El Consejo de Gobierno de la Diputación alavesa adjudicó ayer el expediente de ejecución de las obras de rehabilitación integral y ampliación de la residencia foral Samaniego para mayores. La reforma se ha adjudicado a Obras de Construcción e Instalaciones por 7.013.536 euros, IVA incluido, y un plazo de ejecución de 15 meses, tres menos de los contemplados en la licitación. Se prevé que las obras den comienzo en el primer trimestre de 2024.

La reforma de esta residencia es la de mayor envergadura de las acometidas en el plan de reforma y modernización de las residencias forales. Las obras están financiadas por los Fondos Next Generation EU, en el marco del Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia. La remodelación va a consistir en una reestructuración completa de los espacios.

Esto incluye la demolición total del interior de la residencia, así como una ampliación de las plantas baja y primera, con lo que la residencia ganará 616,32 metros cuadrados. Se da la circunstancia de que Samaniego es uno de los centros residenciales más antiguos del Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) y la rehabilitación permitirá adaptar el centro a las necesidades de los actuales residentes. En su inicio, los usuarios tenían cierta autonomía, pero progresivamente quienes viven en los centros residenciales forales tienen más edad, son más frágiles, presentan mayor grado de dependencia y deterioro cognitivo de manera habitual.

Unidad de psicogeriatría

La nueva Samaniego contará con una unidad de psicogeriatría que atenderá a las personas mayores con demencia. Además, estará adaptada al nuevo modelo de cuidados que el IFBS está poniendo en marcha de forma paulatina, con residencias que buscan espacios más íntimos, hogareños y familiares.

La ampliación permitirá que la mayor parte de las habitaciones sean individuales, frente a la distribución actual, con todas las habitaciones compartidas. Al finalizar la rehabilitación, 37 de las 39 habitaciones serán individuales. Esta ampliación de espacios y mejora de la intimidad de las personas residentes implica la reducción de plazas, que pasarán de las 48 actuales a 41, que se distribuirán en dos unidades convivenciales reducidas, de 21 y 20 residentes. El centro se completará con 4 plazas de atención diurna.

En segundo lugar, la reforma permitirá que el edificio esté adaptado a la normativa actual vigente, tanto en materia de accesibilidad y protección contra incendios, como en sostenibilidad energética. La reorganización es completa y consigue optimizar la distribución de las habitaciones y su relación con los espacios comunes de convivencia. La nueva distribución se organiza en torno a dos unidades convivenciales. La planta baja estará destinada a personas con perfil asistido. En la primera planta tendrán su residencia las personas con perfil psicogeriátrico. Estas dos plantas de convivencia contarán con terrazas y pérgolas.

La planta segunda y entrecubierta dará servicio a otros usos, como son el administrativo y salas de terapia, y la planta sótano se destinará a servicios y almacenes.

La ampliación en la fachada norte consiste en la creación de un nuevo núcleo de comunicaciones que conectará todas las plantas del edificio. Este volumen adosado se aprovecha para generar un porche sobre la entrada principal al edificio. En la fachada sur, el anexo de ampliación servirá para aumentar el espacio de las habitaciones en la planta baja y en la primera.

Todos los espacios en los que se prevé el uso por parte de los residentes se dimensionan para permitir el movimiento de camas o elementos de gran tamaño. Asimismo, será posible la instalación de grúas para el traslado de las personas mayores. Por necesidades de evacuación, se necesitan dos escaleras protegidas frente a los incendios, que se ubicarán en puntos opuestos del edificio.