En África existen 234 millones de católicos, lo que supone más de una sexta parte de todos los católicos del mundo. Todos ellos coexisten con otras religiones tradicionales africanas, musulmanes y con otras iglesias cristianas. Según datos del último informe sobre libertad religiosa en el mundo, más de 5.000 millones de personas; cerca del 70% del total de la población mundial; sufren persecución religiosa, siendo la comunidad cristiana la más hostigada. Por continentes, África es la que más preocupa por el alarmante empeoramiento de esta situación. En la mitad de los 54 países que componen este continente sus habitantes sufren persecución por su fe católica y en 12 de ellos la persecución es extrema. El aula San Pablo de la Diócesis de Vitoria acogió ayer una charla para profundizar en esta problemática, a cargo de la responsable de los proyectos de la Fundación Pontifica Ayuda a la Iglesia Necesitada en África, Kinga V. Schierstaedt. 

Schierstaedt explicó a este diario que los ataques contra las comunidades cristianas “han aumentado mucho” en los últimos años, debido al traslado de militantes del Daesh y de otros grupos radicales islámicos desde Oriente Medio al continente africano, donde imponen su violencia y su intolerancia con delitos de odio, secuestros, discriminación, expropiaciones, asesinatos, genocidios sistemáticos, expulsión y sometimiento; entre otras atrocidades. Vulneraciones de derechos humanos, en muchos casos, hostigadas desde los propios estados. 

Es amplia la lista de países africanos donde la persecución religiosa es extrema, aunque Schierstaedt mostró su preocupación por el incremento producido en Burkina Faso, lugar en el que “musulmanes y cristianos vivían en paz” y en donde se ha intensificado la violencia “con ataques diarios en la zona norte del país, un espacio rojo y muy peligroso con muchos desplazados”. A éste suma el norte de Nigeria donde el grupo terrorista de “Boko Haram lleva muchos años actuando”. En este sentido, resaltó que han disminuido sus ataques a la par que se han incrementado los ocasionados por la tribu Fulani. “Este grupo está mucho más radicalizado y ataca, sobre todo a cristianos, pero también a los propios musulmanes moderados”, apuntó. Junto a ellos, completan la lista de los países africanos más peligrosos Mozambique, República Democrática del Congo, Somalia, Eritrea, Comoras, Camerún y en la zona del Sahel; Mali, Níger, Chad y Libia. Todos ellos, investigados por genocidio en la actualidad y en donde actúan 134 grupos armados contra los cristianos. Una persecución que también se da en países como Marruecos, Argelia o Túnez.

Millones de desplazados La fundación tiene presencia en todos los países de África y ayuda sus poblaciones “a través de las iglesias locales”. “Damos atención psicológica a los desplazados, así como intentamos cubrir sus necesidades básicas como alimentación, medicamentos o escolarización”. “En el estado de Benue, en Nigeria, trabajamos en un campo de refugiados con más de un millón de desplazados”, contó Schierstaedt. Kinga manifestó que estos genocidios no tienen eco en Occidente. “Somos muy eurocéntricos y solo nos preocupan los problemas que tenemos frente a nuestras puertas”. En este sentido, planteó el campamento de refugiados existente “desde hace años” en Sudán del Sur que alberga a casi dos millones de personas y donde “no hay futuro” y se producen muertes a diario “por falta de medicamentos muy simples”. “Nadie lo cuenta”, lamentó, antes de resaltar que, a pesar de “todas las miserias y las difíciles condiciones de vida” que hay en África, “deberíamos aprender de su alegría y enormes ganas por vivir”.