Sentarte de nuevo frente al ordenador tras las vacaciones no debería traducirse en dolor cervical, tensión en los hombros o molestias lumbares. Y no, no es culpa del síndrome postvacacional. Tu cuerpo acusa el cambio de ritmo. Tu vuelta al trabajo, sobre todo si tienes un puesto sedentario, reactiva hábitos que pueden perjudicar tu salud musculoesquelética. Desde Nordic Klinika te explican brevemente seis claves para ayudarte a mantener tu espalda a salvo.

Activa tu cuerpo cada 45 minutos

Estar sentado siete y ocho horas seguidas no es natural. Como tampoco lo es estar de pie largos períodos de tiempo. Cada 45 minutos, activa el cuerpo durante 2-3 minutos. Caminar unos minutos y hacer estiramientos de cuello y espalda, por ejemplo, pueden ayudar a mejorar la circulación o reducir la sobrecarga muscular. Además, revierten la sensación de desgaste mental. No hay excusa; mantenerse activo tiene más impacto del que parece.

Estira a diario sin salir de casa

No hace falta mucho tiempo ni equipamiento especial. Estirar 10 minutos al día las zonas más vulnerables —espalda, cuello, caderas— ayuda a mantener la flexibilidad y a aliviar tensiones. Una alfombra de casa o una esterilla de deporte es lo único que necesitas. Una rutina de estiramientos es un potente aliado para prevenir el dolor muscular y proteger las articulaciones.

Refuerza el core dos veces por semana

Solo te acuerdas de ella cuando duele, pero la musculatura del core (zona abdominal y lumbar) es decisiva para la salud de la columna. Cuando está debilitada, aumenta el riesgo de lesiones. Ejercicios de fuerza controlada, incluso sin pesas, refuerzan esta estructura ósea. Es importante recalcar que, si ya has tenido molestias, conviene consultar con un profesional para que te haga una rutina personalizada y así evitar lesiones.

Añade movimiento a tu rutina diaria

Tener una vida activa no consiste en solo ir al gimnasio. Hay que mantener esa actividad a lo largo del día; subir escaleras, ir andando al trabajo o bajarse una parada antes si se usa transporte público son gestos cotidianos que suman. Este tipo de actividad favorece la movilidad y reduce la rigidez articular, además de aportar beneficios cardiovasculares. Valora cuándo puedes incorporar esa actividad a lo largo del día y sé constante.

Cuida tu entorno emocional

El estrés y la pérdida de salud emocional tienen un impacto físico: contracturas musculares, dolores de cabeza, lumbalgias o tendinitis son solo algunos síntomas musculoesqueléticos. Participar en dinámicas de equipo activas o fomentar una cultura laboral más saludable impacta en la salud mental y corporal. Y tan importante es la salud física como tener una buena salud mental.

La prevención mejor que la cura

Si ya has sufrido episodios de dolor lumbar, cervical o de hombros, y sigues con un estilo de vida sedentario, la prevención es tu mejor arma para no volver a pasar por lo mismo. En Nordic Klinika aplican el método David Health; este sistema mide tu fuerza y rango de movilidad, personaliza tu tratamiento y monitoriza tu evolución.

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El trabajo no tiene por qué traducirse en molestias físicas. Prevenir el dolor de espalda no exige grandes sacrificios, solo constancia: moverse, estirar, respirar y desconectar. Son gestos pequeños que tienen impacto real en tu salud. Incorporarlos a tu rutina puede marcar la diferencia entre arrastrar fatiga o mantener la vitalidad.

Y si las molestias ya han aparecido o son recurrentes, el mejor momento para actuar es ahora. Escuchar a tu cuerpo no es debilidad, es inteligencia. Tu espalda —y tu futuro yo— te lo agradecerán.