Ramiro González ha sido reelegido este jueves por la tarde diputado general de Álava por tercera vez, en la sesión de las Juntas Generales de Álava celebrada durante toda la jornada de hoy. González ha recibido minutos antes de las seis de la tarde la makila que le convierte en diputado general de Álava hasta 2027.
El jeltzale logra algo inédito en la institución con este tercer mandato y le sitúa al frente de un ejecutivo de coalición con el PSE, en el que no va a disponer de la mayoría absoluta de la pasada legislatura.
La suma de 24 junteros, fruto de la reedición del tercer acuerdo de gobierno entre jeltzales y socialistas, obligará a Ramiro González a pactar con alguna de las tres fuerzas de la oposición (EH Bildu, PP o Elkarrekin) asuntos tan relevantes como los presupuestos de Álava para cada ejercicio o la reforma fiscal que debe afrontarse durante los próximos cuatro años. Junto a estas cuestiones desgranó Ramiro González una larga batería de iniciativas a desarrollar por su futuro gabinete durante los 55 minutos de discurso matinal como candidato a la reelección.
Fuera de esta ecuación y apuesta por la geometría variable queda el único representante de VOX, con quien el jeltzale desechó la posibilidad de alcanzar cualquier consenso en la jornada siguiente a los comicios.
Ese escenario de no contar la suma de los 26 junteros de la mayoría entre los dos partidos de la coalición sitúa al diputado general en la necesidad de sondear las vías de acercamiento a alguno de los tres grupos de la oposición. “El gobierno foral va a necesitar acordar, al menos, con otra formación política. Va a estar siempre abierto al diálogo con las principales formaciones políticas de Álava”, estableció González como preámbulo. Hasta en una docena de ocasiones repitió y ahondó el jeltzale, en su primer turno de palabra, a los términos de acuerdo, diálogo, colaboración o entendimiento como guías de su nuevo ejecutivo de coalición con los socialistas.
A esa reedición de la unión con la formación del puño y la rosa se llega después de considerar ese gobierno de “colaboración” como “la mejor opción para el futuro de nuestro territorio”, espetó el todavía candidato jeltzale a primera hora de la mañana. Insistió en la necesidad de caminar de nuevo acompañado del PSE para “atender, adaptarnos y adelantarnos a las nuevas demandas de la sociedad”, aclaró. Desterró y espantó la posibilidad de dar un “giro radical, como algunos pretenden”, en alusión a las demandas realizadas por la aspirante de EH Bildu, Eva Lopez de Arroyabe, significando que ese volantazo supondría “dar marcha atrás, un salto al vacío y tampoco se puede permitir un gobierno de transformación”, expresó con rotundidad González.
En la fotografía que realizó de la situación que le lleva a encabezar estos cuatro años un ejecutivo al que le faltan dos votos para la mayoría absoluta, no pasó por alto Ramiro González la “pérdida de apoyo” sufrida en las urnas. Atribuyó esa pérdida de junteros a “aspectos de la acción de gobierno” que pudieron “alejarnos de una parte de la sociedad”, reflexionó. “Soy consciente de ello y me comprometo a trabajar para corregirlos”, admitió a modo de asunción de los errores.
Gobernar para todos sin excluir
A partir de ese punto se abrió González para diseccionar su forma de gobernar ante la balbuceante legislatura buscando ser capaz de “confirmar mayorías, gobernando para todos y no buscando excluir a una parte de a sociedad”, reprochó en un duro tono el jeltzale. Precisamente en este punto retomó su discurso en la sesión vespertina aludiendo directamente a las intervenciones de los portavoces de EH Bildu y PP, Eva Lopez de Arroyabe e Iñaki Oyarzabal, respectivamente.
Expuso sin ambages su “decepción” por el discurso de la soberanista, a la que acusó de “compartimentar la sociedad” de lo dicho por Lopez de Arroyabe desde el atril y escenificar a “la izquierda abertzale de siempre y sin haber ganado las elecciones”. Tiró de hemeroteca para recordar a la coalición “no ser la primera fuerza política de Álava” tras los resultados del 28 de mayo y les acusó de “ofrecer siempre acuerdos contra alguien”, espetó. Elevó un grado los ataques hacia los dos grupos principales de la oposición a los que acusó de buscar una “estrategia de polarización y confrontación buscando una política de desgaste. No buscaban mejorar Álava”, recriminó González buscando con su mirada los asientos de Lopez de Arroyabe y Oyarzabal.
Esgrimió como argumento un documento con las 78 iniciativas conjuntas de PP y EH Bildu durante la pasada legislatura “con las firmas de Iñaki Oyarzabal y Kike Fernández de Pinedo en asuntos como fiscalidad, economía, empresas o medio ambiente”, desglosó Ramiro González en la réplica.
Frente a esa actitud argumentó y defendió el diputado general los acuerdos alcanzados por su ejecutivo foral “en forma de enmiendas transaccionales con la oposición y pese a tener mayoría absoluta”, enfatizó ante los junteros presentes en la sala.
De nuevo exhibió un documento con ese amplio listado de enmiendas, antes de encaminarse al cierre de su segundo turno de palabra y escuchar la réplica de los grupos. Reiteró su propósito de “trabajar en lo que nos ha ido bien y transformar aquello que es necesario. Ahí nos van a encontrar”, lanzó como reto a EH Bildu, PP y Elkarrekin. “En sus manos está aprovechar esa circunstancia para colaborar en la gobernabilidad del territorio desde sus propios principios. El gobierno foral estará dispuesto a incorporar propuestas de otras formaciones”.