Con motivo de las fiestas de San Antonio, como todos los años, el pueblo de Baranbio, en Amurrio, acogerá este domingo, en el entorno natural de la ermita de Garrastatxu, una nueva edición del Ahuntz Eguna.

Una interesante feria de ganado caprino que, desde hace veintiséis años (dos ediciones menos dada la pandemia), intenta apoyar a este sector ganadero y acabar con el carácter marginal que suele tener la cría de estos animales y, sobre todo, defender a ultranza las razas autóctonas Azpigorri y Azpizuri, para que no desaparezcan.

El programa tendrá su pistoletazo de salida a las 20.00 horas del viernes con una charla coloquio y una cena, en la que se reivindicará la importancia histórica que siempre ha tenido la cabra para la raza humana y el entorno.

“Es un animal muy arraigado a esta zona y, en buena parte, gracias a ella pudieron subsistir nuestros antepasados que, no en vano, la denominaban la vaca del pobre. Sin embargo, se la ha demonizado durante años, con eso de que se comen las nuevas plantaciones forestales. Pero no hay que olvidar que la labor que hacen en el monte no lo hace ningún otro animal, porque eliminan el pasto arbustivo propenso a incendios, transformándolo en praderas beneficiosas para el resto de especies, ya sea ovino, bovino o equino”, subrayan desde la organización de la jornada.

No en vano, bien regulada es una especie muy beneficiosa, pero se da la incongruencia de que mientras en algunas provincias se esté subvencionando su cría, por estar oficialmente en peligro de extinción, a la vez esta prohibido que pasten en monte público.

De aquí que, en 2013, se fundara la Federación vasca de asociaciones de criadores de Azpigorri (EAFE), gracias a la que se han unificado criterios de cría que están permitiendo, por ejemplo, que un cabrero de Dima en Bizkaia pueda adquirir un chivo de Baranbio en Álava o al revés. Algo que antes no se podía.

1.300 ejemplares en Euskadi

EAFE aglutina, a su vez, a ASAGRA, BIAGE y GISASI; es decir, las asociaciones de Azpigorri de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, que manejan unos datos censales que hablan de en torno a 1.300 ejemplares azpigorri inscritos en el libro genealógico, repartidos en 40 explotaciones de criadores y criadoras por toda Euskadi, de las que solo seis con unos 300 animales se encuentran en Álava.

Una nimiedad si se tiene en cuenta que la cabaña de ovino vasca asciende a en torno 270.000 cabezas y que las razas caprinas en su conjunto rondan los 22.000 ejemplares.

Esfuerzos institucionales

En este sentido, son muchos los esfuerzos institucionales que se realizan en el País Vasco con el objetivo de preservar la diversidad de la Azpigorri y mantenerla para generaciones futuras, así como para conservar su patrimonio genético.

Muestra de ello son la existencia de dos reglamentaciones específicas en torno a esta raza autóctona: una elaborada por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario Neiker-Teknalia y la propia EAFE; y la otra aprobada hace siete años por el Gobierno Vasco.

Un trabajo arduo con el que se ha logrado que algunos restaurantes conozcan la exquisitez del cabrito Azpigorri, pero es un producto que de momento no goza de reconocimiento extendido.

Y es que, aunque su carne es mucho más saludable y digestiva por ser menos grasa, también es mucho más costoso criar un cabrito que un cordero, ya que el manejo es diferente y el tiempo de crianza también aumenta.

Azpizuri

Con todo, la fiesta del domingo –a parte de a otras razas caprinas que configurarán una feria de compra-venta paralela- no solo hará una defensa férrea de la cabra Azpigorri, sino también de la Azpizuri, a través del ya tradicional concurso de cabras autóctonas del entorno del Gorbeia que cumplirá su décimo quinta edición.

Y es que pese a todos los años que se lleva trabajando con las Azpizuri, se trata de una raza no reconocida ni calificada como autóctona por las instituciones.

En este sentido, los organizadores del Ahuntz Eguna de Baranbio volverán a reivindicar el mismo tratamiento para ambas razas “porque han convivido desde siempre”, como hacen ellos en esta feria.

Mejores hembras y chivo

Entre los premios que se repartirán a lo largo de la jornada se encuentran el del concurso individual de hembras y el que reconocerá al macho con más peso, que dará pie a uno de los actos más llamativos de la feria: el pesaje de los chivos.

No en vano, se realiza a la antigua usanza, en pleno escenario, y en torno a él se lleva a cabo una bolilla para ver quién se acerca más al peso exacto del animal.

Sirva de pista que los majestuosos machos cabríos que se impusieron en las últimas ediciones superaron el centenar de kilogramos en báscula.

Comida popular

Además, las campas de Garrastatxu serán el marco de una comida popular y la tradicional romería, a la que se sumará la ambientación mendizale que traerá la tradicional marcha de montaña por las cumbres del entorno, con un recorrido de 23 kilómetros que partirá de Garrastatxu a las 07.30 horas y otro alternativo de 8,5 que saldrá media hora después.

Las inscripciones se pueden realizar el mismo día de la marcha por un precio de 12 euros. Con todo, los actos no culminarán hasta las 12.00 horas del próximo martes, cuando se celebrará el oficio religioso en honor al patrón San Antonio, en la misma ermita de Garrastatxu.

Obras menores

Por otro lado, señalar que Baranbio ha obtenido, este año, dos subvenciones del Plan Foral de Obras Menores y del programa de Relaciones Vecinales, con las que abordará la señalización de su ruta del agua (2.117,50 euros) y, precisamente, la renovación parcial del pavimento del camino que asciende a Garrastatxu, para lo que cuenta con una ayuda de 22.744,29 euros de los cerca de 35.000 en las que esta presupuestada.