El flamante entrenador del Fundación Vital Zuzenak, Alex Albaina, prepara ya la pretemporada del actual curso con la máxima ilusión y ambición ante el reto de competir y, en especial, de disfrutar de un año exitoso. El vitoriano, de 29 años, espera ya impaciente el comienzo de la temporada a finales de octubre y asegura estar viviendo un sueño tras su nombramiento.
¿Cómo se produjo su fichaje?
–Fue algo muy sencillo y, entre comillas, rápido. Básicamente, terminé la fase presencial del Curso Superior de Entrenador este pasado verano y tampoco tenía equipo para entrenar, ya que hasta el momento lo hacía por hobby. Entonces llegó el Zuzenak y me ofrecieron esta preciosa oportunidad. Una vez me lo plantearon, me lancé a ello, no sin pensarlo antes.
¿Cuál es su experiencia previa?
–Hasta la fecha he estado entrenando en categoría escolar y federado, y todo a nivel provincial, aquí en Álava. Lejos de Vitoria, aún no he entrenado, pero sí que he realizado diferentes cursos, porque me encanta este mundo y es mi pasión. Poco a poco me gustaría ir avanzando.
¿Siempre ha entrenado baloncesto a pie o también en silla?
–Siempre a pie.
¿Cómo está viviendo el cambio?
–Al principio he admitir que estaba asustado. Al final, el baloncesto es el mismo, pero los espacios cambian y eso hay que comprenderlo y también adaptarse a ello. Ahora, que llevo ya con ellos alrededor de tres semanas entrenando, sí estoy viendo que ciertas cosas de a pie, sí que se pueden aplicar y adaptar aquí, pero siempre teniendo las características del juego.
¿Qué fue lo primero que le sorprendió en su primer entrenamiento?
–La energía que tenían. Creo que nunca he llevado antes un equipo que le ponga tantas ganas y que tenga tanta fuerza a la hora de hacer cualquier acción; es que van al límite. Eso tan extremo no lo había visto nunca y es precioso de ver.
"Nunca he llevado antes un equipo que le ponga tantas ganas y que tenga tanta fuerza a la hora de hacer cualquier acción"
¿Cuál es su objetivo a nivel individual de cara a esta temporada?
–Aprender todo lo posible de ellos. Al final, a nivel personal cada uno tiene sus vivencias y problemas, y siempre se aprende de todo el mundo. Además, aquí muchos han tenido palos en la vida y simplemente escuchándolos y observándolos, se aprende mucho de ellos.
¿Y el objetivo a nivel de club?
–De momento, el objetivo que tengo a nivel grupal, y es el que les he planteado, es el de competir y hacerlo al máximo posible, pero como primer objetivo es que disfruten. Por encima de todo, es un juego, es algo que les gusta y están aquí por el amor que le tienen a este deporte, porque al final ellos no viven de ello. Por lo tanto, lo primero que tenemos que hacer es venir a disfrutar y luego trabajaremos al máximo. El resto ya llegará solo.
"El objetivo que tengo a nivel grupal, y es el que les he planteado, es el de competir y hacerlo al máximo posible, pero como primer objetivo es que disfruten"
¿Se lo pensó varias veces antes de decir que sí al Zuzenak?
–Mi primera reacción fue el decir “cómo voy a entrenar yo a este deporte que no lo he hecho en la vida”. En la segunda ya tuve bastante presión por mi pareja, quien me animaba a que me atreviera con este reto. Al final, me lancé convencido y ahora toca trabajar y ver qué tal se nos da.
¿Qué tal con su cuerpo técnico?
–Muy bien. Al final, tengo a Zilia Gil, que ya ha estado antes y que ya conoce a los jugadores, y eso ayuda bastante. Luego, está Iker Jiménez, el preparador físico, que está trabajando muy bien. La verdad es que estamos muy cómodos y hay un gran ambiente.
¿Qué le parece la plantilla?
–Estoy muy contento, porque aunque hayamos perdido a David, quien suele venir a entrenar alguna vez, han entrado un par de jóvenes, quienes antes ya estaban de forma esporádica y ahora están más de continuo. La plantilla se mantiene bastante estable a nivel grupal y eso es bueno para la química entre ellos. Además, también ha vuelto un jugador importante como Rubén Viso, que ya dejó su huella en años anteriores.
Uno de los pilares como Agurtzane Egiluz continúa. Positivo, ¿no?
–La verdad es que sí. Está muy contenta con todo lo que me ha transmitido tanto ella como toda la plantilla. Y es que todos vienen con muchas ganas, es decir, con intención de trabajar, tener minutos y de competir. Es espectacular verles entrenar.
¿Tiene algún objetivo o sueño de cara al futuro?
–Dedicarme al baloncesto profesional de momento no. No es un objetivo que tenga entre ceja y ceja, pero al final es como todo, si se da la oportunidad, bienvenido sea y se estudiaría. Pero al final, yo tengo mi trabajo en mi día a día y es donde está mi futuro profesional y no miro a otro sitio.
¿Cuál fue la razón por la que acaba aceptando la oferta?
–Yo trabajo como fisioterapeuta y el hecho de estar en el día a día con gente con diferentes tipos de discapacidades me llamó la atención, ya que ya no solo era aprender por un lado a nivel de baloncesto, sino que también a nivel de fisioterapeuta
¿Qué pesará más: su ilusión o su inexperiencia?
–La ilusión. El hecho de venir y trabajar con la máxima ambición hace todo más fácil. Yo lo que tengo que intentar es que el grupo esté cohesionado y que disfrute. Me siento muy apoyado y la inexperiencia tampoco lo veo un gran problema en este mundillo, porque tengo gente que me acompaña por detrás con muchos años a sus espaldas y simplemente me toca escuchar y aprender.
¿Cómo se define como entrenador?
–Mi forma de trabajar es la de escuchar y hablar. Aquí en la plantilla nos escuchamos todos y muchas cosas se consensúan. Esto no es una dictadura. Si algo no funciona, probamos otra cosa y le damos una vuelta entre todos. Eso es lo que intento o es mi idea y lo hago porque quiero que el grupo esté unido y vayan todos a una.
"Es muy bonito ver la conexión existente entre jugadores y afición"
Le habrán hablado dentro del club del buen ambiente que se vive en los encuentros, ¿no?
–Sí, sí... Ya me lo han comentado y además ya lo conocía de antes porque había visto los encuentros y es muy bonito ver la conexión existente entre jugadores y afición. Algo de lo que también tengo ganas, es decir, de que llegue la competición.
¿Con qué se daría por satisfecho cuando termine la temporada?
–Si acaba la campaña y el equipo está contento, al margen de los resultados, ya sean positivos o no, y ellos han disfrutado, me doy por satisfecho y estaré contento y orgulloso.