Cuando una persona desaparece sin dejar rastro, comienza una angustia que no tiene fin para todo su entorno hasta que, por fin, se la encuentra, con vida o sin ella. Sin embargo, hay familiares que viven en la tortura perpetua de no saber qué es lo que pasó exactamente y por qué, ni de tener un lugar al que llevarle un ramo de flores, en el caso de confirmar la peor de sus sospechas, porque siguen como el primer día desde que le perdieron de vista.

Cada día es una agonía, porque no hay hoja en el calendario en el que no se les recuerde. Si bien, hay fechas que son más emotivas que otras, al ser las de su triste desaparición. Y en Álava están a la vuelta de la esquina dos que conmocionaron a la sociedad vitoriana y que, por si fuera poco, se enmarcan en medio de la Navidad, las fechas de reuniones familiares por excelencia: la de Jesús Bengoa, el señor que fue a dar un paseo un 13 de diciembre de 2021, desde el parque de El Prado, y del que nunca nada más se supo, pese a haber movilizado a vecinos, familiares, amigos, voluntarios y hasta buzos de la Ertzaintza en su búsqueda, y la de Borja Lázaro, el gasteiztarra que desapareció con 34 años la noche del 7 al 8 de enero de 2014 en Colombia, donde hacía un reportaje fotográfico. Sin embargo, por desgracia, no son los únicos.

Denuncias en la Ertzaintza

Según informan fuentes del Departamento vasco de Seguidad a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, 24 personas continúan desaparecidas y constan como denunciadas su desaparición en Araba, nueve de ellas son menores ausentes que no han regresado a un centro de menores.

“Este año se han recibido en la Ertzaintza 1.229 comunicaciones por desaparición en Arabao, de las cuales se interpusieron 187 denuncias"

Este año se han recibido en la Ertzaintza 1.229 comunicaciones por desaparición en este territorio, de las cuales se interpusieron 187 denuncias. De las personas denunciadas como desaparecidas este año continúan desaparecidas cinco”, aclaran.

Los casos en este territorio suelen una tasa de resolución del 100%. Pero hay veces que, pese a todos los trabajos policiales, no se consigue averiguar qué pasó. Muestra de ello es la sección de desaparecidos de la Ertzaintza, en la que, además de los casos de Bengoa y Lázaro, aparecen otros cuatro más en Álava.

LAS CIFRAS

24 personas continúan desaparecidas y constan como denunciadas su desaparición en Araba, nueve de ellas son menores ausentes que no han regresado a un centro de menores, según precisan fuentes del Departamento vasco de Seguridad a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Este año se han recibido en la Ertzaintza 1.229 comunicaciones por desaparición en territorio alavés, de las cuales se interpusieron 187 denuncias. De esas personas denunciadas como desaparecidas este año continúan como tal cinco.


Casos recientes

Algunos son de lo más recientes, como los ocurridos este pasado mes de noviembre. Este es el caso de Jhordy Benavides Mora, del que aparece una imagen suya sonriendo, con una camiseta negra de Rick y Morty, mismo color de su visera, bajo la cual un texto indica que se le perdió la vista el día 5 de ese mes en Vitoria, cuando tenía 31 años y vestía, al desaparecer, un chándal negro con una cazadora color gris y unas zapatillas deportivas blancas. Y en letra rojo un alarmante aviso: “Necesita medicación”.

Y luego ya hay otros que empiezan a remontarse en el tiempo. Algunos no mucho tiempo atrás porque Fátima Ben Moussa El Fass lo hizo en mayo de este mismo 2024. También un día 5, cuando tenía 15 años. Era menor de edad, por tanto, en el momento en el que se la perdió el rastro en la capital de Álava a esta chica de ojos castaños y pelo negro, cuando llevaba una “camisa polo”, blusa negra, camiseta corta y pantalones color beige, chaqueta color negro y deportivas Nike.

