La publicación de la sentencia íntegra del Supremo sobre los ERE andaluces ha llenado Diestralandia de mesas petitorias para que Chaves y Griñán (sobre todo este) vayan a la cárcel. “Griñán sí malversó”, brama ABC en una primera dedicada íntegramente al asunto, con la imagen del aludido bajo un entrecomillado del fallo del alto tribunal. El inevitable editorial machaca la letanía: “Era sabido que el Alto Tribunal confirmaría la condena por malversación de caudales públicos y prevaricación al que fuera presidente de la Junta andaluza, y del PSOE, José Antonio Griñán, y también por ese segundo delito a su antecesor, Manuel Chaves, entre una veintena de altos cargos socialistas. El de los ERE –más de 700 millones de euros malversados durante una década larga– es el caso de corrupción más grave ocurrido en democracia”.

También en el vetusto diario, Ignacio Camacho añade leña al fuego del futuro entrullamiento de los exdirigentes del PSOE: “Portavoces socialistas cualificados han llegado a sugerir que los ERE fueron una especie de acto de justicia social, y eso es un argumento ofensivo cuando está judicialmente demostrado que se adjudicaron casi 700 millones con criterios arbitrarios de lucro electoral y de puro clientelismo. Con reiteradas advertencias del interventor –absuelto– sobre la ausencia de fiscalización, de publicidad y de un respeto mínimo a los requisitos formales del procedimiento administrativo”.

El editorialista de La Razón firma debajo de la petición de cárcel: “Y, ciertamente, José Antonio Griñán no estuvo detrás de la ventanilla repartiendo personalmente los sobres, pero permitió que se pagaran las ayudas sociolaborales conociendo que en la gestión de las mismas se estaban produciendo gravísimas ilegalidades, con un descontrol absoluto. Lo supo, pudo impedirlo, como era su deber, y no lo hizo”. O sea, al trullo.

"Estoy convencido de que los portavoces socialistas, podemitas, antisistema, bilduetarras… estarían diciendo las mayores barbaridades y pedirían la extinción del PP”

Francisco Marhuenda

El director del periódico azulón en persona, Francisco Marhuenda, suelta la letanía y aporta, como novedad, el argumento definitivo, aludiendo a sus monstruos favoritos, por descontado: “No quiero imaginar qué sucedería si la condena hubiera recaído en los populares. Estoy convencido de que los portavoces socialistas, podemitas, antisistema, bilduetarras… estarían diciendo las mayores barbaridades y pedirían la extinción del PP”. No quiere imaginar, pero imagina.

“España tiene en la cárcel a 44 malversadores como Griñán”

El Mundo

El Mundo lleva el asunto a primera de un modo original. He aquí el titular de apertura a todo gas: “España tiene en la cárcel a 44 malversadores como Griñán”. Y de ahí sale el mensaje del editorial. De indulto, nada: “Lo que ningún ciudadano razonable puede comprender es por qué Griñán debe recibir un trato de favor cuando en las prisiones españolas hay 44 malversadores como él a los que ningún gobernante ha indultado”. La pieza se titula “El PSOE no puede perdonarse”.

Es curioso (o, pensándolo bien, no lo es) que el columnero del diario de Unedisa Rafa Latorre también mencione el perdón: “Porque un partido no puede perdonarse a sí mismo sin admitir su culpa. La hiperlegitimidad moral que el PSOE se ha arrogado en su proceder en los más diversos asuntos ha sido insultante, pero la farsa no lo resiste todo y va a ser difícil convencer al respetable de que también hay una forma de corrupción moralmente superior”.

"Pedro Sánchez y el PSOE responderán ante las urnas porque no hay campaña de casting en Moncloa ni entrevistas en RTVE y la SER que limpien esto"

Alberto Pérez Giménez

En Vozpópuli, Alberto Pérez Giménez nos suelta una docena de párrafos de la sentencia para concluir lo que sabíamos que iba a concluir, que ya está tardando Griñán en ponerse el pijama de rayas: “La sentencia es demoledora. Si con estas citas literales del ponente –hay muchas más- contra el recurso de Griñán, avaladas por la mayoría de la Sala de lo Penal, el presidente del Gobierno y líder del PSOE indulta a su compañero de partido para que no pise la cárcel, se volverá a demostrar que los españoles no somos iguales ante la ley y nuestra Justicia en vez de ciega, es tuerta. Y Pedro Sánchez y el PSOE responderán ante las urnas porque no hay campaña de casting en Moncloa ni entrevistas en RTVE y la SER que limpien esto”.

Suma y sigue, Pedro J. Ramírez editorializa en El Español que el PSOE debe dejar caer a su antiguo dirigente: “Pedro Sánchez debería ser consciente de que un indulto como este no le resultará gratis en términos electorales, como no le ha salido gratis el indulto a los condenados del procés. De que ese indulto desactivará en el futuro cualquier discurso del PSOE contra la corrupción de otros partidos. Y de que deberá afinar mucho en los argumentos que utilice para justificar un perdón que, probablemente, se concederá por motivos de "justicia y equidad", pero que supondrá también reconocer que la condena es correcta y que el PSOE andaluz es o ha sido un partido corrupto”.

Les podría aburrir un buen rato más con entrecomillados que, si se fijan, parecen calcados unos de otros. Pero cierro el chiringo con la original apostilla de Guadalupe Sánchez en The Objective sobre las dos magistradas del Supremo que han discrepado de la sentencia: “Deben saber, no obstante, que tanto la magistrada que firma el voto particular, como la que se adhiere, pertenecen a «Juezas y Jueces para la Democracia», una asociación que se declara abiertamente progresista y que se dedica sin disimulo alguno a hacer activismo a favor de los partidos de izquierda. Tanto es así, que yo la he rebautizado socarronamente con el nombre de «Juezas y Jueces para la Pedrocracia», porque me parece que los define bastante mejor”. No dice que el ponente y los otros dos que suscriben son conservadores.