30 partidos
Apagones esporádicos del Alavés. Y es que es raro que la tropa de Luis García se quede sin perforar la meta rival. De hecho, en las 30 jornadas disputadas tan solo ha ocurrido ocho veces, las seis anteriormente citadas y el empate sin goles de la 12º jornada en Mendizorroza y el de la 16º en Ipurua frente al Eibar.
Pues bien, ahora ha vuelto a suceder. Dos partidos sin ver puerta, justo además después del mejor momento realizador del equipo. Y es que hay que destacar que el Deportivo Alavés había marcado la friolera de 16 goles en las cinco jornadas anteriores, que se saldaron con victoria –3 al Racing y Mirandés, después dos al Eibar y a continuación 4 al Zaragoza e Ibiza–. Tras el diluvio goleador ha llegado la sequía.
Imprecisiones y errores de bulto Una sequía que ante el Villarreal estuvo provocada por su falta de contundencia en el área. Incapaz de rematar a gol, imprecisión en los metros finales y errores de bulto en los últimos metros. El Deportivo Alavés no tuvo su día en La Cerámica.
Problemas en la sala de máquinas para generar juego. Un centro del campo que, además de ser incapaz de generar juego para crear peligro, tampoco estuvo solvente en las labores de contención y pasó muchos apuros ante la superioridad técnica y táctica del filial groguet. Sobrepasados.
El centro del campo albiazul, además de ser incapaz de generar juego para crear peligro, tampoco estuvo solvente en las labores de contención y pasó muchos apuros
La superioridad del Villarreal fue total, sobre todo tras el gol de Del Moral. El conjunto albiazul se vino abajo de un plumazo. Desdibujados, irreconocibles e incapaces de sobreponerse al mazazo tras el tanto del conjunto amarillo.
El filial del Villarreal jugó con el Alavés como si fuera un muñeco roto. Destrozado totalmente en los minutos finales. Un equipo partido en dos buscando a la desesperada el tanto del empate y que dejaba muchos huecos atrás, que no supo aprovechar su rival para lograr una victoria más contundente. La mereció. Ocasiones tuvo de sobra para perforar la meta de un Sivera muy inspirado, que evitó algún gol del conjunto levantino.
Fue de lo mejorcito de un Alavés muy plano, sin ideas y con demasiadas carencias en las áreas. En la propia para ser más contundente y evitar el buen número de sustos recibidos, de los cuales uno acabó en gol por no despejar con acierto un rechace. Y en la del rival, por carecer de instinto asesino para tratar de aprovachar las escasas ocasiones de las que dispuso.
Y es que fue muy difícil llegar hasta las inmediaciones de Iker Álvarez. Básicamente porque no había profundidad en el juego. En el caso de que la hubiera, faltaba precisión en los pases de los albiazules para que los puntas pudieran gozar de alguna ocasión clara y si finalmente los centros llegaban, pues aparecía una falta de definición alarmante. Un paso atrás en el plano colectivo. Y es que no se puede buscar un único culpable en el naufragio ante el submarino amarillo. El hundimiento fue general.