Cuando iba a vacunarse

Anterior a ese caso, y de los que aún quede constancia en la página web de la Ertzaintza, es el del mencionado caso de Jesús Bengoa, el gasteiztarra de 68 años de pelo canoso, barba y 1,70 de altura desaparecido el 13 de diciembre de 2021. La familia y los amigos salieron a la calle para buscarle. Siguieron itinerarios concretos desde el parque de El Prado hasta Txagorritxu, donde tenía cita para la tercera dosis de la vacuna contra el covid. No hubo suerte. Y el juzgado finalmente archivó su caso. 

Pese a ello, Bengoa fue una de las personas con residencia en Vitoria y a las que el Ayuntamiento quiso recordar en un acto institucional que tuvo lugar el pasado 9 de marzo, con motivo del día de las personas desaparecidas sin causa aparente.

En él, estuvieron familiares presentes, como los del gasteiztarra Borja Lázaro, el ingeniero informático de profesión, que fue visto por última vez en una posada del poblado costero de El Cabo de la Vela, en el departamento colombiano de La Guajira, y del que el próximo 8 de enero, se cumplirán once años de la desaparición.

Tenía 34 años y se encontraba en esta remota zona del Caribe realizando un reportaje fotográfico, una actividad de la que era un gran aficionado. Las últimas horas antes de su desaparición las pasó en compañía de un grupo de amigas y amigos y todas sus pertenencias, entre las que estaban sus cámaras de fotos y su documentación, fueron encontradas en el hostal donde se hospedaba tras desaparecer sin dejar rastro. 

8

En imágenes: Concentración en recuerdo a Borja Lázaro Josu Chavarri Erralde

Dadas las circunstancias, su familia pidió que una vez se cumplieran los diez años de su desaparición se le diera por muerto para agilizar ciertos trámites administrativos. Ello no impidió que siguieran reclamando que el caso no se cierre y que se le siga buscando. De hecho, pese a esta década transcurrida, Gasteiz ha dejado claro que no olvida a su paisano desaparecido en Colombia. Muestra de este apoyo han sido las concentraciones en el centro de la capital coincidiendo cada año con este triste aniversario.

La Ertzaintza, por su parte, intenta mantener un contacto más o menos permanente con la Policía colombiana, “haciendo preguntas para obtener respuestas”, y reclama a la Policía Fiscal de Colombia que “reanude, con más ímpetu si cabe” sus pesquisas sobre el entorno en el que desapareció. “Y que no se olvide el caso”.

“Pasado el tiempo, siempre hay alguien que puede recordar alguna situación que en su momento no le dio importancia”, remarcó a comienzos de año el comisario Hugo Carlos Prieto. 

En Llodio

Dos años antes, en 2012, se tuvo por última vez noticias de Jesús Lebeña Cabeza, un señor del que se dejó de saber nada más de él un 16 de mayo de 2012, cuando tenía 84 años. Desapareció en Llodio, cuando iba vestido de sport y con una visera color verde.De encontrarle con vida a este hombre, de 1,60 metros y con “calvicie total”, el próximo 24 de diciembre cumpliría 97 años.  

Tres años antes, un 29 de octubre de 2009, cuando tenía 23 años, dejó de verse por última vez a Nora Moussaid. Vivía en Vitoria y en ese momento esta chica de ojos marrones y pelo negro, llevaba pantalones negros, mismo color que su calzado y un pañuelo en su cabeza de color marrón. Su desaparición fue otra de las que en su día acaparó titulares porque buscaron pistas de ella tanto por la capital como por sus alrededores. Peinaron varias zonas en busca del posible cuerpo de la chica. Y tampoco llegó a buen puerto la ‘vía alicantina’, basada en la declaración de un conductor de autobús quien creyó identificar entre sus pasajeros a esta mujer, madre de dos niños.

Los agentes de la Policía autónoma tampoco pudieron sacar nada en claro por parte de la comunidad magrebí local. Sí, en cambio, colaboró Al Amat, el colectivo ciudadano que intentó llamar la atención, tanto policial como mediática, sobre el caso y que se ubicaba en Madrid.

Al Amat también habló de supuestas “amenazas” del esposo –a quien ella denunció por malos tratos– a dos mujeres de origen magrebí que participaron en las concentraciones para sensibilizar sobre este caso.

15 años después, todavía, a día de hoy, no se han encontrado pistas para poder dar carpetazo de una vez por todas a la desaparición de Moussaid.