El transcurso del partido en el frío estadio de La Albuera pedía a gritos la entrada en el campo de un futbolista capaz de marcar diferencias. A pesar de la insistencia, ninguno de los titulares pudo encontrar algún resquicio en la zaga rival para poder anotar un gol que, previsiblemente, debería haber llegado antes.

Lo intentó un asociativo Manu García -elegante con el balón en los pies- pero quien desafortunadamente no encontró esa pizca de suerte para romper la portería de Chema. La pareja de arietes formada por Guidetti y Sylla también buscó con empeño el gol, pero no fue hasta el último tramo cuando el Alavés anotaría el primero de la noche.

Al Glorioso le faltó eficacia en la primera mitad y la entrada de Pellistri primero y Rioja después fue la clave para agitar la parcela ofensiva en la media hora final del encuentro. El charrúa fue persistente en el regate, aunque el andaluz sería el hombre de la noche. El de Las Cabezas de San Juan tardó poco tiempo en dejar su huella en la ronda de 1/64 de Copa del Rey ya que su capacidad de desequilibrio fue sustancial para romper la defensa y asistir así a Guidetti, que abriría la lata frente a un rocoso y combatiente Unami.

Pero la actuación de Rioja, que en este curso se está postulando como uno de los jugadores de banda más destacados de toda la Primera División, no se quedó ahí, sino que fue creciendo hasta el pitido final. El extremo zurdo volvió a asistir en el 82'; en esta ocasión a un Mamadou Sylla que maquilló su tímido partido con una notable definición en el mano a mano.

Y es más, cuando todo parecía indicar que el 0-2 sería el resultado final en Segovia, el ex del Almería puso el broche de oro a través de un disparo que prácticamente rompió las telarañas de la portería rival. Cuando más lo necesitaba Javi Calleja y, por supuesto, el Alavés, el bueno de Luis Rioja volvió a demostrar que su crecimiento en la escuadra alavesista es exponencial. El doblete de asistencias y el tanto en el descuento así lo certifican.

El primer trámite copero deja, por tanto, unas sensaciones muy dispares para los futbolistas que tuvieron la oportunidad por parte de Calleja. Mientras que Manu García se hizo amo y señor de la sala de máquinas distribuyendo numerosos pases a sus compañeros, otros como Iván Martín no tuvieron la misma fortuna y cuajaron una actuación más bien discreta.

Con todo, es evidente que el choque ante el Unami sirve como una buena piedra de toque para que los menos habituales adquieran cierto rodaje y el Alavés afronte este mes de diciembre con la máxima predisposición por parte de los futbolistas que componen su plantilla.