Un clavo para sacar otro clavo. El dicho del refranero castellano se amolda a la perfección a la nueva realidad energética que ya está viviendo el entorno geográfico en el que se ubica la central nuclear de Santa María de Garoña, que se encuentra en proceso de desmantelamiento.

De hecho, tal y como ha podido corroborar DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, ya han comenzado las obras de cimentación de tres de las cuatro instalaciones fotovoltaicas llamadas a sustituir al complejo atómico en materia de generación energética.

En principio, el proyecto en su conjunto, auspiciado por Solaria, prevé alcanzar una potencia instalada que rozará los 600 megavatios a finales de este mismo año, con lo que superará con creces la capacidad de la planta nuclear, cuyas instalaciones se encuentran aún en el Valle de Tobalina, municipio burgalés que linda con varias comarcas alavesas y que se encuentra a apenas 40 kilómetros de Gasteiz en línea recta.

En principio, la potencia de la planta atómica que superó por un año las cuatro décadas de vida útil, era de de 460 MW, por lo que los nuevos parámetros de las cuatro instalaciones superarán con creces la energía que generaba la central.

Variables numéricas

Sea como fuere, las obras en cuestión pretenden asentar las bases de tres de las cuatro instalaciones que compondrán el complejo solar en parajes de La Bureba y Las Merindades, en la provincia de Burgos. La cuarta no se demorará mucho más.

Allí ocuparán una superficie superlativa: 1.000 hectáreas, con equivalencia a otros tantos campos de fútbol. Lo hacen tras haber obtenido la pertinente autorización administrativa de construcción, licencia que se otorgó a principios del presente año. 

En concreto, este proyecto, de los más grandes de la cartera de la compañía, supondrá la construcción en el entorno de la antigua central nuclear de hasta cuatro plantas solares, que estarán equipados con cerca de millón y medio de paneles fotovoltaicos.

Gran parte de estos han sido adquiridos hace apenas unos meses en una operación que también llamó la atención mediática por su trascendencia. Según los portavoces de la empresa, Solaria adquirió durante el primer semestre del presente años 435 MW de módulos fotovoltaicos a un precio de 9,11 céntimos de euros por vatio a un fabricante de primer nivel.

Este nivel de precios supone una mejora de un 2,15% con respecto a la última compra del mes de diciembre de 2023 y una reducción de un 71% con respecto a los precios de 2022, “lo cual pone de manifiesto la mejora continua de la competitividad de la tecnología fotovoltaica”. 

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En imágenes: Así es la central nuclear de Garoña desde dentro Alex Larretxi

Inversión millonaria

La inversión global en esta sustitución de paradigma energético se eleva a 360 millones de euros, que salen en parte de la financiación facilitada por el Banco Europeo de Inversiones y por el Banco Santander, según la información emitida por la propia empresa.

Con ese dinero se asegurarán las obras necesarias para la instalación, que requerirán aproximadamente 260 millones. El resto hasta completar la partida global se repartirá casi a partes iguales en impuestos y en alquileres para los propietarios de las parcelas afectadas. 

Una vez que todo ello se haya ejecutado y se ponga en marcha, se facilitará la electricidad equivalente al consumo de alrededor de 300.000 hogares tipo. Otra variable a tener en cuenta es el volumen de toneladas de dióxido de carbono que no se emitirán a la atmósfera, que llegarán a las 335.000 al año.

Parque solar y molino de viento ajenos a esta información. Pilar Barco

Transición energética

Según la propia información corporativa, el proyecto fotovoltaico ideado para el entorno de Garoña “es un claro ejemplo de transición energética”. Según los portavoces de la empresa, las cuatro plantas que conforman este proyecto generarán beneficios.

Por un lado, 650 millones de euros en total para las administraciones públicas durante los 30 años de vida útil de las plantas. Por otro lado, se crearán 2.400 empleos durante la construcción del parque, “siempre priorizando el empleo local, además de la creación de empleo indirecto”.

“Obtener la autorización administrativa de construcción es una gran noticia para nosotros y para la sociedad en su conjunto. Este proyecto es un claro ejemplo de transición energética y, además, tendrá un efecto dinamizador en la economía de la comarca”, indica Darío López, director general de Solaria.