Era lo que quedaba por ver, ABC alentado la lucha obrera a base de adoquines y gasolina. Confieso que la primera de hoy ha hecho que me frote los ojos. "Brotes de hartazgo" es el titular de apertura a sacopaco bajo la imagen de una barricada ardiendo en las protestas de los trabajadores del metal de Cádiz. Y en el interior, una pieza con este titular: "Transportistas, agricultores y trabajadores del metal, «abandonados» por el Ejecutivo". No me digan que no les resulta curioso. El periódico de orden por excelencia aplaudiendo el desorden. ¿Sería igual si gobernarse el PP?
No contesten. Esto va de cuanto peor, mejor. Se le nota a ABC y también a José Alejandro Vara, que se frota las manos en Vozpópuli y anuncia: "Alarma en Moncloa: llegan los chalecos amarillos". Casi no se le notan las ganas de que arda Troya: "Así empezó Macron tras la subida del gasóleo y aquello derivó en la revolución de los chalecos amarillos, 4.000 heridos, 600 detenidos, 'efusiones de sangre que bastarían para matar a un turco' diría Conrad". La cita cultureta, que no falte.
Sostres: "Que secuestren a vuestros hijos"
El resto de la cosecha viene variadita. El indulto parcial a Juana Rivas no ha faltado como fuente de inspiración. Aunque nadie ha llevado tan lejos la diatriba como Salvador Sostres que en su columna de ABC vuelve a mostrar su calaña: "Merecéis que secuestren a vuestros hijos. El clamor por el indulto a Juana Rivas, al que finalmente se ha dado curso, es el odio a los niños de un feminismo tan basado en el resentimiento, en la rabia y en la negación de la naturaleza que todo está dispuesto a arrasarlo a cambio de desatar los monstruos de su fanatismo".
Sin llegar esos niveles, en su columna de La Razón, Pedro Narváez hace una ensalada con el indulto y la petición de eliminar el título de rey. Vean lo que sale de ahí: "Juana no es el fin sino el medio para socavar la credibilidad del poder judicial. Uno más. Es el plan para que caigan como fichas de dominó todas las instituciones del Estado. El lunes le tocó a la monarquía. Cambian la Constitución por la puerta secreta de Alicia y se cuela un conejo con mucha prisa, todo va muy rápido, es ahora o nunca. Juana Rivas es un ariete, el muñeco de ojos vidriosos con el que soplar y absorber". Por alguna razón que solo él sabra, la pieza se titula "Juanita".
Colea todavía el acto del pasado fin de semana en Valencia. A Emilia Landaluce, opinatera de El Mundo, le servía para una pieza en zigzag que terminaba así: "Es difícil saber por qué Yolanda Díaz ha querido empezar a construir su plataforma con dos políticas tan quemadas como Colau y Oltra. Mónica García y Fátima Hamed de momento son bichos nuevos, pese a lo que puedan disgustar a algunos. Ya las iremos descubriendo". Bichos, eso pone.
De vuelta a a ABC (¡cuánto nos está dando hoy!), Hughes se adorna: "La política para ellas es ya, per se, climática y feminista; les falta el elemento racial, pero también hay un hijab, el de la ceutí Fátima Hamed (la proteica Ada Colau podría 'racializarse' en un momento dado). Aunque se abren a minorías y emigrantes, el lugar de la raza lo ocupará lo LGTBI y las minorías lingüísticas, lo territorial: una voz gallega, otra catalana, otra valenciana cercana al nacionalismo y una madrileña, Mónica García, que es el antiayusismo hecho mujer".
Y para terminar, el tirabuzón heráldico de Bieito Rubido en El Debate: "Ya es casualidad que las dos políticas emergentes del panorama nacional, por la derecha y por la izquierda, sean descendientes de Díaz. Tal vez muchos siglos atrás compartieron origen genético común, o no". Se refiere a Isabel Díaz Ayuso y Yolanda Díaz, claro.