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DHL se consolida en Foronda con más de 300 profesionales y 18.000 envíos por hora

En sus primeros años en Vitoria tenía 5 vuelos diarios y ahora son más de 24 movimientos aéreos cada jornada y 60 terrestres

En imágenes: DHL se consolida en Foronda con más de 300 profesionales y 18.000 envíos por horaAlex Larretxi

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Hace unos días DHL celebró sus 30 años en Foronda. Un periodo que enmarca su trayectoria en el territorio alavés y toda su implicación y constancia en el trabajo. Fue en 1995 cuando decidieron trasladar el Hub de Madrid a Vitoria, un cambio arriesgado y que pudo haber tenido otro final. Aun así, gracias a la plantilla de trabajadores y su implicación en ofrecer un servicio de calidad, han conseguido ser un referente.

Avances tecnológicos

En todos estos años la mecánica de los procesos y la logística han avanzado permitiendo que la carga y descarga de los aviones, la clasificación y todas las actividades se realicen en el menor tiempo posible. En los inicios todos esos procesos requerían de mano de obra humana, eran los propios trabajadores los que de forma manual clasificaban los paquetes. 

Ahora gracias a la tecnología todo está automatizado y permite ahorrar tiempo y ser más eficaces. Las jornadas de trabajo en DHL en Foronda comienzan para algunos sobre las dos o tres de la madrugada, a las seis llegan los aviones y comienzan a descargarlos y transportarlos a la zona de cintas donde se clasifican.

Proceso de clasificación.

Carretera o avión

“Todos los paquetes que hemos ido recogiendo durante el día o durante los días en cualquier parte del mundo nos llegan, después procesamos la mercancía y los aviones se van todos a sus destinos”, explican Tomás Holgado y Carmen Herrera, trabajadores de la empresa. Los aviones se dirigen a diferentes puntos de España y Portugal y de ahí se reparte en las provincias que correspondan por carretera, por ejemplo el avión que aterriza en Santiago de Compostela reparte en Galicia.

Además, desde Aragón hasta Asturias, toda la mercancía se saca por carretera y va a las distintas provincias, Bilbao, San Sebastián, Cantabria, La Rioja, Burgos, Logroño, Badalona, Zaragoza, Huesca. Toda la actividad ocurre entre las cuatro y las ocho de la mañana, aunque hay personal trabajando durante el día en rutinas, la actividad no vuelve hasta la tarde noche con la exportación que es a partir de las seis o siete hasta las doce de la noche.

Eficacia

“Hay mercancía que viene ya con un destino final concreto e intentamos hacer transferencias en lo que llamamos en rampa o en pista para evitar tiempo de proceso en almacén y hay otra mercancía en función de la información que vienen en los mensajes de carga de los vuelos pues tiene que entrar al almacén y procesarlo. En función de si es paquetería manejable va a la cinta, si no es paquetería manejable pues lo procesamos abajo con las carretillas elevadoras”, indican. 

Almacén.

Todas estas actividades se realizan en el espacio de Foronda, pero no en la zona donde acuden los pasajeros, sino en la plataforma carguera. En esta realizan el proceso de mercancía tanto en almacén como en la rampa con personal propio. Tras descargar los aviones y diferenciar previamente a donde van los bultos, aquellos que entran al almacén pasan por una máquina de rayos equis, ya que toda la mercancía tiene que ser asegurada para evitar que haya cualquier tipo de mercancía ilícita o peligrosa.

Laberinto de cintas

Una vez se ha cumplido con este procedimiento los paquetes pasan al loop principal. Esta cinta cuenta con un escáner de códigos de barras que registra el destino final y lo clasifica y lo envía por la bajante que toca, dependiendo de si va a salir por avión o por carretera. 

Después, los que llaman documentos o envíos pequeños de menos de un kilo se procesan por otra cinta que las separa en diferentes sacas. En cada una de ellas se recopilan los bultos pequeños que tienen el mismo origen para facilitar el transporte una vez se descarguen del avión. Cada una de ellas se cierra con una brida que va etiquetada con toda la información, una vez se llena la saca unas luces avisan de ello y se devuelve con la cubeta amarilla debajo al loop principal.

Proceso de clasificación de los paquetes pequeños.

Todo este sistema de cintas se controla desde una sala donde los encargados Xabi y Oscar se aseguran de que todo esté en marcha. Asimismo, hacen seguimiento de envíos, control de clientes prioritarios, se aseguran de que haya buena comunicación y seguimiento de control de que todo paquete que entre al almacén salga, entre otras cosas. 

Control de los aviones

Por otro lado, también es necesario mantener un control de la hoja de vuelo, donde se menciona la hora de despegue del avión, la cantidad de carga y el peso óptimo para que gaste la menor cantidad de combustible posible. Hay que calcularlo teniendo en cuenta que la mayoría de contenedores se llenan por volumen y suelen pesar entre 1.550-1.600 kilos y si es carga muy densa pueden ser 2.000-2.200.

Carga de un avión.

Las posiciones que más peso soportan son la zona paralela a las alas donde se pueden concentrar de 4.000 o 4.500 kilos. Mediante su sistema son capaces de ver que contenedores están preparados y el peso y de esta manera los trabajadores se encargan de situarlo en el avión. También envían la información de la línea de movimiento al destino final para que puedan ver la carga y anticipar ciertos procedimientos como las aduanas. 

Trayectoria de 30 años

Los engranajes de DHL han aumentado y mejorado con los años, algo que notan de primera mano aquellos trabajadores que llevan desde el inicio en las instalaciones. Donde antes trabajaban 40 personas y solo contaban con 5 vuelos diarios, ahora hay un equipo de más de 300 profesionales, con más de 24 movimientos aéreos diarios y 60 movimientos terrestres.

Avión DHL.

Además, de una mejora en la automatización de los procesos de clasificación que ahora son capaces de realizar hasta 18.000 envíos por hora. La pandemia fue donde más crecimiento obtuvieron con un 20%, en el silencio de la ciudad ellos eran de los pocos que seguían acudiendo al trabajo.

Esfuerzo colectivo

Sin embargo, la eficacia y rapidez en los procesos también es gracias a la labor de los trabajadores. Una plantilla que se esfuerza por ofrecer un servicio de calidad y ser referente dentro y fuera de la empresa. Personas que han recibido una formación interna que les ha dado las herramientas para poder enfrentarse a las labores de la jornada y a luchar contra el tiempo. “Mientras el cliente duerme nosotros trabajamos, y mientras nosotros descansamos el cliente produce su mercantil”, así lo explican. Para muchos un trabajo con horarios complicados, mientras que para los trabajadores es la oportunidad de conciliar con la familia y dedicar horas al día a otras cuestiones de su vida.