Las obras de rehabilitación integral y ampliación de la residencia foral Samaniego para personas mayores han arrancado esta semana. La reforma tiene un plazo de ejecución de 15 meses y un coste algo superior a los siete millones de euros, y es la de mayor envergadura de las acometidas en el Plan de reforma y modernización de las residencias forales. Las obras están financiadas por los Fondos Next Generation EU, en el marco del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia.

La remodelación consistirá en una reestructuración completa de los espacios, que incluye la demolición total del interior del edificio, así como una ampliación de las plantas baja y primera, con lo que ganará 616 metros cuadrados.

 

Samaniego es uno de los centros residenciales más antiguos del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) y la rehabilitación permitirá su adaptación a las necesidades de las actuales personas residentes. El diputado foral de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, ha manifestado este viernes que “las lecciones de los últimos años no han caído en saco roto”, y que Samaniego tendrá una reforma que responde al “nuevo modelo de centro de cuidados donde la atención se centra en las relaciones personales, con unidades convivenciales más reducidas, más parecidas a un hogar y donde, además, se crea una unidad psicogeriátrica que antes no había, para poder atender mejor al nuevo perfil de personas que acuden con un mayor deterioro y necesidad de cuidado de mayor intensidad”.

“Las lecciones de los últimos años no han caído en saco roto”

Gorka Urtaran - Diputado de Políticas Sociales

Menos plazas

La ampliación de la residencia Samaniego, situada en la localidad riojano alavesa del mismo nombre, permitirá, en primer lugar, que la mayor parte de las habitaciones sean individuales, frente a la distribución que tenía hasta el momento, con todas las habitaciones compartidas. Al finalizar la rehabilitación, 37 de las 39 habitaciones serán individuales. Esta ampliación de espacios y mejora de la intimidad de las personas residentes implica la reducción de plazas, que pasarán de las 48 actuales a 41, que se distribuirán en dos unidades convivenciales reducidas, de 21 y 20 residentes. El centro se completará con 4 plazas de atención diurna.

En segundo lugar, la reforma posibilitará que el edificio esté adaptado a la normativa actual vigente, tanto en materia de accesibilidad y protección contra incendios, como en sostenibilidad energética.

El centro residencial riojano alavés. DFA

La reorganización es completa y conseguirá optimizar la distribución de las habitaciones y su relación con los espacios comunes de convivencia. La nueva distribución se organiza en torno a las dos unidades convivenciales mencionadas. La planta baja estará destinada a personas con perfil asistido y en la primera planta tendrán su residencia las personas con perfil psicogeriátrico. Estas dos plantas de convivencia contarán con terrazas y pérgolas. 

La planta segunda y entrecubierta dará servicio a otros usos como son el administrativo y salas de terapia, y la planta sótano se destinará a servicios y almacenes. 

Espacios más amplios

La ampliación en la fachada norte consiste en la creación de un nuevo núcleo de comunicaciones que conectará todas las plantas del edificio. Este volumen adosado se aprovecha para generar un porche sobre la entrada principal al edificio. En la fachada sur, el anexo de ampliación servirá para aumentar el espacio de las habitaciones en la planta baja y en la primera.

Todos los espacios en los que se prevé el uso por parte de las personas residentes se dimensionan para permitir el movimiento de camas o elementos de gran tamaño. Asimismo, será posible la instalación de grúas para el traslado de las personas mayores. Por necesidades de evacuación, se necesitan dos escaleras protegidas frente a los incendios, que se ubicarán en puntos opuestos del edificio.