Buenos Aires. Argentina votó un nuevo Congreso en una jornada electoral marcada por la normalidad y en la que el oficialismo evocó al expresidente Néstor Kirchner, a tres años de su muerte, y deseó la recuperación de su esposa y sucesora, Cristina Fernández, la gran ausente de la cita electoral.

A tres horas del cierre de los colegios electorales (21.00 GMT) había votado ya casi el 50% de los más de 30,5 millones de argentinos convocados ayer a las urnas, según el Ministerio del Interior.

El titular de la cartera, Florencio Randazzo, explicó que la jornada electoral se desarrolló "sin incidencias" en la que calificó de "elección mejor organizada en los últimos 30 años".

Más de 92.000 policías se ocuparon de la seguridad y unos 45.000 observadores y fiscales velaron por la transparencia del proceso, que comenzó con la apertura de los colegios electorales, a las 08.00 hora local (11.00 GMT), y concluyó con su cierre, a las 18.00 (21.00 GMT).

En estas elecciones legislativas, clave para medir el apoyo popular que conserva el oficialismo tras una década de Gobierno, se renuevan la mitad de la Cámara de Diputados (127 escaños) y un tercio del Senado (24).

Los principales candidatos y dirigentes políticos argentinos madrugaron para votar, hicieron llamamientos a la participación y aprovecharon para saludar la fortaleza de la democracia, en vísperas del 30 aniversario de las primeras elecciones tras la dictadura argentina, el 30 de octubre de 1983, en las que se impuso el radical Raúl Alfonsín. "Es muy importante que sigamos consolidando 30 años de democracia", dijo el vicepresidente argentino, Amado Boudou, formalmente a cargo de Gobierno en ausencia de Fernández, que fue intervenida de un hematoma craneal el pasado 8 de octubre por lo que no pudo ir ayer a votar.