El PP en Araba no existe, ni siquiera sus líderes hablan del PP alavés, saben que su marca está más desgastada que los pantalones vaqueros de un hippy. Por eso se esfuerzan en distanciarse de su propia casa publicitando únicamente a Maroto y a De Andrés, estrategia de marketing acertada, pero ya muy pillada.

Ambos, el alcalde de Gasteiz y el actual diputado general de Araba, se pusieron en marcha electoral la pasada semana con discursos iguales y utilizando todos los medios a su alcance, de nuevo una buena estrategia, pero que a casi un año de las elecciones y con la responsabilidad que tienen, más parece una imprudencia. El nerviosismo del PP vasco ante su indefinición y pésimas estimaciones electorales en Euskadi hace que Vitoria-Gasteiz y Araba sea su única baza electoral. En tierra alavesa es donde han decidido redoblar sus esfuerzos de marketing en lugar de solucionar los problemas de una Araba que cada día se parece más a un secarral socio-económico.

Los principales problemas de los alaveses y vitorianos, así los presentan todas las encuestas, son sobre todo el paro y la superación de la crisis económica; le sigue, esto ya en Gasteiz, el caótico tráfico y la falta de aparcamiento, luego la inseguridad ciudadana, el mantenimiento de los servicios sociales y la inmigración, estos ya a mucha distancia de los dos principales.

Claro que cuando un alcalde y/o diputado general son incapaces de solucionar, o siquiera ocuparse de los principales problemas de sus ciudadanos, sólo se puede vender lo de siempre, y lo de siempre por desgracia en Araba y Gasteiz es: vender el triste y manido recurso de agravio comparativo con Bilbao (es decir, volver al “UA-ísmo”), y vender el inhumano y despiadado recurso de “la culpa la tiene el de fuera que me viene a robar a mi casa”. Dos lindezas mil veces utilizadas en Araba que, según los estrategas del PP, siguen teniendo éxito como reclamo social a falta de una buena gestión que mostrar.

Motos al fin de al cabo, para tapar las vergüenzas de un partido agujereado como un queso de gruyère por los escándalos de la corrupción y que en Araba, entre otras cosas, permite la reapertura de la obsoleta Garoña, el desmantelamiento de Foronda, el hundimiento de Arasur, el olvido de las promesas incumplidas del soterramiento del tren en Gasteiz y el arrinconamiento de todas las inversiones en Araba que se prometieron a través del Gobierno de España. Una vergüenza de la que ni Maroto, el vende motos, ni De Andrés, ni su partido el PP, dicen ni palabra intentando culpar de que todos los problemas de los alaveses son por Bilbao y por los inmigrantes.

Yo no sé si el PP del aborto, de la Lomce, de las concertinas, de las mentiras y corruptelas,? junto con su principal político en Araba, Maroto (el impoluto vende motos, que jamás se manchará las manos de grasa porque es un vendedor nato, no un trabajador), tienen claro lo que la sociedad piensa de los machacados inmigrantes. Ellos vinieron porque en sus países sus hijos se mueren de hambre y no hay futuro inmediato para nadie, llegaron aquí porque había trabajo, de ésos que ninguno queremos para nuestros hijos, y hoy forman parte de nosotros, eso sí, con las mismas obligaciones y exigiéndoles que respeten nuestra cultura igual que nosotros respetamos la suya. Mismos derechos y mismas obligaciones, mismas ayudas y mismos impuestos y exigencia.

No sé cuantas motos le quedarán por vender estos próximos 10 meses a Maroto, sin duda es un gran vendedor de humo porque pocas realidades puede vender él o su partido, el PP.