El Ayuntamiento de Elburgo ha adjudicado una de las huertas municipales e iniciará de nuevo el proceso para asignar la segunda, que en esa ocasión se ha quedado desierta. “Habiéndose presentado dos solicitudes en tiempo y forma, de las cuales solo una cumple con los requisitos establecidos en la ordenanza, y una fuera de plazo, la comisión municipal encargada de la evaluación de las solicitudes ha entrado a valorar la única solicitud válida”, explican desde el consistorio de la Lautada.
Tras la valoración “sólo una de las parcelas ofertadas en la convocatoria ha sido concedida, por lo que se publicará una nueva convocatoria. De esta forma, se iniciará nuevamente el procedimiento establecido en el artículo 9 de la ordenanza reguladora del uso y aprovechamiento de las huertas municipales de Elburgo”, señalan. La parcela adjudicada a la persona adjudicataria se ha determinado mediante sorteo realizado en la secretaría del Ayuntamiento de Elburgo. La parcela adjudicada mediante dicho sorteo ha sido la siguiente: parcela 73, Polígono 1 (Añua).
Conformación del espacio natural
En el municipio de Elburgo la tradición agrícola es un elemento identitario de primer orden dado que la actividad agroganadera ha tenido y sigue teniendo una enorme importancia desde el punto de vista socioeconómico y como elemento conformador del espacio natural. En este contexto, y en línea con los objetivos de desarrollo sostenible recogidos dentro de la Agenda 2030, concretamente con el objetivo número 11 “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”, buscando a su vez promover una alimentación saludable y fomentar y poner en valor la agricultura ecológica es voluntad del Ayuntamiento de Elburgo, como socio de la Red Terrae (Asociación de Territorios Reserva Agroecológicos), poner a disposición de los vecinos y vecinas del municipio varias parcelas municipales para apoyar el emprendimiento agroecológico, dentro del proyecto Biohazi.
Se trata de un programa que pretende sensibilizar a la población en políticas de desarrollo sostenible, promoviendo asimismo la generación de empleo verde desde una visión agroecológica que pueda facilitar la incorporación de personas al sector agroalimentario, revalorizando la figura del productor de alimentos y fomentando el relevo generacional. Asimismo, con esta ordenanza el Ayuntamiento pretende satisfacer la posible demanda ciudadana de este tipo de parcelas promovidas por las nuevas formas de vida que no hacen sino poner en valor la relación entre consumo y producción. Las parcelas municipales están registradas en el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Euskadi (Ekolurra) y además de las mismas, el Ayuntamiento pondrá a disposición de las personas adjudicatarias de dichas parcelas una caseta de aperos, herramientas e infraestructura de riego.
1.000 metros cada una
Las parcelas objeto de autorización son la parcela 72 del polígono 1 (Añua) y la parcela 73 del polígono 1 (Añua) con unas dimensiones en torno a 1.000 metros cuadrados cada una. Las parcelas municipales están registradas en el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Euskadi (Ekolurra).
La autorización del uso del huerto para su cultivo no implica ningún otro derecho sobre el terreno. El plazo de la autorización uso de las huertas municipales será de cuatro años, improrrogables. “Al finalizar la vigencia de la autorización y dentro del mes final de plazo de vigencia, las huertas serán devueltas en condiciones análogas a las que tenían cuando fueron cedidas”, apuntan.
Requisitos
Para poder acceder a la autorización de uso de los huertos municipales se deben cumplir los siguientes requisitos: ser mayor de 18 años y menor de 65 años, participar en la convocatoria para la autorización de uso huertos municipales, estar al corriente de pago de las obligaciones tributarias con el ayuntamiento y con la Hacienda Foral o en el caso de asociaciones y entidades con personalidad jurídica, que tengan como objeto fundacional la promoción de la agricultura agroecológica.
Los adjudicatarios deberán utilizar o destinar el terreno que se concede, para uso de huerta, tener cultivado como mínimo el 90 por ciento de la superficie de la parcela y utilizar criterios de agricultura ecológica, sistemas de riego que prioricen el ahorro de agua, utilizar su propia semilla, o bien planta o semilla de procedencia ecológica. Sólo se podrán utilizar abonos orgánicos. El uso de otros productos destinados al cultivo (como fertilizantes y plaguicidas) deberán ser productos fitosanitarios autorizados por el Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi/Euskadiko Nekazaritza Elikadura eta Ekologikoaren kontseilua-CRAAE/ENEEK y deberán ser autorizados previamente por el Ayuntamiento.
Agroecología
No es solo un proyecto de agricultura ecológica sino de agroecología, donde sus bases son la venta directa, la transformación y consumo local, y el aprovechamiento diversificado de los recursos y residuos. Es Biohazi, un proyecto de emprendimiento agroecológico del Ayuntamiento de Elburgo destinado a impulsar el emprendizaje agroecológico, fomentar el desarrollo rural y concienciar sobre la importancia de los alimentos saludables, locales y de temporada.
Es un impulso a la agroecología porque la producción es local y ecológica, la diversificación de los productos está ajustada al potencial del territorio, se aprovechan los ciclos de la materia orgánica para la fertilización del suelo y para reducir enfermedades, se minimiza la pérdida de recursos (nutrientes, agua, y biodiversidad) y la venta es en circuitos cortos o venta directa, para fomentar el consumo local. (Eco-KM 0).
Aspectos culturales, sociales y económicos
Por tanto, la agroecología como enfoque ecológico del proceso agrícola, abarca los aspectos de la producción de alimentos y toma en cuenta los aspectos culturales, sociales y económicos que se relacionan e influyen en la producción. Con iniciativas como esta en Elburgo apuestan por favorecer un regreso de los jóvenes a la agricultura y a los campos. Se necesita disponibilidad de la tierra, instrumentos, infraestructuras, simplificaciones burocráticas, financiaciones, una justa educación y la garantía de transmisión de los saberes.