BILBAO. Los estudios topográficos elaborados por la Diputación en el vertedero de Zaldibar alertan de la posibilidad de que se produzcan nuevos deslizamientos en la zona, sobre todo como consecuencia de la lluvia.
De hecho, la institución foral está preparando ya la colocación de nueva malla, situada unos metros más arriba del muro de seis metros de alto que ya se está construyendo, que evitaría la caída a la autopista A-8 de más materiales.
Geólogos e ingenieros del departamento de Infraestructuras y Desarrollo Territorial mantienen monitorizada, desde el viernes 7 -un día después de que se produjera el derrumbe-, toda la masa de residuos deslizada desde el vertedero y que llegó a sepultar la autopista A-8 y parte de la variante de Ermua. Se trata de 19 testigos, distribuidos por toda la vaguada, que envían señales en continuo a una estación topográfica.
Aunque desde ese momento no se han producido deslizamientos significativos, se ha constatado que la masa de residuos deslizada es inestable. De hecho, esa inestabilidad podría provocar nuevos deslizamientos, especialmente como consecuencia de la lluvia. Hay que recordar que todo el sistema de drenaje del vertedero, que recogía el agua de escorrentía de la zona, quedó destruido por el derrumbe.
Ante ese riesgo, la Diputación va a adoptar nuevas medidas que eviten que, de producirse, esos corrimientos lleguen a alcanzar la autopista.
Además del dique de escollera de seis metros de alto cuya construcción comenzó el pasado día 12, se va a instalar una malla metálica antialudes, unos metros más arriba, que sea capaz de contener esos posibles deslizamientos. Entre ambos elementos tendrá capacidad para retener 7.700 metros cúbicos de vertidos, dos veces más la cantidad que cayó a la autopista y la N-634 el día del derrumbe. Se ha encargado ya el material para construirla, que procede de Suiza, y se espera que esté finalizada su instalación para finales de este mes.
Además, se mantiene activo un protocolo por si fuera necesario proceder al corte total de la autopista, en caso de nuevos deslizamientos. Si el sistema de monitorización del vertedero advirtiera de la posibilidad de que se produzca un nuevo derrumbe, se cortaría la autopista en los dos sentidos, desviando el tráfico por la autovía Geredegia-Elorrio y el alto de Kanpazar, y evacuando también los vehículos retenidos en la zona del by-pass.