Álava es conocida por muchas razones: su historia, increíble paisaje, valor cultural y, por supuesto, su calidad gastronómica. Un componente muy importante de la cultura culinaria vasca es el pintxo, esa pequeña obra maestra que se degusta en barras de bares y que enamora tanto a locales como a turistas.
Pero, ¿cuál es el mejor pintxo de las tierras alavesas? Pese a que cada bar tiene su propia creación estrella, algunas elaboraciones destacan no solo por su sabor, sino por su capacidad para plasmar lo mejor de la cocina de la provincia.
La importancia del pintxo en Álava
Para entender el fenómeno del pintxo en Álava, es importante situarlo en el contexto de la tradición culinaria de Euskadi. El pintxo, como expresión gastronómica, se caracteriza por su creatividad, su simplicidad y la calidad de sus ingredientes.
Aunque compite en popularidad con los pintxos de otras provincias vascas, en Álava el pintxo ha evolucionado, logrando un equilibrio entre lo tradicional y lo moderno.
El corazón del pintxo en Álava se encuentra en Vitoria, sobre todo en el Casco Viejo. Los bares de esta zona compiten en originalidad para ofrecer las mejores propuestas, y es aquí donde se puede comenzar un recorrido por algunos de los manjares más representativos.
Clásicos que no fallan
Entre los pintxos favoritos de siempre se encuentra la gilda. Su combinación de aceituna, guindilla y anchoa sobre un palillo ha sido un clásico desde que surgió hace ya décadas en Gipuzkoa, pero en la geografía alavesa ha adquirido su propia identidad.
Otro clásico es el txangurro a la donostiarra, una preparación tradicional de centollo que se sirve sobre una tostada de pan crujiente. A pesar de su origen guipuzcoano, en Álava hay una versión renovada que conserva su esencia, pero con toques modernos.
Una receta contemporánea pero de sabor clásico que no para de sorprender a nadie desde el S XV y que se puede disfrutar en la taberna PerretxiCo de la calle San Antonio de la capital alavesa.
La nueva tendencia: pintxos de autor
En los últimos años, Vitoria ha experimentado el auge de los pintxos de autor, que han llevado esta tradición a un nuevo nivel. La creatividad en la cocina vasca no tiene límites, y los chefs alaveses han demostrado estar a la altura.
En bares como el Toloño, ‘El Portalón’ o ‘Sagartoki’, los cocineros han logrado combinar ingredientes locales con técnicas innovadoras para crear verdaderas joyas culinarias.
Irlandés de perretxicos
Enrique Fuentes y Mari Carmen Bargaño—un matrimonio de emprendedores con raíces eibarresas— fundaron El Toloño en 1995, llevados por el amor hacia la cocina tradicional vasca. Desde hace casi tres décadas, El Toloño es uno de los emblemas gastronómicos de Vitoria-Gasteiz. Su premiada barra de pintxos aúna tradición, modernidad y creatividad.
Dentro de sus pintxos a la carta elaborados al momento destaca su premiado irlandés de perretxikos: Un huevo cocinado a baja temperatura en el horno se alterna con una crema de hongos o perretxikos, en función de la temporada logrando un aspecto muy similar al de un café con nata que se debe disfrutar con cuchara... y pan.
Timbal de carrillera
Otro ejemplo sobresaliente es el timbal de carrillera en ‘El Portalón’, donde la carne de carrillera se cocina lentamente hasta que alcanza una textura tierna y se sirve con un toque de puré de patata y una reducción de vino tinto.
Este pintxo es un homenaje a la cocina vasca más tradicional, pero con una presentación moderna que lo convierte en uno de los favoritos de locales y turistas.
Huevo trufado
Otro de los pintxos más elogiados en este sentido es el huevo trufado de 'Sagartoki', ha alcanzado la fama más allá de las fronteras alavesas. Este pequeño bocado consiste en un huevo cocinado a baja temperatura y envuelto en una fina capa de patata crujiente, con el aroma inconfundible de la trufa.
La textura cremosa del huevo contrasta con el crujido exterior, creando una experiencia gustativa que deja huella.
Se trata, junto a su premiada tortilla de patata, de uno de los pintxos estrella del local, dos veces considerada como Mejor Barra de Pintxos de España, y que ofrece también su versión clásica y sus versiones con txistorra y bacon.
El veredicto: ¿cuál es el mejor pintxo?
Así las cosas, resulta difícil nombrar un único pintxo como el mejor de Álava, dado que la oferta es tan variada y depende de los gustos personales. Para algunos, la tradición manda, y no hay nada mejor que una gilda bien hecha. Por otra parte, otros se inclinan por las nuevas creaciones que representan el espíritu innovador de la cocina alavesa actual.
Lo que está claro es que la gastronomía de Álava, y en especial la cultura del pintxo, forma parte de la identidad de esta región. Los bares de la capital alavesa y otras localidades no solo ofrecen un lugar para comer, sino una experiencia cultural en sí misma.
Recorrer sus calles y detenerse en cada barra para disfrutar de un pintxo acompañado de un buen vino de Rioja Alavesa es una manera de descubrir lo mejor de esta tierra.