Cada fin de semana. Con situaciones difíciles de lidiar para los responsables de mantener la seguridad ciudadana en la capital alavesa. Así es la intensidad de la respuesta policial ante los problemas generados en el entorno de la discoteca gasteiztarra que vivió una situación casi dramática en la madrugada del pasado domingo, cuando un navajazo llevó a uno de sus clientes al Hospital de Txagorritxu.

Un coche-patrulla de la Ertzaintza realiza la bores de vigilancia en el centro de Vitoria. Pilar Barco

La situación es tal que los agentes de la Ertzaintza consultados por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA reclaman un plan trasversal para atajar dicha realidad.

Protocolo inservible

Hasta la fecha, la forma de afrontar los problemas de seguridad generados se ha demostrado insuficiente. El formato de ocio nocturno que prolifera en la actualidad, con consumos abusivos de alcohol y otras sustancias, y la moda de portar armas blancas, entre otras cuestiones, hacen de cada actuación policial en el entorno del citado recinto un calvario, incluso con ertzainas lesionados.

Ingesta de alcohol

Uno de los agentes interrogados al respecto, con décadas de experiencia en las calles de Vitoria, sintetiza en pocas palabras lo que sucede en el entorno de la discoteca de marras, uno de los tres locales del centro de Gasteiz señalados por los patrulleros por concentrar problemas de seguridad ciudadana las vísperas de festivos y los fines de semana largos, desde el jueves hasta el sábado fundamentalmente.

Efectivos de la Ertzaintza en el centro de la capital alavesa. Pilar Barco

“Recibimos la llamada porque hay altercados; mandas una furgoneta, intentas detener a los responsables, y al final tienes que defenderte de ellos. Empiezan el follón y luego acaban juntándose todos contra los ertzainas”.

“Recibimos la llamada porque hay altercados; mandas una furgoneta, intentas detener a los responsables, y al final tienes que defenderte de ellos. Empiezan el follón y luego acaban juntándose todos contra los ertzainas”

En ese ambiente, el agente enumera los ingredientes de un cóctel difícil de digerir. “Armas blancas, consumos y sangre caliente”, en referencia a la cultura importada por una parte de las clientela del local.

“Es uno de los puntos calientes. Tiene muchas actuaciones, pese a ser de muy pequeño tamaño y con poco aforo”

Punto caliente

Sobre el particular, otro agente de la Ertzaintza que patrulla de paisano por la capital alavesa, especifica que el entorno de la discoteca aledaña a la estación de ferrocarriles “es uno de los puntos calientes. Tiene muchas actuaciones, pese a ser de muy pequeño tamaño y con poco aforo”.

En cualquier caso, lo cierto es que los agentes de la Ertzaintza y de la Policía Local que se encargan de vigilar las noches de Gasteiz se enfrentan en cada turno a problemas variados, que se agudizan durante las vísperas de festivos o fines de semana, fechas en las que el ocio nocturno y sus actividades relacionadas mandan en esos horarios.

Fines de semana largos

Desde el jueves hasta el sábado, ambos inclusive, la tipología de esa realidad constituye por sí sola un quebradero de cabeza para quienes tienen que patrullar las calles y procurar que la exaltación de los consumos y sus derivadas no causen mayores problemas de seguridad o perturben el derecho al descanso de los vecinos.

 Al respecto, los patrulleros consultados por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA señalan tres locales muy concretos ubicados en el centro urbano de la capital alavesa.

Una furgoneta de la Ertzaintza junto al Palacio Foral de Vitoria. Pilar Barco

Grandes concentraciones

En cada fecha señalada, los recursos policiales tienen que lidiar en esas ubicaciones con los problemas inherentes a las grandes concentraciones humanas, sobre todo, cuando estas ocupan la vía pública. Ahí es, precisamente, donde radica el problema, ya que los gestores de los locales no tienen responsabilidad alguna sobre lo que pasa en el exterior de los establecimientos.

Principal problema

El principal problema reside en la propia masa de gente y en su estado, en muchas ocasiones, alterado por la ingesta de bebidas o por las problemáticas generadas por el consumo de otras sustancias.

“Una mínima chispa puede provocar problemas graves con algaradas y demás, que son muy difíciles de gestionar y que requerirían de gran número de dotaciones”

“Se pueden juntar cientos de personas”, avanza este ertzaina curtido en décadas de trabajo de seguridad ciudadana en las noches gasteiztarras. Su experiencia vale más por lo que calla que por lo que dice. Pero en lo que explica, es meridianamente claro. “Una mínima chispa puede provocar problemas graves con algaradas y demás, que son muy difíciles de gestionar y que requerirían de gran número de dotaciones”, analiza. 

Estado de la víctima

Lo sucedido en la madrugada del pasado domingo en un recinto de ocio nocturno de la capital alavesa pudo acabar en tragedia. Según ha podido saber este diario de fuentes de la investigación policial desarrollada por la Ertzaintza, la constitución de la víctima facilitó que el filo de la navaja utilizada en la agresión, que llegó a incidir sobre el intestino, no provocase estragos. Pese a ello, el varón afectado tuvo que ser evacuado a un centro hospitalario de Gasteiz. Uno de los ertzainas consultados por este rotativo, conocedor de primera mano de lo acontecido en el recinto, indicaba ayer que “lo que realmente salvó al sujeto de morir fue estar grueso. Aún así, la cuchillada tocó profundamente el intestino y provocó la perdida de más de dos litros de sangre”. Dadas las circunstancias de los hechos, desde la Policía autonómica se considera directamente intento de homicidio.

Locales conocidos

Los locales en cuestión son conocidos para el gran público gasteiztarra, ya que, pese a que han cambiado de nombre en varias ocasiones, han canalizado en sus instalaciones el ocio nocturno de varias generaciones desde hace décadas. Dos de ellos se encuentran en pleno Ensanche gasteiztarra. El tercero se encuentra en el Anglo. 

Una patrulla de la Ertzaintza en el centro de Gasteiz. Pilar Barco

En la última época, uno de esos establecimientos ha aparecido en diversos sucesos de calado, con varias denuncias por presuntos intentos de sumisión química sobre chicas e, incluso, con peleas a navajazos. Otra de las discotecas ha sido testigo de algaradas producidas en su exterior y la otra, por las continuas quejas vecinales emitidas por ruidos y alteraciones al descanso.