Vecinos de la Avenida de Santiago narran los sobresaltos, miedos y preocupaciones de vivir sobre una lonja okupada
Piden al Ayuntamiento una figura mediadora para solucionar los problemas de convivencia, ya que se sienten "desamparados, desprotegidos y abandonados por las instituciones"
Ruidos, olores, golpes, manipulación de gasolina, cortes de luz, monóxido de carbono, etc. Son los sinsabores, miedos y preocupaciones con los que convive a diario el vecindario de la Avenida de Santiago, 20 desde que en octubre del pasado año, varias personas okuparon una antigua lonja de Kutxabank, situada bajo su edificio, que llevaba más de cuatro años cerrada.
Vecinos y okupas
Hoy, han comparecido en el Ayuntamiento para solicitar a los partidos políticos una figura que medie entre vecinos y okupas para garantizar una buena convivencia en el céntrico edificio.
Ha tomado la palabra Juncal Ruiz, en nombre del vecindario, para narrar lo vivido por los residentes durante meses. Explica que, tras la okupación de la lonja, el problema se agravó todavía más el 14 de febrero cuando Iberdrola y Kutxabank decidieron cortar el suministro eléctrico del local.
Generador de gasolina
“Tres días después, los okupas compraron un generador de gasolina y todas las viviendas comenzaron a oler a este combustible, hubo un problema con el monóxido de carbono; una vecina se cayó y tuvo que ir a Urgencias.
Incluso intervino la Ertzaintza y los Bomberos, requisaron el generador, pero al día siguiente tuvieron que devolvérselo porque presentaron la factura de compra.
Sin luz
Cinco días después, volvieron a ponerlo en marcha, y de nuevo, los olores. Otra vez tuvieron que acudir al portal la Policía y los Bomberos.
Pero los hechos no acaban ahí. El 23 de febrero, los okupas intentaron engancharse a la luz de forma ilegal, hubo en apagón y los vecinos tuvieron que estar once horas sin electricidad hasta que arreglaron la avería. “La factura la paga la comunidad de vecinos”, apunta Ruiz.
"Desamparados, desprotegidos y abandonados"
Esta sucesión de desesperantes acontecimientos “inquieta” en el número 20 de la Avenida de Santiago. “Nos sentimos desamparados y desprotegidos", sienten. Echamos en falta el apoyo de las instituciones, de una figura que medie estos conflictos; tenemos una sensación total de abandono”, trasladan a los representantes municipales, en presencia también de la Síndica.
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Y es que, la defensora vecinal, Leire Zugazua, lleva la causa de este portal, además de trabajar en el problema de la okupación de lonjas en Gasteiz.
“Hasta ahora solo la red de solidaridad Batuta de Judimendi ha intervenido para lograr una mejor convivencia”, indica la portavoz de las personas afectadas.
Además, subrayan los vecinos que “nuestra queja no va contra los okupas, entendemos que viven en una situación de vulnerabilidad, ya que nadie elige vivir en situación de precariedad y una lonja no es una vivienda.
Okupación como negocio
La okupación puede ser ilegal, pero entendemos que hay que buscar una alternativa digna a estas personas”, hace hincapié Ruiz. “Preocupante es también que la okupación se haya convertido en un negocio”, añade.
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Al Ayuntamiento le piden apoyo y asistencia para encontrar una solución para que “los okupas vivan de forma digna y nosotros, los vecinos y vecinas, sin miedo ni sobresaltos”.
Vivienda o seguridad
Por parte de los partidos políticos, desde el gobierno municipal, tras escuchar la intervención de los residentes del número 20 de la Avenida de Santiago, los socialistas muestran su empatía y el compromiso del Ayuntamiento, y el concejal jeltzale Lucho Royero asegura que se está interviniendo en el caso desde el ámbito de las políticas sociales.
Desde las filas de la oposición, EH Bildu y Elkarrekin enmarcan el problema de la okupación en la falta de oferta de vivienda que vive Gasteiz y en las dificultades de parte de la población para acceder a una casa.
Para el PP, en cambio, lo relatado por los vecinos son delitos y, por lo tanto, es un problema de seguridad y no de convivencia.