Mi primera vez en nueve años. Nueve años sin estar el 4 de agosto en Vitoria. Nueve años alejada de todo lo que implica para una vitoriana ese día: nervios desde por la mañana, quedar con las amigas para comprar el champán más barato para tirar, quedar a las tres para echar un café y un txupito, ir subiendo a la Virgen Blanca con el pañuelo en la muñeca, dinero y puro envuelto en papel albal para aguantar litros de agua y champán encima... Eran otros tiempos, eso fijo. Llegábamos a la plaza y entrábamos hasta el centro. Miles de personas pegadas, sin parar de cantar... Hasta que daban las seis y estallábamos, todo lleno de humo y champán que te caía por la cabeza. Y cuando Celedón descendía y llegaba a tu altura... increíble. Hasta que aparecían en el balcón Iñaki o Gorka para recorrer la plaza... Nos poníamos lo más cerca porque todas queríamos tocar al verdadero Celedón. No recuerdo lo que decían en San Miguel. Nada. Pero este año he vuelto a Gasteiz el 4 de agosto y ha sido diferente porque Kerejazu me ha ganado. Han tenido que pasar muchos años para oírlo alto y claro: exigir unas fiestas libres, para todas y seguras. Si no sabes respetar, no vengas a Gasteiz. Por las que no están. Solo puedo decirte, Iñaki, eskerrik asko benetan!
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